No hubo un mejor momento para que el Atlético de Madrid visitase el estadio Santiago Bernabéu. Sus seis victorias en las seis jornadas disputadas, su juego tan físico como atractivo, hacen del equipo dirigido por Simeone un rival muy duro para el Real Madrid, teniendo en cuenta el irregular juego blanco en las últimas jornadas. Un Atlético de Madrid que tiene a la conexión Koke-Diego Costa en plena ebullición, un Villa que ha vuelto a su posición predilecta, con un centro del campo trabajador y calidad y una defensa expeditiva. Es decir, un equipo trabajado, con automatismos y en el que cada uno sabe qué, cómo y cuándo debe realizar su trabajo.

La intensidad por bandera

Desde la llegada del Cholo Simeone al Atlético de Madrid, el entrenador argentino ha querido transmitir a su plantilla los valores que hicieron del argentino un jugador único: intensidad al máximo, muchas ayudas al compañero, movilidad por todas las parcelas del terreno de juego y velocidad en el último tramo del campo. Esto ha quedado plasmado perfectamente esta temporada y tiene a un jugador como bandera del proyecto, el hispano-brasileño Diego Costa. El delantero ha realizado un gran inicio de Liga BBVA, siendo máximo goleador junto a Messi con siete tantos, y parece que poco a poco va templando ese carácter que le perjudicaba temporadas atrás.

Koke y Diego Costa se entienden con la mirada", Simeone Y el que aparece por todas las zonas del ataque, actuando como delantero referencia, viniendo a recibir para abrir espacios o aprovechando los espacios para caer a banda, aspecto que le gusta para tomar contacto con el balón. Además, esta temporada ha formado una gran sociedad junto al mediapunta Koke Resurreción. El canterano, ubicado en la banda derecha, sabe en cada momento donde se encuentra el delantero, y solo tiene que levantar la mirada y poner el balón al desmarque del delantero. Así, han llegado cuatro asistencias de Koke y cinco goles de Diego Costa.

* Mapa de color de Diego Costa en el partido ante Osasuna

* Mapa de calor de Koke en el partido ante Osasuna

Esta intensidad también está secundada por el gran capitán, Gabi, que es la extensión de Simeone dentro del terreno de juego. No exento de calidad, el mediocentro es la primera opción de pase para sus compañeros. Jugando fácil, el madrileño sabe que tendrá a Tiago, Mario Suarez está lesionado, guardándole las espaldas. Lo mejor de estas duplas, es que ambos jugadores se complementan, pudiendo realizar ambas tareas sin problemas.

Un sistema definido y sin fisuras

Analizar tácticamente al Atlético de Madrid defensivamente es fácil. Un 1-4-4-2 clásico es el dibujo elegido por el técnico argentino, con líneas muy juntas, con presión a uno de los centrales en la salida del balón para recuperar la posesión pronto y la defensa siempre adelantada.

Pero una cosa diferente es el análisis ofensivo, con total libertad de movimientos para los interiores y para los delanteros. Es esto, Simeone demuestra que sigue la escuela que Manuel Pellegrini implantó en el Villarreal, Real Madrid, Málaga y ahora en el Manchester City. Los interiores, Koke y Arda Turam, tienden a ir a la zona central del terreno de juego para aprovechar su buen contacto con el balón, dejando el espacio a la subida de los laterales, Juanfran y Filipe Luis.

Los delanteros, por su parte, hacen la denominada trenza. Mientras uno hace finta del desmarque al segundo palo para finalmente aparecer en el primero. El otro, casi siempre Diego Costa, aparece en el punto de penalti, lugar al que van destinados todos los centros para aprovechar la envergadura del hispano-brasileño. Son ellos los que deben improvisar, los que pueden saltarse el guión establecido del jefe Simeone.

Mientras tanto, cuatro jugadores guardan la espalda para iniciar el repliegue ante un posible contraataque. Los dos mediocentros, en tres cuartos del campo esperando el rechace, abren líneas de pase por si la jugada debe iniciarse de nuevo. Por su parte, los centrales, Miranda y Godín, se sitúan en la línea divisoria marcando a los atacantes rivales.

Esto parece sencillo de realizar, pero es muy difícil de conseguir. Simeone, además de hacer que su equipo no pierda la intensidad y la ambición durante casi todo el encuentro, ha logrado crear automatismos entre sus futbolistas que permiten este estilo de juego, en el que la colaboración de todos los jugadores es básica para que todo encaje.

La estrategia vale puntos

Además de todo lo analizado, Simeone es un estudioso de las jugadas de estrategía. Sabedor que este tipo de jugadas otorga muchos puntos al final de las temporadas, el entrenador argentino tiene un buen número de jugadas ensayadas que va alternando jornada tras jornada. Él es quien decide en último momento que tipo de jugada ensayada ha de realizar el equipo, siempre con Koke como protagonista.

El canterano es el encargado de sacar los saques de esquina de las dos bandas y las faltas laterales. Las jugadas van cambiando, pero lo seguro es que Miranda irá al primer palo, recuerden el gol de la final de la Copa del Rey o ante el Zenit; Godín al centro y Diego Costa al segundo palo.

Defensivamente, Simeone es de los pocos entrenadores que manda realizar un zona mixta, es decir, varios jugadores van al espacio y dos marcan a los atacantes más peligrosos del equipo rival. Los marcadores son los centrales con Costa al primer palo para despejar.

Un equipo titular fijo

El once titular del Atlético de Madrid parece de los de antes, ya que los aficionados rojiblancos pueden cantarlo de carrerilla, salvo sorpresa mayúscula. Así, Courtois es fijo en la portería, superado su bache del mal rendimiento en partidos ante el equipo blanco. Los laterales serán para Juanfran y Filipe Luis y Godín y Miranda serán los centrales.

En el centro del campo, debido a la lesión de Mario Suárez, Gabi estará acompañado en la medular por el portugués Tiago. Koke actuará como mediapunta por la banda derecha y Arda Turam por la izquierda. Arriba, Diego Costa con libertad, actuando por todo el frente del ataque dejando a David Villa como fijador de los centrales rivales.Un 1-4-4-2 clásico, fijado en labores defensivas y con libertad para los atacantes.

Posible once