El que siempre marca, el que siempre ataca y, ahora, el que siempre encaja... Esa es la dinámica del Real Madrid esta temporada. No cabe duda alguna sobre su recuperación en el terreno goleador, pero la defensa sigue siendo su mayor talón de Aquiles y parece que no se va a resolver ese problema a corto plazo.

Veinte goles encajados en trece partidos son números insostenibles para un equipo que debe aspirar a ganar todo. Con la liga perdida y eliminado de la copa, al Real Madrid solo le queda la Champions. En esta competición, a partir de octavos de final, encajar goles en casa supone un problema añadido: el gol vale doble en caso de empate. Por este  motivo el club debería estar preocupado. Si no consigue estar muy por encima del rival en el marcador, puede pasar muchas dificultades para pasar de ronda. El ejemplo más cercano es el partido de vuelta ante el PSG. Si el conjunto francés gana por 2-0, el Real Madrid caerá eliminado y eso supondría una catástrofe, un desastre.

hay varias teorías al respecto para explicar esta situación. Queda claro que el Real Madrid tiene grandes defensas. El problema es que no funcionan como bloque. Varane está rindiendo muy por debajo de su nivel. Esto lleva a una cierta confusión. También los laterales sufren más de la cuenta, pero eso es fruto del juego ofensivo que el equipo de Zidane desarrolla. 

Por otro lado, se destaca el papel de Casemiro. Se supone que con el medio brasileño, el Real Madrid pasa menos apuros, pero eso no es del todo cierto. El Madrid, con Casemiro, se asegura frenar posibles contras rivales, pero cuando el equipo defiende en bloque sigue mostrando sus flaquezas. Eso no significa que el brasileño sea el problema, si no que el equipo en general no defiende de forma contundente y coordinada.

Zidane tiene dos semanas por delante para solucionar este problema. Resulta casi imposible pensar que esto va a ser posible, pero este equipo ha demostrado ser capaz de todo cuando se  lo propone.