Cinco días después de ganar su tercera Champions consecutiva, Zinedine Zidane deja el banquillo del Real Madrid. Una noticia impactante, que seguramente nadie se podía esperar tras la victoria en Kiev, y que dejó helado hasta al propio Florentino Pérez. El francés deja el listón muy alto y se va por la puerta grande, como merece, después de haber ganado más Champions que años ha estado en el cargo

Porque su idilio con la Copa de Europa no era algo normal. Asumió las riendas de un equipo que se desmoronaba tras la destitución de Benítez. Venía del Castilla y muchos lo calificaron como 'parche'. Ahora, dos años y medio después, se ha ganado un hueco en el podio de los mejores entrenadores de la historia del fútbol. Nadie podía representar mejor la relación que tiene este club con la Champions que Zinedine Zidane. No perdió ni una sola eliminatoria en esta competición y se convirtió en el primero en ganar dos Copas de Europa consecutivas. Nadie podía pensar que después de conquistar Milán y Cardiff podía llegar también Kiev. Pero con 'Zizou' en el banquillo todo podía pasar. Y pasó. Ganó su tercera Champions consecutiva y llevó al Real Madrid a lo más alto

"No es un adiós, sino un hasta luego"

Ha acostumbrado a la afición blanca a ganar Champions. Ha normalizado que este título conozca, como la palma de su mano, las vitrinas del Bernabéu. Unas vitrinas que se han quedado pequeñas y que tendrán que modificarse para que quepa esta Decimotercera. Porque 'La Novena' llegó al Bernabéu gracias a un gol suyo. 'La Décima' la vivió como segundo de Ancelotti. 'La Undécima' se la quitó al Atlético de Madrid en los penaltis. 'La Duodécima' consagró a su equipo como el mejor del mundo y dio un auténtico recital a la Juve. Y esta, la Decimotercera, se la arrebató a un histórico como el Liverpool.

Zidane levanta su tercera Champions consecutiva. Foto: Real Madrid.
Zidane levanta su tercera Champions consecutiva. Foto: Real Madrid.

Creó grupo y a un equipo ganador. Porque a Zidane no le ha hecho falta romper el mercado a base de talonario. No le ha hecho falta fichar a galácticos ni desmantelar la plantilla cada verano. Su mensaje fue el mismo desde el primer día hasta el último. Creía en todos y en cada uno de los jugadores y a todos los trató por igual. Con esa simpatía y con el respeto que significa su figura. Un tipo humilde y familiar, que caló en todos los corazones de los aficionados al fútbol en solo veintiocho meses. Parecía imposible que agrandara su figura como jugador, pero lo ha hecho. Una de las páginas más brillantes en los 116 años de historia del club ya tiene nombre y apellidos: Zinedine Zidane.