Partido en Stamford Bridge que cerraba la jornada número 28, con un encuentro entre probablemente los 2 equipos más decepcionantes de la temporada.
Ambos, sin prácticamente posibilidades de entrar en Europa mediante liga, llegaban al partido con el objetivo de reencontrar sensaciones que les sirvan para hacer un buen papel en sus respectivos encuentro de FA Cup el finde siguiente.
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Palmer, Malo Gusto y 9 más
El partido no podía empezar mejor para el Chelsea, cuando en el minuto 6, Burn despeja un balón como puede tras un centro de Malo Gusto, con la mala suerte de que la cae al mejor jugador del Chelsea esta temporada, Cole Palmer. El inglés remató desde fuera y con un leve toque de tacón de Nico Jackson, ponía el 1-0.
A partir de ahí el partido se resumiría en lo que pudiera generar la banda derecha de los “blues”, mientras que en el lado de las urracas intentaban entrar por banda pero sin resultado positivo.
En la primera media hora los de Eddie Howe no habían conseguido chutar a puerta en parte por su falta de creatividad, a lo que se le unía la lesión de uno de sus grandes talentos, Gordon, en el minuto 35, cuando era sustituido por Jacob Murphy.
De manera inesperada, empezaron a generar más peligro los visitantes con un gran Livramento que tuvo toda la noche una actitud muy ofensiva, además de la gran diestra de Murphy que empezaba a poner centros peligrosos.
Y cómo no, apareció lo que hasta el momento no había aparecido por parte del cuadro londinense, su falta de contundencia, esa que mostraba Chalobah que no lograba controlar un balón por ir con demasiada efusividad a él. Y ahí apareció la calidad de Isak que, tras un pase de Guimaraes, puso en un abrir y cerrar de ojos con una definición de crack mundial, el 1-1. La cara del sueco era la definición perfecta de lo que acababa de hacer.
Tras el gol, empezó a jugar mejor el Newcastle que veía como su único disparo a puerta había acabó en gol. El Chelsea estaba ya nervioso y a punto estuvo de mandar todo al traste gracias a Willock que era asistido por Schar con un pase espectacular, pero este la mandaba un poco por encima de Petrovic.
Pedían la hora los del técnico argentino y finalmente acabo la primera parte con una gran llegada de Malo Gusto que acababa en centro de este y dejada de Gallagher para Sterling que mandaba a las manos del meta visitante. El final dejaba claro que el Chelsea eran Cole Palmer y Malo Gusto, los 9 restantes eran más secundarios.
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El Chelsea coge un poco de aire
El descanso debía servirle al Chelsea para cambiar la dinámica del encuentro, pero el inicio de la segunda mitad era igual de preocupante. Y así avisaba Almirón con un tiro potente que conseguía desviar Petrovic.
La esperanza azul era Palmer que cada vez que tenía el balón era como si se abriese un mundo distinto para el Chelsea. Sterling parecía intentar ayudarle apareciendo de manera peligrosa por primera vez con una gran conducción que finalizaba con un remate rozando la red de Dubravka.
No podía ser de otra manera y era el ex citizen el que tenía que volver a aparecer, para poner en ventaja a los suyos, que una vez oriento el balón, la puso donde quiso por abajo y rápido. No le puedes dejar ni un momento para pensar a este joven inglés.
Tan solo un minuto después pudo sentenciar Sterling que después de una larga carrera dejando atrás a Botman, llegaba al área, se deshacía de Dubravka, pero mientras hacia esto, le daba tiempo a Burn para ponerse en la línea y así era como salvaba heroicamente la “torre” inglesa de las urracas, la sentencia.
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Con el agua al cuello
El Newcastle se había salvado por los pelos y todo parecía indicar que era cuestión de tiempo que en otro chispazo de Palmer llegara el definitivo.
Sin embargo, apareció el que hasta el momento no lo había hecho, Bruno Guimaraes que cogió la batuta del partido y se habia propuesto hacer jugar a su equipo, cosa que hizo hasta que aparecio un invitado sorpresa.
Y sí, apareció Mudryk, pero no cualquier Mudryk sino el Mudryk del Shakhtar Donetsk, el mismo por el que el Chelsea se rascó el bolsillo. Y lo hizo como un rayo que lo ves y de repente ya no lo ves, así lo vieron Botman y después Dubravka, al que pasaría por el lado para definir a placer.
El Newcastle se veía con pocas fuerzas, pero con menos ideas aún. El partido moria lentamente y hacía pensar que los de Poch, iban a vivir momentos de tranquilidad. Todo hasta que llego Murphy que con uno de los goles de la temporada, dejaba los 6 minutos de descuento a fuego.
Finalmente, no encontraría esa ocasión que les diera el empate a las urracas y el partido acababa con una falta provocada por Mijailo Mudryk que dejo detalles de ese “viejo” Mudryk. 3 puntos que avivan las fuerzas blues.