Todo sucedió en la primera mitad. El Arsenal fue muy efectivo de cara a puerta y tan solo necesitó 5 minutos para anotar el primer gol, que materializó Saka con un zurdazo imparable, pero que nació de una gran jugada colectiva. El segundo gol llegaría 20 minutos más tarde con otra gran jugada combinativa que iniciaba Mustafi desde atrás con un pase en largo raso y que culminaba Nketiah en su primer partido como titular tras la llamada de emergencia que le hizo volver al club este mismo mes, recuperándolo de su cesión en Leeds. El Bournemouth intentó inquietar tímidamente a Emi Martínez pero en ningún momento dio sensación de peligro en los primeros 45 minutos. 

 La segunda parte fue mero trámite. Guendouzi se hizo dueño y señor del partido controlando absolutamente todo lo que ocurría y desesperando tanto a Gosling como a Surman, que no sabían qué hacer cada vez que les llegaba el balón. Lo más destacable en este tiempo es la lesión de Mustafi, que tras un choque con Martínez en el aire, apoyó mal el pie al caer y podría tener muy dañado el tendón de Aquiles, a la espera de pruebas médicas. Al final los cherries consiguieron hacer un gol en el minuto 94 por medio de Surridge, que aprovechó una de las típicas carajas de la defensa del Arsenal tras un centro de Francis, pero ya era demasiado tarde como para poder buscar el replay pese a que el partido se alargó hasta el minuto 100 entre una cosa y otra.

 Al final, el conjunto de Mikel Arteta consiguió el pase a octavos de final de la FA Cup, donde ya les esperaba el Porstmouth, mientras que los pupilos de Eddie Howe quedan libres de preocupaciones y se podrán centrar únicamente en intentar conseguir la permanencia en la Premier League.