En la primera etapa del Tour de Francia 2018, Chris Froome (Team SKY), Nairo Quintana (Movistar Team) o Richie Porte (BMC Racing Team) perdieron tiempo tras diferentes incidentes. En la tercera etapa, la contrarreloj por equipos dejó diferencias importantes. Y este mismo martes, en la cuarta etapa, Rigoberto Urán (Team EF Education First-Drapac p/b Cannondale) o Ilnur Zakarin (Team Katusha-Alpecin) fueron algunos de los afectados por una caída masiva.

Prácticamente todos los favoritos han pasado ya por dificultades en estas primeras etapas de la ronda gala, pero la realidad es que todavía no ha llegado la montaña en la carrera. En la quinta etapa llega el primer perfil complejo de la presente edición. Sin llegar a ser un perfil de montaña, el terreno quebrado que une Lorient con Quimper será la primera dificultad topográfica del Tour.

200 kilómetros de ‘sube y baja’

La de este miércoles será la tercera etapa más larga de la presente edición de la carrera. El largo kilometraje de la jornada irá acompañado de un perfil complicado que hará que todo el pelotón deba estar atento en todo momento. Sin grandes puertos de montaña -tres cotas de 3ª categoría y dos cotas de 4ª-, el terreno recorrerá numerosos repechos y no dará descanso en ningún momento.

Perfil de la quinta etapa | Foto: Tour de Francia
Perfil de la quinta etapa | Foto: Tour de Francia

Tras un inicio relativamente tranquilo, con unos 70 kilómetros iniciales más suaves, la etapa se intensificará a partir del kilómetro 80. En la segunda mitad de jornada, el terreno prácticamente no ofrecerá un metro llano y habrá constantes desniveles, al más puro estilo de las clásicas de las Ardenas. La llegada a Quimper cuenta con un último kilómetro al 5% de media, por lo que el esprint final también puede provocar cortes y diferencias entre favoritos.

Sin opción para los velocistas

Fernando Gaviria (Quick-Step Floors), vencedor de dos de las tres primeras etapas en línea, no entra en la lista de favoritos para esta quinta etapa, igual que el resto de hombres rápidos del pelotón. La jornada será intensa y los esprínteres lo tendrán prácticamente imposible para llegar a la meta en condiciones de ganar, a lo que hay que sumar la dificultad de la última rampa.

Así, entrarán en combate los corredores que, además de un buen esprint, tienen buen ritmo cuando la carretera pica hacia arriba. Peter Sagan (Bora-Hansgrohe), ganador de la segunda etapa y maillot vert, será uno de los favoritos si puede aguantar el ritmo. En condiciones similares a las del campeón del mundo se presente el líder de la carrera Greg Van Avermaet (BMC Racing Team), que con un buen esfuerzo puede llegar a competir por la etapa. Si la etapa se pone más intensa, Alejandro Valverde (Movistar Team) o Julian Alaphilippe (Quick-Step Floors) ganarán enteros para entrar en la lucha por la etapa.

Liderato en peligro

Tras tener tres líderes en las tres primeras etapas, Greg Van Avermaet fue el primero en poder conservar el liderato durante dos días consecutivos. Ahora, y con diferencias pequeñas en la general, el belga deberá estar a su máximo nivel si quiere mantener el amarillo. Geraint Thomas (Team SKY), a tres segundos; Philippe Gilbert (Quick-Step Floors), a cinco segundos; y Julian Alaphilippe (Quick-Step Floors), con una pérdida de siete segundos, son los máximos rivales de Van Avermaet en la lucha por el liderato de la general.

Greg Van Avermaet quiere aguantar el amarillo | Foto: Tour de Francia
Greg Van Avermaet quiere aguantar el amarillo | Foto: Tour de Francia

Aun así, cualquier corte en los últimos metros -o incluso antes, si algún valiente lo quiere probar- puede provocar un cambio al frente de la clasificación general. También debe tenerse en cuenta la posibilidad de una fuga que consiga llegar a meta y provoque un cambio en el liderato de la ronda francesa. El difícil perfil de la etapa puede hacer que los equipos que luchen por la etapa no puedan controlar la escapada y esta consiga la victoria de etapa. 

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