Desde el adiós de Dwight Howard, en Orlando navegan sin rumbo por el desierto de la reconstrucción. Las elecciones de Draft no salen rentables y los pocos traspasos y agentes libres que consiguen firmar no están rindiendo al nivel esperado. En resumen, la magia Disney no llega más allá de la publicidad en las camisetas.

Este año 2017 ha sido para olvidar. Una temporada atrás apostaron por Serge Ibaka, pero el internacional español no cuajó en el enésimo intento de buscar una referencia. Siguen contando con una plantilla de buenos jugadores, pero ninguna superestrella. Su esperanza ahora es que Aaron Gordon destape todo su potencial, pero las lesiones y la irregularidad en el juego han mermado otra campaña para los Magic, que se han deshinchado tras un octubre ilusionante.

Ibaka, rumbo a Toronto

A principios de año se concretó el fracaso. El 14 de febrero, Serge Ibaka era traspasado a los Raptors a cambio de Terrence Ross y una primera ronda de Draft ‘17. Meses atrás habían dado a Victor Oladipo, Ersan Ilyasova y un pick (Domantas Sabonis) a los Thunder a cambio del ala-pívot.

Sin embargo, ni equipo ni jugador aprovecharon esta oportunidad. Ibaka confirmó que no puede ser un primera espada y los Magic, por su parte, cosecharon otro fracaso dando a uno de sus activos de mayor futuro (ahora se sale en Indiana). Vucevic, Fournier, Payton y Gordon ofrecieron un buen rendimiento, también el recién llegado Ross, pero necesitaban algo más para luchar por los playoffs, que se quedaron muy lejos.

Terminaron la temporada con un récord de 29-53 y en decimotercera posición de un Este muy barato. Por quinto año consecutivo no entraron en postemporada y, además, empeoraron su resultado con seis victorias menos. Nada salió bien, tampoco Biyombo, que nunca ha terminado de rendir acorde al contratazo que se ganó por su nivelazo con los Raptors.

La apuesta de Ibaka fue un completo fracaso | Foto: nba.com/magic
La apuesta de Ibaka fue un completo fracaso | Foto: nba.com/magic

Poco que celebrar en verano

En la offseason no consiguieron a nadie de gran renombre. Lo más destacable fue la elección de Jonathan Isaac como número seis del Draft 2017. No obstante, el alero/ala-pívot ha llegado muy verde a la liga y, a pesar de que atesora mucho potencial, deben tener paciencia con él. Tiene condiciones y fundamentos para ser dominante, pero en Orlando no les queda otra que esperar.

Aparte del rookie, se vio con buenos ojos la llegada de Jonathon Simmons. Tras crecer en los Spurs de la mano de Popovich, el escolta firmó con los Magic, que apenas están pagando seis millones por un jugador de 15 puntos por partido. Gran fichaje, otra buena pieza, pero insuficiente para ser un líder que cambie la mala tendencia de la franquicia.

Por último, la otra contratación reseñable fue la de Marreese Speights. El pívot, campeón con los Warriors en 2015, llegaba para ofrecer muchos puntos desde el banquillo a cambio de un contrato de una temporada por dos millones de dólares. Un chollazo que no ha terminado de rendir con consistencia. Aunque con alguna actuación destacada, su participación ha sido intermitente en los esquemas de Frank Vogel.

Jonathan Isaac, un diamante por pulir | Foto: nba.com/magic
Jonathan Isaac, un diamante por pulir | Foto: nba.com/magic

Ilusión con Gordon y Vucevic

El comienzo de la campaña 2017/18 vinco acompañada de un buen número de victorias. Arrancaron con un balance de 8-4, pero a partir de este punto encadenaron nueve derrotas de forma consecutiva. Ni el mejor Aaron Gordon, que anotó 40 puntos frente a OKC para detener la mala racha, ni un Nikola Vucevic pletórico han evitado un mal cierre de año en el que ambos han estado ausentes por lesión.

El que fuera número cuatro del Draft en 2014 ha empezado a dar muestras de su potencial all-star. Tras el experimento fallido de jugar como alero para hacer hueco a Ibaka, ha quedado demostrado que su posición natural es la de ala-pívot. Hecho que reivindicó en su segundo partido de la temporada con 41 tantos y un perfecto 5/5 en triples. Gordon puede hacer de todo y es la mejor baza de futuro para estos Magic.

Por su parte, Vucevic ha dado un paso más en su evolución. Cuando parecía que se había estancado, el pívot montenegrino ha mostrado su mejor nivel en las últimas fechas. De hecho, en el pasado 9 de diciembre firmó el primer triple-doble de su carrera (31+13+10), demostrando que es un interior muy completo, capaz de hacer de todo en un equipo diseñado para que todos aporten y el balón se mueva de manera fluida.

Jugador del año: Aaron Gordon

No hay duda alguna en este aspecto. A sus 22 años ya empieza vislumbrar una prometedora carrera. Posiblemente es la mejor elección en el Draft por parte de los Magic desde Dwight Howard. Sus dos partidos de 40+ puntos avalan su evolución y su condición como superestrella del futuro. Él debe liderar y cambiar el rumbo de este proyecto que, por el momento, está resultando fallido.

Llegó a la liga varando entre las posiciones de ‘3’ y ‘4’. Sin embargo, ha quedado claro que es un ala-pívot aunque con ciertas condiciones más propias de un exterior. Dominante por dentro siendo el mejor matador de la liga junto a Zach LaVine, está capacitado para aportar desde fuera. Ya no solo en catch & shoot, donde acierta el 45% de sus triples, sino también atacando desde el dribbling y tras botar. Unas características ideales para poder abrir el campo.

Además, ha entrado en el último año de su contrato rookie. Su gran temporada será recompensada con un gran montante en el verano de 2018, donde volverá a crecer el margen salarial. Los Magic deben echar el resto por retenerlo, aunque ya fracasaron en octubre y todo parece indicar que, como Payton, deberán negociar una vez finalizada la temporada. Situación de máxima urgencia.

Hezonja, la última buena noticia

Aun así, dentro de un mal final de año protagonizado por la crisis de resultados, en Orlando están viviendo la resurrección de una de sus promesas. El ex del FC Barcelona Lassa, Mario Hezonja, está encontrando su sitio tras unos dos primeros años para olvidar, indignos para un número cinco del Draft.

Hasta ahora el croata estaba siendo una apuesta fracasada. Pero las lesiones y el mal momento del equipo le han dado su enésima oportunidad para asentarse en la rotación, algo que por fin parece haber logrado: promediando dobles dígitos en anotación desde el 13 de diciembre y, para rematar, partido de 28 puntos con 8/12 en triples en la derrota frente a los Pistons. Ni él ni los Magic pueden dejar escapar esta oportunidad. Talento tiene de sobra.

Paciencia y a pensar en las renovaciones

No queda otra. La temporada está prácticamente echada por tierra. Están entre los tres peores equipos del Este y solo un milagro puede salvarles de otro año de tanking. Tienen primera ronda para el 2018 y podrían pescar algo muy interesante en el Draft, pero primero deben centrarse en solucionar el futuro de los que ya están en la plantilla.

Los casos más preocupantes son los de Aaron Gordon y Elfrid Payton. Perderlos supondría volver a empezar con la reconstrucción, empezar de cero. Supondría tirar seis temporadas a la basura. Un fracaso mayúsculo para una franquicia que en 2009 se plantó en las Finales de la NBA.

La magia hace mucho que se fue de Orlando. Recuperarla pasa por asegurar el futuro y tratar de sumar algo más. Tal y como está la situación tienen difícil atraer a alguna superestrella, por lo que deberán desarrollarla ellos mismos. Gordon es el hombre y, sin nada por lo que competir, es también su mayor preocupación.

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Sobre el autor
Josep Falagán
Periodismo UCM. Redactor en NBA VAVEL.