Llega lo serio. El Real Madrid se enfrenta a una prueba de fuego que puede ser determinante para el devenir de la temporada. En la parroquia blanca se lucha por todos los títulos posibles todas las temporadas, y mañana es un día clave: seguir optando a todos los trofeos o en cambio, perder el primero de estos. Y aquí es cuando entran en juego los jugadores. El conjunto blanco necesita el máximo de todos y cada uno de los componentes de la plantilla para conseguir batir al FC Barcelona y clasificarse para la final de la Copa de Su Majestad el Rey.

Dentro de la calidad indudable que tienen todos los jugadores del conjunto (de ahí que estén en este equipo), se busca a uno en especial. Un jugador que siempre ha andado a la sombra de un tal Cristiano Ronaldo y que nunca ha terminado de “explotar” en el Real Madrid. Un jugador que se ha asentado en el club de los cuestionados del equipo y que, según muchos aficionados, tras seis años, no ha justificado el dinero que se pagó por él (100 millones de euros).

El Real Madrid necesita encontrar a Gareth Bale y este necesita encontrar al Real Madrid. Por beneficio mutuo y colectivo. Dejar de lado los cabreos, bajonazos o malos gestos y sustituirlos por goles, asistencias y carreras por la banda. Debe ser el jugador del que todo se esperaba cuando llegó, y ese líder del grupo tras la marcha de Cristiano.

Los datos del Galés en los clásicos son algo pobres: dos goles en los doce que ha disputado, en los que ha cosechado  siete derrotas, dos empates y tres victorias. Pero este jugador tiene potencial, y en Chamartín lo saben. Su falta de continuidad por culpa de las lesiones o el hecho de jugar con uno de los mayores goleadores de todos los tiempos ha eclipsado su calidad, calidad que también (pese a todo esto) se ha dejado ver en muchas ocasiones por el Bernabéu, y  que ha hecho que nunca se pierda la entera confianza que se depositó en él desde el primer momento.

En el Clásico disputado en el Cap Nou el pasado 7 de mayo de 2018, Gareth consiguió el empate de su equipo con un gran gol desde fuera del área y al primer toque, muestra de la precisa, a la vez que potente pierna izquierda que tiene. Y como olvidar su famoso gol en la final de Copa en la temporada 2013-2014 que consagró al Madrid como campeón. Primer clásico, primer gol al Barça y primer título, nada más y nada menos. Datos que invitan al optimismo blanco sobre este jugador.

Si alguna vez le preguntan quién fue Bale o cuáles eran sus características como jugador, muestren ese gol. Resistencia física, fortaleza en el cuerpo a cuerpo, velocidad, potencia y explosividad. Basta con robar el cuero cerca de tu área y buscar un balón abierto a banda. Lo demás, Gareth Bale. Control y a correr, supera la falta que Bartra le hace (sacándolo del campo) y, ganando a este por velocidad y ante la atónita mirada del "Tata" Martino, que veía venir lo que estaba a punto de pasar, resuelve con facilidad por debajo de las piernas de Pinto. Un golazo que decide una final en el minuto 84 de partido.

Ese es el Gareth que tiene que aparecer mañana si, junto a sus compañeros, quiere seguir vivo en todas las competiciones y dejar al máximo rival fuera de una. Ese es el jugador que debe demostrar a su afición, una de las más exigentes del mundo, que puede llegar a ser un top mundial, un futbolista de mucho potencial, y para mucho tiempo. Ese es Bale, el expreso que debe acelerar.