Apenas falta un mes para cerrar el libro titulado “2016” y es de obligado cumplimiento hacer un balance de la temporada. Al igual que se ha hecho de las grandes carreras, un resumen con los destacados y las decepciones del año no podía faltar.
A los tres diferentes vencedores que han tenido las tres grandes vueltas se les podría adjudicar al menos una medalla, siendo el resto de su año lo que determinaría el metal del que estaría hecha la medalla: oro, plata o bronce.
Así, en lo que respecta a este artículo, Nairo Quintana (Movistar Team) puede estar orgulloso de su año realizado. La falta de valentía en algunos momentos de la ronda gala fueron perfectamente suplidos con ese ataque suicida siguiendo al líder de los locos del pelotón, Alberto Contador (Tinkoff Saxo) camino de la estación de esquí de Formigal y con la sucesión de ataques a Chris Froome en el Col de Aubisque el día anterior
Una preparación brillante
El ciclista colombiano sabía que el 2016 debía ser el año de volver a ganar una grande, y por ello, Movistar y él pensaron cuáles serían las mejores carreras pre Tour conociendo ya el recorrido del mismo. Un Tour de Francia marcado por sus finales en alto obligaba la participación en carreras con etapas duras.
La preparación del colombiano se centró en España y Francia, tomando parte de la Vuelta al País Vasco y Vuelta a Cataluña, en las cuales obtuvo un tercer puesto y una victoria final respectivamente.
A eso le sumó un nuevo tercer puesto en el Tour de San Luis, que daba el pistoletazo de salida a su temporada allá por enero, y dos victorias en el Tour de Romandía y en la prestigiosa Ruta del Sur (etapa y general), a las puertas del Tour de Francia y siempre una dura prueba de fuego para los participantes de la ronda gala.
Primera gran vuelta, Tour de Francia
Una vez que la hormiguita de Boyacá decidió apuntarse al reto de conseguir el amarillo en los Campos Elíseos, los grandes expertos le nombraban como principal favorito a lograrlo tras el británico Chris Froome (Team Sky) y por delante del pinteño, Alberto Contador.
El trío de favoritos ya estaba nombrado, pero al Tour se presentaba una segunda línea terrible que iba a poner bien difícil el lograr el podio a los favoritos.
Conforme iba avanzando la carrera, a Nairo le costaba encontrar ese golpe de pedal debido a las alergias, que puso contra las cuerdas al ciclista del Sky la pasada edición del Tour o le hizo coronarse con la maglia rosa en el Giro de 2014. El colombiano no podía poner en aprietos a Chris Froome e incluso veía como en las etapas finales, donde se presuponía que iba a asaltar el liderato, el francés Romain Bardet (Ag2r La Mondiale) le arrebataba el segundo escalón del podio, el máximo al que podían aspirar viendo el intratable nivel de Froome y su temible equipo.
Y así acabó el sueño amarillo, que se transformó en una decepción y donde muchos acusaban al ciclista del equipo español de la falta de valentía en momentos puntuales de la carrera. Pero Quintana no había dicho su última palabra.
Contador le acerca su primera Vuelta a España
Iba acercándose la Vuelta y poco a poco, los grandes favoritos del Tour, se iban apuntando, cada uno con sus diferentes razones. Alberto Contador como forma de resarcirse de su abandono en el Tour a causa de una caída, Chris Froome por el amor que le profesa a esta gran vuelta y por último, Nairo Quintana para, por fin, volver a ganar otra grande que se le resistía. Y los aficionados, encantados.
Las carreteras españolas iban a ver, de nuevo, el gran duelo. Esta vez no había favoritos, ya que tanto Nairo como Froome venían del Tour y Contador de reponerse de una lesión. Sin embargo, Movistar confiaba en que Nairo encontrara ese golpe de pedal que ya enseñó en la última etapa de la carrera francesa. Y las sensaciones eran buenas, a pesar de que, para sorpresa de todos, Froome seguía con ese estado de forma espectacular.
Si el Sky había sido el equipo dominador en el Tour, esta vez Movistar había traído a muchos de sus mejores gregarios con tal de que Quintana se apuntara La Vuelta a España. Y no podía defraudarlos. Él sabía que necesitaba una amplia ventaja para llegar a la crono de Calpe, de las etapas finales, con suficiente margen.
Quintana y Froome estaban igualados en fuerzas
Comenzó a marcar las primeras diferencias en el Alto de la Camperona y en la exhibición de Lagos de Covadonga rememorando los mejores tiempos del coloso asturiano. Sin embargo, Froome resistía y continuaba amenazante. El estado físico del inglés mejoraba día a día tal como demostró venciendo en Peña Cabarga.
En el paso por los Pirineos franceses, en la etapa reina de esta edición, Quintana apenas pudo sacar de rueda al británico, convertido en su máximo rival debido a las sucesivas caídas de Alberto Contador. Apenas quedaban etapas marcadas en el calendario del colombiano, así que decidió apuntarse a la épica.
'Despiste' de Sky y Froome que a la postre le costó la Vuelta
Y a épica no hay quién le gane a Alberto Contador. Quintana, consciente de que el pinteño preparaba algo, no dudó en salir a su rueda en una etapa de media montaña con final en Formigal. Y gracias a él y por supuesto a la valentía del colombiano, consiguió ese margen que le permitía respirar en esa crono que tanto temía.
En ningún momento vió peligrar su segundo triunfo en una gran vuelta en esa contrarreloj de Calpe ni en la durísima ascensión a Aitana. Esta vez sí, Quintana se defendió y no sólo eso, cuando pudo atacar, atacó. De hecho, muy comentada fue su último ataque al británico rozando la meta de la penúltima etapa, el comentado final en Aitana.
De esta forma, el ciclista colombiano se coronó con su segunda grande y se consolidó, aún más, como figura del ciclismo internacional llamado a marcar una época. Competencia va a tener pues los Fabio Aru, Esteban Chaves, Mikel Landa, Romain Bardet y los hermanos Yates vienen pisando fuerte.
