Se vivía tarde de buen fútbol en la capital Cordobesa, con las ilusiones puestas en un partido especial por lo que se jugaba, y bonito por el recuerdo que se rememoraba de aquella tarde del 17 de junio de 2007.

Una tarde con el mismo rival pero diferente objetivo, aquella fue por un ascenso, y la de hoy era para una permanencia, tan necesaria para la ciudad y para el aficionado.

El Arcángel se vestía de gala, y de nuevo los cordobesista llenaban el estadio para apoyar y alentar a los suyos, y como aquella tarde, todo era fiesta a la vez que ilusión por ganar y poder tomar respiro a la situación que llevaba el equipo.

Comenzaba el partido con su ya característico himno a capella, como en los estadios de los grandes, y su gente enganchada para llevar a su equipo a ganar por lo menos en la grada.

Un partido con mucha intensidad en los primeros compases para el equipo local, buena colocación de ambos en el terreno, de juego y buenas aproximaciones de los Andaluces, una iniciativa que en el minuto 22 de partido se veía frustrada por el Huesca por medio de Alex Gallar, aprovechaba un centro al primer palo después de dejar casi sentado al defensa Loureiro, para desbaratar todas las esperanzas de los locales de ponerse por delante en el marcador.

Un gol de media chilena que dejaba tocado al Córdoba y condicionó el partido.

Un Córdoba que intentaba recomponerse, pero un Huesca que no daba tregua, incomodaba el área rival, sin dejar respiro a los de Sandoval, hoy sancionado por expulsión en León, prueba de ello llegaba el segundo obra de Melero en el minuto 36 de la primera mitad de partido, una defensa imprecisa veía como le ocasionaban demasiadas oportunidades y el desquicio de jugadores y aficionados que no daban crédito a la facilidad con la que llegaba el Huesca a su área. 

Terminó así la primera parte con un 0-2 a favor de los visitantes y sin muchas soluciones por parte de los locales.

Comenzaba la segunda mitad con un cambio que sorprendía, Jovanovic dejaba su puesto a el hombre franquicia, Reyes, quizás buscando más precisión y pase final los de Sandoval,.

Unos primeros minutos que se disputaban en el terrenos de juego del Huesca, sin mucho acierto por parte del Córdoba, pero sí con mucha intensidad, con unas líneas más adelantadas y teniendo la posesión de balón, en el minuto 51 llegó la más clara para los Andaluces, que en boca de gol el defensa le quitaba a Guardiola el primero de los locales. 

Seguía el asedio del equipo local y llegó ahora sí el gol de Guardiola en el minuto 59, y se escuchaba el “Sí se puede” en la grada, pero poco le duró ese respiro porque minuto después en el 60’ marcaba de nuevo el Huesca con gol de Hernández, para desequilibrar aún más el marcador y dejarlo tal y como estaba, con dos goles de diferencia.

El tiempo pasaba y todo seguía igual en el Arcángel, partido loco puesto que en el minuto 63 el colegiado más bien discreto, pitó penalti para el Córdoba, se encargaría de transformarlo Reyes, que no fallaba y puso de nuevo la ilusión y emoción en el partido. 

El equipo local movió el banquillo y realizó un cambio ofensivo, salió Aguza y le dejó el puesto al delantero Jauregi, más dinamita arriba para presionar aún más el marcador y al Huesca.

Partido de infarto con mucha polémica, tras pitar un penalti a favor del Huesca que de nuevo puso a los visitantes por delante con diferencia de dos goles, Pena que sentenció de nuevo Hernández haciendo el segundo para su cuenta particular.

El Córdoba terminó su tanda de cambios con la inclusión de Araujo por Narváez, un partido más intenso y al ataque del Córdoba que se lo jugaba todo a una carta. 

El partido se tranquilizaba después de varios minutos de mucha tensión, Guardiola la volvió a tener en boca de gol, que por milímetros de su bota no entró, de nuevo se despertaba el equipo y la grada, mucho toque y triangulaciones para los locales que asediaban con corazón la portería del Huesca.

A ambos equipos se les veía el cansancio físico, pero los locales tiraban de corazón para intentar hasta el final la épica del empate, un empate que cada vez se veía más lejos, porque se consumía el tiempo y no había suerte de que la pelota entrara. 

El Huesca se encerraba y renunciaba al balón, llegaba el minuto 90 e iba a acabar el partido en el área del Huesca y con la pregunta de ¿Se puede o no se puede?