Un Real Oviedo que sigue buscando su rumbo en la actual campaña recibía al Club Atlético Osasuna en el Carlos Tartiere. Los de Pamplona tenían el objetivo de ganar su primer partido fuera de casa, mientras que los carbayones querían sumar la segunda victoria consecutiva en su feudo

A contracorriente

Por si la derrota contra el Rayo Majadahonda no fuese suficiente, el Real Oviedo comenzó perdiendo ante el Osasuna desde el minuto dos de partido, en una jugada de saque de esquina en la que la poca contundencia defensiva hizo a los de Anquela recibir justo al principio del encuentro. Tanto Alfonso Herrero como los hombres que estaban en el área se mostraron imprecisos y Unai García aprovechó para recoger el esférico y disparar a puerta sin que el guardameta carbayón pudiese hacer nada. Tocaba remar desde el principio del encuentro. 

Las dudas que generó el gol se hicieron evidentes en el juego del Real Oviedo durante toda la primera mitad, sin apenas profundidad, cometiendo muchos errores y sin generar peligro al portero rival. Forlín no era capaz de encontrar a nadie a quien pasar el balón más que a Bolaño e incluso Javi Hernández, los otros dos centrales, a los que solo les entregaba balones horizontales; Diegui no generaba nada de peligro cuando recibía en estático y el centro del campo estaba desaparecido, marcado por un partido gris de Folch y la poca participación de Tejera. Además, Joselu arriba se veía en una isla, corriendo a presionar sin nadie que le acompañase, desfondándose para nada y sin que le llegasen balones en ventaja, ya que físicamente perdía los duelos por alto contra Aridane. La mayor ocasión de peligro para los locales fue, de hecho, un error de la defensa del Osasuna, en el que una cesión de cabeza al portero casi se convierte en gol en contra gracias a la presión del delantero andaluz, pero finalmente Rubén logró atrapar y disipó la amenaza. 

Con el pitido final que indicaba el descanso, las conclusiones que se sacaban eran que había poco juego, que Javi Hernández, a pesar de ser del Vetusta, estaba siendo el mejor de los de azul, y que mucho iba a costar levantar ese partido.

Javi Hernández, la mejor noticia de la primera mitad | Imagen: Real Oviedo
Javi Hernández, la mejor noticia de la primera mitad | Imagen: Real Oviedo

Ibra, el hombre que lo cambió todo

Por primera vez en mucho tiempo, Juan Antonio Anquela se mostró valiente al realizar una sustitución con el partido perdido. Aprovechando la tarjeta amarilla a Forlín, sacó del campo al defensa argentino en el minuto 56 para introducir a Ibrahima Baldé y acompañar a Joselu con un segundo delantero. Apenas tres minutos después de que el senegalés entrase en el campo, Tejera pone un gran centro buscando al delantero, pero llega antes el zaguero rival Unai García, que intenta despejar el cuero con poca fortuna, ya que el balón acaba introduciéndose en la portería de Rubén, sumando así el primer gol del Real Oviedo sin que los azules hubieran tirado todavía entre los tres palos

A partir de el gol, y con la increíble participación de Ibra, el conjunto ovetense se vino arriba, realizando un fútbol mucho más combinativo que en la primera mitad, y con los delanteros disfrutando de buenas oportunidades. El senegalés tuvo dos acciones casi iguales para poner al Oviedo por delante, pero falló en los controles después de haber realizado un gran desmarque. Ibra, además, se mostró muy activo y queriendo jalear al público del Tartiere, indicando con los brazos que animasen más en los saques de esquina, y yendo siempre a por los balones para que no se perdiese nada de tiempo. El ariete había despertado al Carlos Tartiere y se estaba convirtiendo en hombre clave en el encuentro. De hecho, la expulsión de Lillo por doble amarilla viene en una dura falta que le hace el defensa, dejando al Osasuna con diez.

Ibra coge el balón mientras celebra el primer tanto azul | Imagen: Real Oviedo
Ibra coge el balón mientras celebra el primer tanto azul | Imagen: Real Oviedo

Saúl Berjón

El Osasuna comenzó a mostrarse muy impreciso y pareció aceptar el hecho de que el Real Oviedo les iba a encerrar lo que quedaba de partido, ya que los de rojo cometían fueras de juego cada vez que intentaban salir a la contra tras el asedio local. Con estas premisas, los de Anquela se echaron arriba intentando remontar un partido que se les había puesto muy complicado en el minuto dos.

Cuando las fuerzas fallan y las cabezas no están lo frescas que estaban al inicio, es el momento de que aparezcan los genios, las estrellas de los equipos. Saúl Berjón tuvo un partido gris, como los últimos que ha jugado con el Real Oviedo, cometiendo muchos fallos y sin ser el hombre diferencial, pero es Saúl Berjón, y nunca se puede dudar de él

En el minuto 89, Mossa recibe una dura falta en el lateral, otorgando a los azules una ocasión de peligro para culminar la remontada. La primera intención de Berjón era la de usar la estrategia, poniéndole un balón franco a Tejera para definir, pero el esférico se le va muy alto al no conectar bien el disparo. Afortunadamente, el árbitro indicó que no había pitado todavía, por lo que el saque se tenía que repetir. Sabiendo que la estrategia no iba a funcionar de nuevo, Saúl Berjón, que tiene un guante en las botas, puso el cuero en la escuadra contraria, haciendo que el intento de despeje de Aridane no pudiese evitar que el balón se introdujese en la portería rival, dándole al Real Oviedo la victoria in extremis, en el mismo minuto en el que habían perdido la semana anterior

Saúl Berjón celebra su golazo final | Imagen: Real Oviedo
Saúl Berjón celebra su golazo final | Imagen: Real Oviedo

Con esta victoria, los de Anquela suman 15 puntos esta Liga 1|2|3 y encadenan dos victorias seguidas en casa. Su siguiente rival será el Nàstic de Tarragona fuera de casa, el domingo 28 a las 12:00 del mediodía.