Desde Roque Santa Cruz, al club costa soleño le ha costado encontrar a un nuevo referente en el ataque. El paraguayo destacaba por su olfato de gol y su altura, que le permitía rematar de cabeza casi todo. Roque pasó por la etapa mala del club, pero también por la buena. Tras ella, el conjunto se empezó a desmembrar, y conforme se acercaba a su retiro futbolístico, Santa Cruz abandonó el club.

Más tarde los aficionados pusieron a prueba a Charles. Procedente del Celta, dio experiencia al Málaga y también resultados: fue líder goleador del equipo y solía realizar muchos remates a puerta. Tener a un delantero con olfato de gol siempre es clave: los de Martiricos fueron arriba en ese sentido con la incorporación de Sandro. El canario revolucionó el concepto de delantero en La Rosaleda.

Ramírez fue el héroe del club en la temporada 2016-2017. Si hubiera que definirle con dos palabras éstas serían potencia y pegada. El ex de La Masía culé buscaba siempre a portería, sin importar demasiado las condiciones del tiro. Y es que a este delantero le bastaba con girarse tras recibir la pelota, mientras era presionado por el rival, para poner muy a prueba al portero. Sandro terminó su relación con la entidad de Martiricos para marcharse a Inglaterra. Al año siguiente, se produjo el descenso malaguista con Rolán y En-Nesyri como titulares al ataque.

El uruguayo gustó a la grada, pero no era suficiente como para surtir al club de gol. En-Nesyri procedía de la cantera, y eso le otorgaba puntos frente a la afición. Lo intentó muchísimo; de hecho, fue el mayor rematador del club. Las cabalgadas del canterano y sus ganas eran sus mejores avales. Rolán también mostró valor y compromiso. La calidad, en este caso, no fue suficiente. Tampoco la cantidad: Rolán fue el máximo goleador, pero solo con 5 goles.

Los dos jugadores han compartido destino en el Leganés. Volvemos así a la casilla inicial: buscar delantero. La propuesta malaguista es Jack Harper y Gustavo Leschuk. El joven Harper destaca por su toque de balón: tiene una gran calidad con la pelota. Varios vídeos subidos a su propia cuenta de Instagram hacen notar que él mismo está orgulloso de su juego, y le gusta jugar como lo hace.

El argentino combina a la perfección con él: tiene el estilo de Roque Santa Cruz, es un alto rematador con capacidad para bajar balones que vengan de la defensa: ideal para la idea de Muñiz, que renuncia a tanta posesión para hacer gobernar a la efectividad. El caso es que son dos talentos que combinan: el toque de Harper puede abrir huecos y hacer bascular a los rivales, de modo que Leschuk pueda desmarcarse con mayor facilidad.

Sus diferencias también les hacen complementos naturales: lo que le falta a Harper lo tiene Blanco. Una alianza que puede antojarse clave en los intereses malaguistas. Si Muñiz sabe aprovecharlo, puede sacar partido. Se echa de menos la potencia de Sandro, que no aparece reflejada notablemente en ninguno de ellos. El olfato de Charles era clave, y Leschuk tendrá que demostrar si los malaguistas no tienen que echarle de menos.

Los atributos de Roque sí se ven en el juego del argentino: éste tendrá que trabajar para acercarse a su calidad. En-Nesyri, por su juventud y procedencia de la cantera, podría ser un reflejo de Harper. Sus habilidades son distintas, eso sí: Harper tiende al toque corto mientras En-Nesyri es capaz de realizar largas galopadas. Rolán también contaba con velocidad, pero su estilo de juego es distinto del de los nuevos fichajes malaguistas.

En definitiva, son dos jóvenes futbolistas que tienen todavía muchos que demostrar sobre el campo. La base es que pueden ser clave si se combinan. Muñiz será el encargado de poner las piezas encima del tablero.