Con el peso de haber ganado solo un partido como visitante en lo que va de temporada y de no poder permitirse dejar puntos por el camino debido a su pésima posición en liga llegaba el Córdoba de José Ramón Sandoval a Santo Domingo, un estadio en donde tampoco le acompañan históricamente los resultados al equipo andaluz. En frente, un Alcorcón que veía este encuentro como su oportunidad para redimirse de su mala racha y alejar los fantasmas del descenso.
Sin embargo, no todo fue como se preveía. Sandoval ha logrado formar un conjunto esperanzador que tiene unas ideas claras, unos jugadores comprometidos y lo más importante, que luchan por llevarse los partidos. Su segunda victoria consecutiva deja al cuadro califa a ocho puntos de la salvación y con un estado anímico increíble para los próximos partidos. Además, ha dejado retratado al equipo madrileño pues le ha ganado la partida siendo este un rival directo.
A pesar de todo, el marcador no refleja el verdadero juego demostrado en el césped y mucho menos el sufrimiento. Al comienzo del encuentro solo tardó cuatro minutos el Alcorcón en ponerse por delante en el marcador gracias a un tanto de Asdrúbal. Un error de Javi Lara en la banda izquierda permitió que Laure se escapase y colgara un centro hacia el delantero canario, que ganándole la espalda al defensa Quintanilla, solo tuvo que empujarla al fondo de las redes. El cuadro andaluz, que basaba su juego en concederle el balón al rival y esperar para atacar al contragolpe, veía como su estrategia se venía abajo con el comienzo del partido y buscaba una genialidad que le permitiese dar alas al equipo. Fue entonces cuando el colombiano Narváez partió con el balón desde la banda izquierda ,regateó a Laure y a Sangalli y le fue suficiente con un lanzamiento cruzado desde la frontal para batir al guardameta alfarero. A partir de ese gol en el minuto 19, la primera parte no tuvo apenas emoción a causa de un Córdoba que esperó su momento para quebrar al Alcorcón, aunque fueron ellos quienes pusieron a prueba a Kieszek con un disparo lejano de Jonathan Pereira que tuvo que detener con una poderosa estirada.
Equilibrada primera mitad que dio paso a una segunda parte aún más aburrida y lenta. No cambió nada pues los de Sandoval seguían esperando el contragolpe y el conjunto alfarero no era capaz de abrir espacios en la defensa cordobesista. Los cambios blanquiverdes eran efectivos pero no suficientes, salvo el de José Antonio Reyes. Saltó al campo en el minuto 72 por Narváez y su calidad sirvió para ejecutar un gol magnífico a balón parado. La falta era provocada en la frontal del área, pero a la derecha, y fue colgada con precisión por la zurda del utrerano. Tanta precisión que fue directa a la cabeza del canario Aythami, que con un remate directo perforó la portería de Casto para firmar la remontada en el minuto 78.
El central canario fue el ejemplo de garra y esmero del que tiró el conjunto cordobés durante todo el encuentro. La fuerza y los destellos de calidad fueron clave para lograr una heroica remontada. Sin embargo, pudo verse fraguada si no fuese por Pawel Kieszek. El guardameta polaco le achicó la portería a Mateo en el uno contra uno del que dispuso gracias a una buena jugada de Jonathan Pereira y este pudo rechazar el balón, que, aunque fue a parar a los pies de Pereira, su disparo lo sacó Javi Galán de la línea de gol y pudo firmarse ahí la conjura de los tres puntos para el bolsillo de los andaluces.
El sufrimiento al final le salió efectivo al Córdoba, pero no al equipo madrileño, que perdió la oportunidad de alejarse del descenso ante el peor visitante de la competición. Este cordobesismo ahora es distinto, juegan para ganar y luchan por ello al son de una afición que se desplazó en masa a Santo Domingo y fueron junto a los jugadores, héroes del partido. La salvación es difícil, pero las ganas de este Córdoba de Sandoval pueden con todo y eso se ha demostrado en Santo Domingo.