Una vez más, el técnico emeritense salió del césped del Romano con la sensación de haber perdido la oportunidad de ganar el partido: "Ha sido un partido que teníamos controlado donde no supimos machacar cuando tocaba". Aún resuenan los fantasmas que hace poco golpearon casi de muerte a toda la esfera romana. Nafti ha rememorado el penalti del Villanovense en el 93 afirmando que "no se hicieron las cosas cuando tocaba", y más de lo mismo con el segundo gol en contra del Extremadura. "Son errores individuales graves a estas alturas, pero una cosa es lo que tengamos que corregir de cara al siguiente partido y otra es la sensación que tengamos dentro del vestuario", manifiesta el entrenador.
Vuelve a sentir impotencia ante la confrontación entre el resultado final y lo sucedido en el terreno de juego: "Las sensaciones del partido con ese empate no son las mejores pero el contenido del partido durante muchas fases del juego ha sido más que positivo". Lo tiene claro, y por eso reitera esta idea una y otra vez: "Sabíamos que íbamos a llegar con claridad en los últimos 30 metros teniendo esa felicidad en el juego y lo hemos hecho, pero nosotros necesitamos 20 centros para hacer un gol".
Otra vez, el franco-tunecino incidió en lo mucho que le cuesta a su equipo generar ocasiones: "Parece que nosotros tenemos que proponer muchísimo para crear peligro mientras que el rival, con muy poco, nos hace daño".
De nuevo los errores infantiles del Mérida AD condicionan el que quizás haya sido su partido más importante hasta la fecha (a la espera de que se juegue la vuelta), y de nuevo Nafti los acusa en rueda de prensa: "Nuestros errores manchan un poco el contenido de un partido donde hemos hecho cosas muy interesantes, pero hay otros aspectos que tendremos que trabajar esta semana porque hemos sufrido demasiado en las transiciones".
Por enésima vez en este curso (y quizás nos quedamos cortos), el Mérida se la juega en una finalísima con la diferencia de que, esta vez, sí que es la última.