Complicado partido el que se presentaba para el Cádiz en el Reino de León. El equipo amarillo tenía cita en uno de los estadios más complicados de la categoría, el de la Cultural Leonesa, que sólo había presenciado dos victorias visitantes en su feudo, mientras que los amarillos no eran capaces de ganar lejos de Carranza desde el 9 de diciembre.

Muchos meses sin victoria a domicilio para un equipo que tras ganar al Sevilla Atlético la semana pasada ya se marcó un nuevo objetivo para soñar: el ascenso. Y para ello, el plantel sabía que una victoria en León era necesaria para encarar con más confianza los duelos próximos frente a Huesca y Rayo, unos encuentros que dirán si realmente el Cádiz puede aspirar a una plaza de ascenso directo.

Dicho y hecho. Los jugadores de Álvaro Cervera saltaron al césped con la mentalidad de que para comenzar a ganar fuera de casa había que salir desde el minuto cero enchufados y a por el partido, para no repetir experiencias negativas pasadas, como ya ocurriera en Pamplona o Soria.

Conscientes de que la Cultural Leonesa iba a apretar y asfixiar a la zaga amarilla en determinados momentos del encuentro, hubo un hombre que se erigió como la pieza clave del equipo sobre el Reino de León: Jon Ander Garrido.

El centrocampista vasco volvió a dar un recital de como posicionarse sobre el terreno de juego cuando tu equipo no tiene el balón. Músculo, potencia y solvencia defensiva avalan a un futbolista que para Cervera es clave en su esquema.

Así lo expresó el técnico cadista después de vencer al Sevilla Atlético por cuatro goles a uno: "Si hoy no juega Garrido habríamos tenido un problema serio". Y es que, al dorsal cinco amarillo se le podrá achacar su mediocre habilidad con el balón en los pies, pero si se trata de recuperarlo, Garrido está por encima. 

La encomiable función defensiva se debió, en gran parte, a que se comenzó a defender desde campo rival, un trabajo duro pero que Jona supo realizar a la perfección. El delantero hondureño, a pesar de seguir negado de cara a gol, fue un quebradero de cabeza para los centrales locales, trabajando en la recuperación de balón y ganando prácticamente todas las posesiones, aguantando el balón de espaldas e iniciando una nueva jugada de ataque apoyándose en Perea o Álvaro.

El Cádiz dominó el juego, y manejó los tiempos para no sucumbir ante la insistencia de la Cultu. Estos son los partidos que un equipo debe solventar para aspirar a un objetivo tan ambicioso como el ascenso a la Liga Santander.

El Cádiz aprovechó el fallo de Zuiverloon para que Álvaro abriera el casillero , y cuando se vino abajo, apareció esa figura al que los aficionados nos encomendamos cuando no nos queda más remedio: Alberto Cifuentes. El arquero cadista es la viva imagen de la ilusión, de que hay que pelear hasta el final.

La entrada de Guarrotxena en el conjunto local supuso unos minutos de oportunidades claras para la Cultural Leonesa, y Cifuentes no falló. Los que si fallaron, Yeray y Buendía, entendieron que para quedarse en Segunda División no pueden errar dos ocasiones tan acentuadas.

La cara de los jugadores amarillos al salir del encuentro lo decía todo. Sumaron tres puntos en un campo donde sólo Sporting y Rayo lo habían hecho. Ese es el camino, sumar donde muchos no lo hicieron, pero sumar, no parar de sumar.

Cuando llegue el final de temporada, ya se verá si las sumas son suficientes para una cosa u otra. Como dice Cervera: "hemos sumado tres puntos más para seguir peleando con los equipos que quieren ascender". Cuestión de sumas, el Cádiz también quiere ascender.