Con uno de los mejores encuentros disputados hasta la fecha en esta Copa del Mundo, el premio al mejor jugador de dicho encuentro se lo llevó curiosamente uno de los futbolistas que no marcó gol, pero si que repartió una asistencia de vital importancia.
La estrella del equipo de Roberto Martínez, estaba cuajando un Mundial soberbio hasta la fecha, liderando a los Red Devils en una Fase de Grupos inmaculada, en la que obtuvieron los nueve puntos posibles quedando primeros.
Ante esta gran cita, Eden no quiso esconderse, y realizó un juego más escorado a su banda izquierda de lo que venía siendo habitual en anteriores partidos, donde prefería caer a la zona de mediapunta para amenazar por todo el flanco de ataque.
En este encuentro, decidió explotar la banda defendida por Sakai, el lateral del Marsella que sufrió las acometidas del jugador nacido en La Louvière.
La primera parte del MVP del partido tuvo más empeño que efectividad, topándose con una seria selección nipona que demostró haber realizado un trabajo táctico a la altura de unos octavos de final de un Campeonato del Mundo.
En la segunda, su desequilibrio se haría notar desde el principio, decidiendo dar la cara tras el primer gol de los asiáticos, estrellando un balón en la madera llegando para rematar un pase que a punto estuvo de poner las tablas en el marcador.
Su labor en el pase, fue destacada por el 79,5 % de efectividad en este apartado, siendo una cifra elevada para la demarcación que desempeña, consistente en un constante descaro y atrevimiento en el dribbling.
Para ratificar su gran encuentro, se refuerza de la estadística esencial que requiere todo líder y es, la eficiencia en sus jugadas. En este aspecto, el delantero se vio reforzado por los cinco regates conseguidos de seis intentados, buscando antes la jugada segura que la acción individual para la hemeroteca. Jugón.
Pero su principal acción que determinó la balance a la hora de ser seleccionado Hombre del Partido, fue la asistencia que él mismo se fabricó solo y desde la nada en el minuto 74, para poner las tablas en el luminoso, regateando a sus marcadores en su costado zurdo, para poner un centro medido, templado y de fuera de serie a un Fellaini que es un experto en la materia aérea.
Apareció en el momento indicado, donde los cracks deben asumir galones y riesgos, y Hazard demostró que ya es una estrella del deporte rey, clasificando a su Bélgica a unos cuartos en los que deberán enfrentarse la Brasil de Neymar, viéndose cara a cara dos de los objetos de deseo de Real Madrid para este verano, y dos de los posibles candidatos al Balón de Oro en los próximos años.
Surgió polémica puesto que Takashi Inui realizó un partido para el recuerdo, pero que no pudo optar por su condición de perdedor, siendo exigido por parte de la afición la entrega del galardón al nuevo fichaje del Betis, que merece una especial mención, debido a que, posiblemente, haya sido el jugador más trascendente de la eliminatoria.
Hazard oposita de manera directa con este galardón a conseguir el de mejor jugador de todo el torneo, debido a la acumulación de premios a mejor del partido, y por la labor de pieza clave del engranaje de una Bélgica que avanza con todo al duelo entre candidatas con Brasil.