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La única defensa es un buen ataque

Osasuna ganó in extremis al Tenerife con un gol de Kenan Kodro en el 93 que culminaba la remontada. Los rojillos volvieron a mostrarse endebles en defensa y a punto estuvieron de pagar muy caros sus errores. No obstante, los goles de Nekounam —de penalti—, Nino y el canterano rojillo sirvieron para romper con una racha de tres derrotas consecutivas. | Foto: Fernando Pidal [Navarrasport.com].

La única defensa es un buen ataque
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Por Asier Ganuza

Urban todavía se está secando los sudores fríos de su rostro pálido. El aficionado también. En condiciones normales estas son las victorias que gustan. Pero claro, en El Sadar por condiciones normales se entiende estar en Primera peleando por la permanencia y con la única garantía de una defensa inexpugnable —título concedido por décadas de centrales rudos y contundentes—. Obviamente, en la actualidad, la situación no se parece en nada a esa hoy idílica normalidad.

Kodro fue el héroe del partido con la asistencia del empate y el gol de la victoria

Una vez más, los hombres de Urban volvieron a cometer casi los mismos errores de las últimas jornadas. Falta de actitud, poca contundencia y una defensa que hace aguas por los cuatro costados. Y es que, si bien fueron muy pocos los minutos de exigencia del Tenerife sobre la zaga rojilla, lo único que impidió una derrota dolorosa como las de días pasados fue un rival casi más inseguro y falto de autoestima que los navarros. Eso y la efectividad arriba. Osasuna no es el de las primeras jornadas, ya no sale al campo con ese aura superior que irradiaba en las primeras citas del curso y que le confería cierto respeto de parte de sus rivales. Osasuna ya no ataca con la firmeza de hace semanas. No obstante, Nino sigue en estado de gracia y, en casi todos los partidos, hay alguien que le sigue el rollo al de Vera. Hoy fue Kenan Kodro, que en 20 minutos sobre el césped dio la asistencia del 2-2 y cerró la remontada definitiva con el tiempo de prolongación agonizante.

Alguno en la grada ya se había marchado para no pillar atasco cuando el hijo de Meho Kodro, de rodillas sobre el césped, recibía imperial el cariño de la grada. El delantero del Promesas hacía tiempo que lo venía buscando. Ya había adelantado a Manu Onwu en la rotación e, incluso, tuvo una participación decisiva dando la asistencia a De las Cuevas en el empate ante el Zaragoza en la Romareda —también en las postrimerías del encuentro—. Pero fue hoy, afortunadamente para la parroquia rojilla, su tarde de gloria. Y es que la cuarta derrota consecutiva asustaba y, por momentos, se vio demasiado cerca.

Miedo a balón parado

El Tenerife, inmerso en una crisis deportiva muy similar a la del equipo rojillo, no ofreció mucho sobre el terreno de juego, sin embargo, en sus pocos acercamientos al área hizo sufrir y mucho a la zaga navarra, hoy compuesta por Echaide en el lateral diestro —en sustitución del sancionado Javier Flaño—, el canterano David García y Miguel Flaño en el eje y Cadamuro en el flanco zurdo. En apenas cuatro minutos, el Tete ya había hecho saltar las alarmas de El Sadar con dos córners peligrosos. O más que peligrosos, inquietantes para la defensa de Osasuna. En uno de ellos incluso se llegó a pedir penalti por mano de Miguel Flaño, que despejó tímido y de forma poco ortodoxa un balón al primer palo.

Ansarifard disputó su primer partido como titular dejando varios detalles de calidad

Pero, a pesar del arreón inicial, muy poco a poco, Osasuna fue haciéndose con el control del balón. Un control anárquito e improductivo hasta que, pasados diez minutos, Nekounam y Raoul Loé decidieron darle algo de sentido a la posesión rojilla. Entretanto, todo fueron balones largos a un voluntarioso pero desacertado Ansarifard, que hoy jugó su primer partido como titular dejando algún detalle de mucha clase, pero evidenciando falta de ritmo y terminando el partido lesionado (esguince de tobillo).

Pero, como no podía ser menos, la primer ocasión vino del bando visitante. Un gran contra de Suso era cortada in extremis por Cadamuro cuando Ifrán ya armaba su pierna en el punto de penalti. Era el minuto 15 y el partido se había vuelto a romper. El propio Cadamuro protagonizaba la réplica rojilla con un peligrosísimo centro al área que, en este caso, era cortado por Unai Albizua cuando Nino ya tenía la escopeta cargada. Neko y Loé habían perdido el control del partido y fueron Sisi, Cedrick y Ansarifard por banda los que llevaron el peligro a la portaría de Roberto. También Echaide que hoy cuajó un gran partido en ataque. El zaguero de Barañáin culminó con un gran centro tras recorte una jugada interminable que no pudo finalizar Nino, tirándose en plancha, por milímetros.

Aitor Sanz hacía el 0-1 tras un corner mal defendido por los rojillos

Empezaba a encontrarse Osasuna. Sisi tiraba un caño de taquito para evadir la presión en banda de varios jugadores y levantaba al público de sus asientos; Cedrick le pegaba con mucha intención desde lejos para empezar a incomodar a Roberto bajo los palos. Osasuna crecía, el Tenerife se achantaba y, de repente, gol. Como en las últimas jornadas. Mazazo de los duros y como más duele: metiendo el dedo en la llaga. Y es que se veía venir. A punto habían estado los isleños de adelantarse en los primeros minutos a balón parodo y, así lo harían finalmente a diez del descanso. Córner desde la derecha botado por Ricardo León al primer palo, prolongación hacia el segundo, prolongación hacia el primero y Aitor Sanz, en plancha y casi sobre la línea de gol, adelantaba a los suyos. Minuto 36, 0-1.

Reacción rojilla

Santamaría había corrido de un lado a otro como un pato mareado y los defensores rojillos se lamentaban tras haber mirado casi impasibles como los atacantes del Tete se pasaban la pelota entre ellos en el área pequeña. Pero es que, tres minutos después, los canarios pudieron ampliar su ventaja con un tiro desviado de Cristo solo desde la frontal. El Sadar pitaba a los suyos, les regañaba. Fue mínimo pero efectivo —ya se sabe que en Pamplona la grada es soberana—.

Nekounam empató de penalti al filo del descanso

Osasuna lo intentó primero con un córner calcadito al del gol visitante —aunque la defensa tinerfeña fue, con poquito, bastante más contundente que la navarra—, pero tuvo que ser el colegiado quien echara un cable a los rojillos. Era el minuto 44 y, una vez más, Echaide se sumaba al ataque para poner un centro peligrosísimo al área. Tan peligroso que Javi Moyano tuvo que derribar a Nekounam para que este no rematara a bocajarro sobre la portería de Roberto. Valdés Aller no lo dudó: era penalti. Las protestas del Tenerife dieron igual. El propio Neko ya había cogido el esférico y se dirigía al punto fatídico.

El iraní no falló. A media altura, pegado al palo y engañando al portero. Impecable: 1-1. El Sadar, más que celebrarlo, respiraba aliviado. Además el árbitro señalaba inmediatamente el final de la primera mitad, que tocó a su fin con los jugadores visitantes abroncando al árbitro y recriminándole a Nekounam un posible piscinazo. Un pequeño tumulto se formó sobre el césped, pero el nerviosismo y el miedo de dos equipos en caida libre impedían incluso el nacimiento de una tangana. La cosa no pasó a mayores.

Nekounam celebra el 1-1 con Ansarifard. Fotografía: Fernando Pidal [Navarrasport.com]
Nekounam celebra el 1-1 con Ansarifard. Fotografía: Fernando Pidal [Navarrasport.com]

Tras el paso por vestuarios, Osasuna, espoleado por el gol, intentaba retomar las riendas del encuentro. Toque, toque, posesión. Pero fue el Tenerife quien dispuso de la primera gran ocasión. Buena jugada trenzada por el carril derecho y balón atrás para Ifrán en el punto de penalti que se acaba marchando alto y sin problemas para Santamaría. Otra vez los sudores fríos congelaban a los defensores rojillos. A todos salvo a Echaide, que se volvió a incorporar al ataque con decisión poniendo un espectacular balón por alto a Nino que el almeriense desaprovechó: solo, con tiempo para el control y delante del portero, el menudo delantero no pudo superar a Roberto.

En el minuto 66 el colegiado anuló un gol a Ansarifard por dudoso fuera de juego

Nino había fallado lo que nunca falla, pero Osasuna comenzaba a despertar. Y casi lo consigue diez minutos más tarde, en el 66, cuando el colegiado anulaba por fuera de juego un gol de Ansarifard. El propio Nino filtraba un balón con picardía y el ariete persa definía con mucha clase ante el portero; no obstante, el línea daba por invalidada la jugada, a pesar de la que la repetición deja mucha dudas sobre si el delantero de Osasuna partía o no en posición antirreglamentaria.

Batacazo y remontada

Echaide firmó un gran partido, solo empañado por el penalti que valió el 1-2

Cuando se llevaba casi media hora del segundo tiempo, el Tenerife apenas había tenido la posesión del balón, pero un arrebato de gallardía de dos minutos le sirvió a los de Álvaro Servera para volver a adelantarse en el marcador. Primero era Cristo el que obligaba la estirada de Santamaría para evitar el segundo del equipo canario y, un minuto después, era Guarrotxena el que lo intentaba desde la frontal pero a las manos del cancerbero navarro. Sin embargo, en la siguiente jugada, Echaide cometió un error fatal que pudo haber empañado su buen partido. Internada en el área de Raúl Cámara por la izquierda y el navarro que se cruza por detrás del atacante para acabar derribándolo dentro del área. Esta vez tampoco dudó Valdés Aller: volvía a ser penalti.

Era el minuto 72 y Vitolo volvía a poner al Tenerife por delante en el marcador. Suave, raso, poco colocado pero engañando al portero. El centrocampista corría al banquillo para celebrarlo, los jugadores del Tete hacían una piña. Cuando menos se lo esperaban un golpe de suerte volvía a ponerles por delante: el marcador reflejaba un 1-2 a su favor.

El batacazo volvía a ser tremendo. Los sudores fríos empapaban el cuello de la camisa de Urban que, inmediatamente se vio obligado a buscar soluciones drásticas. Miró al banquillo y, en apenas unos segundos —entre que el árbitro indicó la pena máxima y Vitolo la transformó—, el polaco daba entrada a Kenan Kodro. Roberto Torres, Manu Onwu y Mikel Merino estaban en el banco, pero fue el delantero vasco-bosnio el elegido. Y no le pudo salir mejor.

Nino culminó la mejor jugada de Osasuna con el 2-2

Osasuna se tiró al ataque y, cinco minutos después, empataba el encuentro de nuevo. Balón en profundidad de Raoul Loé para Ansarifard en la frontal, el iraní, inteligente y contra todo pronóstico, la deja pasar para sorpresa de la zaga y, por allí, libre de marca, aparece el recién incorporado para apurar línea de fondo y asistir con frialdad a Nino en el punto de penalti. Y Nino ya había perdona una. El pistolero de Vera anotaba a placer el 2-2 (minuto 77) y contenía su alegría por respeto al que ha sido, probablemente, el club más importante de su carrera.

Celebración contenida de Nino tras el gol del empate. Fotografía: Fernando Pidal [Navarrasport.com]
Celebración contenida de Nino tras el gol del empate. Fotografía: Fernando Pidal [Navarrasport.com]

Al igual que su homólogo rojillo, tras el gol, Servera buscaba la reacción inmediata dándole entrada a Maxi Pérez en lugar de un errático Ifrán y, a pesar de que el argentino tuvo una ocasión nada más entrar, el Tenerife parecía firmar las tablas en El Sadar. Los canarios se echaron atrás y Osasuna comenzó a morder arriba.

La defensa blanquiazul sacaba casi bajo los palos un remate de Nekounam tras córner botado por Cadamuro, Roberto Torres saltaba al campo para añadir más mordiente arriba y Ansarifard se dejaba el tobillo tras una dura entrada de Raúl Cámara. Pero con el iraní en la banda, el tiempo cumplido, y el público cabizbajo, llegó el milagro. Echaide agarraba un último balón en banda derecha y lanzaba un centro larguísimo y bombeado al segundo palo. Y allí, de forma casi milagrosa, aparecía la también larguísima pierna de Kenan Kodro para rematar ese balón en el aire y batir la portería tinerfeña con la inestimable ayuda de Roberto, que cantó por soleares.

El público saltaba de júbilo, Urban resoplaba y Kenan Kodro se doctoraba en El Sadar. El 3-2 subía al luminoso, que marcaba el minuto 93 pasado, casi 94. Onwu entraba por Ansarifard, que se marchaba con ostensibles gestos de dolor y Loé se retiraba a la banda con una hemorragia nasal. Las asistencias se llevaban al persa y atendían con rapidez al camerunés, que dejaba con uno menos a Osasuna a falta de pocos segundos para defender el resultado. Aunque no hizo falta. Con su entrada el árbitro decretaba el final del partido y ponía fin a una racha de tres derrotas consecutivas. Con 11 puntos, los rojillos se quedan en mitad de tabla a cuatro puntos del descenso y otros tantos de los puestos de Playoff.

Unai García felicita a Kodro al final del partido. Fotografía: Fernando Pidal [Navarrasport.com]
Unai García felicita a Kodro al final del partido. Fotografía: Fernando Pidal [Navarrasport.com]