El destino, siempre caprichoso, ha querido que Real Madrid y Barcelona se citen en las semifinales de la Copa del Rey. Una competición que regenta el conjunto azulgrana durante los últimos años, pero que desde la entidad de Chamartín han etiquetado como objetivo primordial junto a la Champions. La última Copa que ganaron los merengues fue hace cinco temporadas, allá por la 2013-2014, y fue precisamente al Barcelona en la famosa galopada de Bale por dos tantos a uno. 

Saciados de Champions, como ya adelantó Isco en la celebración de la misma, "Quiero una Copa del Rey, que como ha cambiado ya ha caducado". Y al malagueño razón no le falta. Fue en el mismo año en el que Juan Carlos I abdicase en su hijo Felipe VI cuando el cuadro merengue ganó su última Copa del Rey. Ya toca. Solari sabe que la Liga a estas alturas está ya prácticamente sentenciada y que sus opciones para continuar al mando de la nave blanca pasa por, al menos, ganar la Copa. Debutó en el banquillo del Real Madrid en esta competición y, quién sabe, si será su primer título nacional.

La historia habla por sí sola

Para llegar a la final, los de Solari tendrán por delante al rival más atractivo del sorteo. Una eliminatoria histórica, dónde los dos mejores clubes del planeta se verán las caras primero en el Camp Nou el 6 de febrero y después en el Santiago Bernabéu el día 27. En los veinte precedentes coperos entre Real Madrid y Barcelona, los azulgranas se han llevado la eliminatoria en siete ocasiones por seis del Madrid. Sin embargo, los blancos se han llevado cuatro finales por tres del Barça. Todo está muy ajustado, y pase lo que pase en estas semifinales, lo seguirá estando. 

Ramos golpea el cuero. Foto: LaLiga Santander.
Ramos golpea el cuero. Foto: LaLiga Santander.

Ambos clubes, que suman dieciocho Copas de Europa, se citan en un ambiente de gala. La realidad es que por más que los petrodólares quieran hacer grandes a otros clubes, Real Madrid y Barcelona ya nacieron así. Ya nacieron con algo especial y el paso de los años lo único que hace es acrecentar sus legados. Será una eliminatoria con encanto para los amantes del fútbol. Y no solo para los que lo ven a través de las plantillas, sino también para los protagonistas que desde niños anhelan con jugar un partido de estas características.

Son tres clásicos en tres semanas. Pero es que el Barcelona no será el único gran rival que tendrá por delante el Madrid en las próximas fechas. Se avecina un calendario complicado para la entidad presidida por Florentino Pérez. El día seis la ida contra el cuadro catalán, el nueve un partido de Liga ante el Atleti y el trece la ida de cuartos ante el Ajax. Después, el veintisiete tendrá lugar la vuelta de semifinales con el Barça y dos días más tarde un partido de Liga contra los mismos para acabar el día cinco con la vuelta frente al Ajax. Un calendario de infarto que, sin lugar a dudas, determinará la fina línea de éxito o fracaso del Real Madrid esta temporada.