Sergio Ramos se consagró la temporada pasada como un héroe tras anotar frente al Atlético de Madrid en la final de Champions League uno de los goles más importantes de la historia del Real Madrid. En esta ocasión, el defensa sevillano ha tenido una temporada más intermitente tanto en sus apariciones como en su rendimiento.

El Real Madrid comenzaba la temporada muy temprano disputando la Supercopa de Europa en Cardiff contra el Sevilla, no mucho más tarde esperaba el Atlético de Madrid en la Supercopa nacional y por supuesto Ramos se postulaba como piieza imprescindible para el esquema de Ancelotti durante toda la temporada. La derrota contra los colchoneros en la Supercopa y un irregular arranque de Liga en el que los blancos cayeron en Anoeta por 4-2, marcando Sergio su primer gol del curso, y de nuevo ante el equipo de Simeone en la tercera jornada dejaron a todo el equipo muy señalado y con un mar de dudas, de las que los defensas y Ramos no se libraron.

Un campeón del mundo intratable

La derrota en el derbi fue un punto de inflexión, ya que desde que los de Carletto cayeran el 13 de septiembre de 2014 ya no volverían a conocer la derrota hasta el 4 de enero de 2015 en Mestalla. Cuatro meses en los que el Real Madrid venció todos sus partidos en todas las competiciones, incluído el Mundial de clubes, que lo hizo alzarse como campeón del mundo. El guión para Sergio Ramos no cambió en todos estos meses puesto que el camero contó para Ancelotti en todo momento.

Ramos debutaba en un mundial de clubes ya que, al igual que la Supercopa de Europa, nunca antes la había disputado y desde luego no habría soñado un debut mejor. En el partido de semifinales ante el Cruz Azul mexicano, Sergio anotó el primero de los cuatro tantos que le haría los madrileños a los mexicanos. En ese partido, el central tuvo que ser sustituído por Varane con unas molestias. El dolor no pudo con él, y días después estuvo presente en la final ante el campeón de la Libertadore, San Lorenzo de Almagro. Para más inri, no sólo jugó la final si no que, de nuevo, abrió el marcador con otro gol y su equipo acabaría ganando a los argentinos por 2-0 y alzándose como campeones del mundo.

Debacle, lesión y experimento

El 2015 no comenzó de la mejor manera para el Real Madrid y tampoco para Ramos. El equipo de Ancelotti acumuló una serie de malos resultados que a posteriori serían vitales para la consecución de algún título, como por ejemplo la eliminación de la Copa del Rey frente al Atlético de Madrid. En el caso del hispalense, el año también empezó truncado puesto que en partido contra el Sevilla tuvo que ser sustituído a los nueve minutos con una lesión parecida a la que sufrió en el Mundialito pero de mayor alcance.

Sergio Ramos volvió y empezó a jugar de centrocampista

Para su vuelta, el sevillano volvió a entrar en los planes de Ancelotti, pero el italiano tenía una misión encomendada para él. Ante el Atlético de Madrid en los cuartos de Champions, Ramos formó pareja en el centro del campo con Toni Kroos para frenar las prolongaciones de cabeza de Mario Mandzukic. El expermimento salió bien y el Real Madrid pasó de ronda. Tan exitoso fue el plan que el entrenador italiano volvió a probarlo en los siguientes partidos, incluída la ida contra la Juventus en semifinales. Muy lejos del resultado contra los colchoneros, el experimento no resultó y trajo consigo muchas críticas.

Al igual que para el Real Madrid, la temporada de Sergio Ramos acabó con la eliminación ante la Juventus, ya que el defensa se lesionó en el partido de vuelta y no acabó la temporada ante el Espanyol y el Getafe. Ha sido una temporada con muchos altibajos para Ramos, que ha jugado en dos pocisones distintas y en la que ha demostrado que se maneja mucho mejor en el eje de la zaga.