Corría el minuto 37 de partido y Gareth Bale caía al suelo en un choque con un jugador del Villarreal en lo que parecía ser una acción fortuita sin más, pero terminó desencadenando en preocupación. El jugador galés se bajaba la media de su pierna izquierda mientras buscaba con la mirada la zona de banquillos, saltaban las alarmas.
Bale terminó jugando lo que restaría de primera parte con claros síntomas de molestia, dando ligeros trotes sobre el terreno de juego para probarse. Finalmente, iba a ser sustituido en el descanso, dando Solari entrada a Isco.
Ya no es sorpresa que el expreso de Gales se retire de un partido por lesión, sino que comienza a ser algo común a la par que preocupante.
El pasado 12 de diciembre Bale se lesionaría también en el partido de Champions League contra el CSKA de Moscú. Dicha lesión le mantendría fuera apenas unos días, llegando entonado al Mundialito de Clubes, donde iba a jugar tanto la semifinal (logrando un hat-trick) como la final, partiendo en ambos encuentros de inicio.
Lo que parecía ser el año del galés, con la marcha de Cristiano Ronaldo en verano, no está siendo nada respetado por las lesiones.
Y es que, ya son 22 lesiones las que ha sufrido el de Cardiff desde que es jugador blanco, 14 de ellas han sido en mitad de un partido, provocando así su sustitución.
El calvario del jugador comenzaría en su primer año en el Real Madrid, sufriendo hasta tres lesiones diferentes en el mes de septiembre, pero su peor temporada, sin duda, sería la 2016/2017. En ese año, Bale caería lesionado tres veces, llegando a pederse 27 partidos con su equipo, lo que viene a ser prácticamente la mitad de la temporada.
A expensas de conocer los resultados finales de su lesión, Gareth Bale se perderá por precaución el próximo partido de Liga que enfrentará al Real Madrid con la Real Sociedad en el estadio Santiago Bernabéu este domingo.