El Liberbank Ciudad Encantada ha podido resarcirse de la eliminación por parte del Bada Huesca en la Copa del Rey, y ha podido vengarse en casa de éstos, venciendo por 18-19, en un final de infarto, ya que el jugador local Ariño falló el lanzamiento que podía haber dado el empate en los últimos segundos. Con esta victoria, los conquenses se sitúan en quinta posición, que da acceso a la EHF Cup.
Empezó de forma irregular el encuentro para el conjunto local, quien tuvo serios problemas atacando a la defensa visitante, organizada en un 6:0 muy ordenado. Los primeros quince minutos del partido mostraron la tónica general del partido, con pocos goles en el marcador (2-3). El técnico local pidió tiempo muerto para intentar revertir la situación y circular más fluidamente en ataque, pero esta indicación no tuvo respuesta en el campo de juego, sumando muchos errores ofensivos, pérdidas de balón, y fallos en el lanzamiento. En catorce minutos el tan solo se han anotado 5 goles entre los dos equipos.
En general, un partido pobre y falto de ritmo, donde las defensas fueron las protagonistas, en parte por los errores en ataque de ambos equipos. Al descanso, un paupérrimo 7-7 en el luminoso, después de muchos minutos sin anotarse ningún gol. Durante el descanso, se presentó a la cantera del Bm. Huesca.
Ya en la segunda parte, se jugó a base de rachas. Los de Jiménez Carrascosa endosaban un parcial de 0-3, pero los locales contestaban con uno de 5-0, lo que les ponía por delante con un gol de diferencia (17-16) a falta de dos minutos para la conclusión del partido. Cuando mejor lo tenía el conjunto local para llevarse los dos puntos, más fallos en ataque del Bada Huesca hicieron que el Ciudad Encantada remontase y se llevara la victoria (18-19).
Con esta victoria, el Ciudad Encantada se aúpa hasta la quinta plaza, empatado con el Bm. Granollers, puesto que le garantizaría jugar la fase previa a la EHF Cup. Por su parte, el Bada Huesca cae la décima posición, empatado a puntos con el noveno y el undécimo clasificado, el Bidasoa Irún y el Ángel Avia Puente Genil, respectivamente.