Los aficionados del RasenBallsport Leipzig y del Bayern Múnich despertaron el martes por la mañana sabiendo que no era un día de semana cualquiera; sino uno especial. Luego de terminada la jornada laboral y escolar, el habitual silencio que envuelve a la ciudad de Leipzig a la hora del atardecer no se hizo presente. En cambio, la emoción y expectativa llenaban el aire de la ciudad y se veían reflejadas en los rostros de los locales, que poco a poco se dirigían al centro-oeste de la ciudad, a las orillas del río Elsterbecken, donde se erige el Zentralstadion, más conocido como Red Bull Arena. Desde Múnich, una horda de aficionados del Bayern apareció en la ciudad, lista para alentar a su equipo en el duro partido de visitante que tenían enfrente.

Las horas fueron pasando, el estadio se fue llenando y a diez minutos del partido todo estaba listo para recibir a los dos equipos. Bajo una lluvia de aplausos, el Leipzig y el Bayern desfilaron hasta la mitad de la cancha, donde respetuosamente se saludaron entre ellos. El de esa noche no era un partido cualquiera. Volvió la emoción, volvió la DFB Pokal.

Primer tiempo

El pitazo del árbitro Felix Zwayer resonó en la noche de Leipzig y empezó el duelo entre titanes. El partido empezó parejo, ambos equipos listos para atacar y abrir el marcador lo más temprano posible. El local tuvo la primera chance cuando Forsberg casi manda a guardar un tiro libre a los cuatro minutos. La respuesta del Bayern llegó a los ocho minutos, cuando el goleador Robert Lewandowski, tras un gran pase de Arjen Robben,  disparó a portería, pero Bernando, defensor del Leipzig, pudo desviar el tiro al córner. 

Ambos equipos fueron prudentes en los primeros minutos, sabiendo que cualquier error podría terminar en un gol para sus rivales. El Leipzig tenía la ventaja de ser local, pero a su vez la presión de que nunca pudo vencer al Bayern en su historia. Además, la gran labor defensiva de Arturo Vidal y Thiago Alcántara imposibilitó los ataques del Leipzig. La ofensiva del Bayern, mientras tanto, tenía problemas para posicionarse y avanzar hacia la portería del Leipzig, lo que se vio claramente cuando Robben tiró un magnífico centro, pero no había nadie en el área para rematarlo.

Apoyado por su afición, el Leipzig se vino a más y pudo hacer el primer gol tras una doble chance de Forsberg y Augustin que salvó Ulreich. En los minutos finales del primer tiempo, Forsberg lideró la ofensiva local y estuvo cerca de anotar el gol que le diera tranquilidad a ‘Die Rotten Bullen’.  Zwayer, de buena labor, pitó, y ambos equipos se fueron a los vestuarios.

Segundo tiempo

El primer intento del segundo tiempo fue para el Bayern: Coman entró al área del Leipzig y sacó un zapatazo que terminaría rozando el travesaño. La respuesta del Leipzig llegaría a los 50 minutos, cuando Augustin, con una maniobra de película, estuvo cerca de enviar el balón al fondo de la red, pero el temerario Boateng le quitó la pelota antes que pudiera.

Al minuto 53 ocurrió lo impensable para los aficionados del RB Leipzig: Keita, que estaba amonestado, le agarró la camiseta a Lewandowski y, a la protesta del polaco, Zwayer mandó al guineano a la calle. El Leipzig se quedaba con 10 jugadores.

 

La expulsión de Keita obligó a Ralph Hasenhuttl a hacer cambios en el esquema táctico. El Bayern, con las piernas frescas de los ingresados Sebastian Rudy y Javi Martínez, dominó la posesión del balón y el juego. Sin embargo, a los 67 minutos, Boateng llegó tarde a quitarle la pelota a Poulsen y el danés cayó en el área chica del Bayern, mientras que Zwayer señalaba al manchón. Forsberg, con calma, disparó hacía la derecha y abrió el marcador para deleite de los aficionados locales.

Pero tan sólo cinco minutos después fue el mismo Boateng el encontró el balón fuera del área y centró a la cabeza de Thiago Alcántara, que puso la igualdad en el marcador. 1-1, y el Bayern seguía con vida.  Los últimos minutos del partido transcurrieron apagados, con ambos equipos preocupados por defender más que atacar. Robben y Lewandowski podrían haberle dado una tardía victoria al Bayern, pero el tiro libre del holandés y el cabezazo del polaco no llegaron a entrar. Los 90 minutos habían terminado, pero no el partido. Había prórroga.

Prórroga

El primer tiempo de los 30 minutos extra concurrió sin sobresaltos, con ambos equipos jugando más a la defensiva. La única jugada de importancia la tuvo el Bayern, cuando Thiago Alcántara y Kimmich pusieron a prueba al portero local, Gulacsi, pero sin éxito. Luego de una breve pausa, ambos equipos saltaron al campo con renovadas energías. El Bayern pudo poner el 1-0 a los 106 minutos, con un remate de cabeza de Lewandowski tras un centro de Robben. En el minuto 114, el estadio entero explotó cuando Timo Werner superó a Ulreich y anotó el segundo, pero el juez de línea tenía su bandera levantada y el tanto no subió al marcador. El partido se terminaba de a poco, con el Leipzig sin bajar los brazos. No hubo tiempo para más y el duelo entre titanes se iba a los penaltis.

Penaltis

El Bayern comenzó la tanta con Robert Lewandowski como encargado de disparar el primer penalti, que fue gol. Bernando igualó para el Leipzig; Luego Alaba no falló, pero tampoco lo hizo Kampl. Los terceros penaltis fueron para Hummels y Halstenber, ambos adentro. Rudy y Orban tampoco fallaron para sus equipos. Robben se encargó de poner la tanda 5-4 a favor del Bayern, y cuando Timo Werner se disponía a igualar el marcador, Ulreich adivinó la intención del delantero del Leipzig y salvó el tiro. El Bayern pasó a la tercera ronda en un partido que tuvo de todo.