Golden State Warriors volvía a verse las caras con Portland Trail Blazers en el Moda Center tras un igualado tercer partido en el que tuvieron que remontar una desventaja de 17 puntos. Un partido más necesitaban para meterse en las semifinales de Conferencia al igual que lo hizo Cleveland Cavaliers un día antes. Steve Kerr sigue sin poder entrenar al equipo, pero consiguieron recuperar a un Kevin Durant que tuvo restricción de minutos. Por parte de los Blazers, necesitaban desesperadamente conseguir una victoria para seguir con vida, pero fue casi tarea imposible. Tras haber disputado minutos en el tercer partido, Jusuf Nurkic volvía a quedarse fuera de la rotación debido a la lesión de la que no ha podido recuperarse aún. Por un lado, recuperar la corona del Oeste, y por otro, conseguir la supervivencia.
Golden State, enchufados desde el principio
Quién diría que este equipo tuvo que sudar la gota gorda para poder hacerse con la victoria en el partido anterior. Desde el primer minuto del encuentro, salieron a asfixiar al rival. Con la eficiencia por bandera, los de Oakland consiguieron hacerse con un parcial de 14-0 en los primeros minutos y llegaron a liderar por 28 puntos en el marcador. Kevin Durant mostró una gran versión dejando varios tiros desde más allá del arco y buenas penetraciones contra la débil defensa de Portland. Los "Splash Brothers" tuvieron luz verde para tirarse todo lo que querían y el resultado fue muy bueno. Draymond Green también contribuyó a la fiesta anotadora gracias a su reciente acierto desde la línea de tres puntos. El resultado de una perfecta y orquestada ofensiva fueron 45 minutos en el primer cuarto. Así, igualaban el récord anotador en un primer cuarto durante los Playoffs.
Portland Trail Blazers, totalmente desparecidos
Simplemente, no fue su día. Cuando quisieron darse cuenta, los Warriors se habían ido en el marcador y una remontada parecía algo casi imposible. Entre su poco acierto y la gran defensa de los de la Bahía, no consiguieron ver aro durante gran parte del partido. Frustrados, vieron como Golden State se hacía con el cuarto partido de la serie y no podían hacer nada para evitar que su temporada acababa ahí. Al igual que ocurrió en el segundo partido de la serie, la aportación de unos pocos jugadores, no fue suficiente para poder ponerse a la altura del alto ritmo ofensivo de los chicos de Mike Brown.
Damian Lillard, más solo que nunca
El base de los Blazers no contó con la aportación de prácticamente ninguno de sus compañeros. Intentar batir a Golden State con solo dos jugadores es algo muy complicado, pero aún así, tuvieron sus opciones durante el primer partido. C.J. McCollum fue el gran desaparecido. No consiguió anotar un solo punto en la primera mitad del encuentro. Solo Al-Farouq Aminu consiguió ayudar en todo lo que pudo al base de Oakland en las tareas ofensivas, sobre todo con su tiro exterior.
Stephen Curry, desatado una vez más
Cuando el dos veces MVP de la liga tiene una de sus noches en el tiro, es prácticamente imposible frenarlo. En este último partido de la serie, no tuvo piedad alguna de Portland y firmó una serie de siete de once triples anotados sumando cinco tiros de campo más que no llegaron desde más allá del 6,75. Más de la mitad de sus tiros fueron triples, y consiguió un acierto del 63,6 %. Desde todos los lugares y de todos los sabores llegaron. Golden State estuvo bajo el control de su gran estrella que finalizó con 37 puntos sin haber disputado ni un solo minuto del último cuarto. Damian Lillard no pudo hacer nada para detenerlo y en la Bahía continuará el espectáculo.