Cómo han cambiado las cosas en pocos meses. De 11 de noviembre, a 11 de marzo, solo cuatro meses después, el Real Madrid se encuentra en una situación que poco recuerda a la que vivía cuando visitó al Celta de Vigo en la primera vuelta. En esa ocasión, los blancos se impusieron 2-4 para encadenar su cuarta victoria consecutiva. Eran momentos felices para Santiago Solari en el banquillo del Real Madrid. Benzema, Cabral en propia puerta, Sergio Ramos y Ceballos eran los autores de los goles bajo el diluvio en Balaídos.

El buen comienzo de Solari

El técnico argentino empezó con buen pie en el banquillo blanco. A la conclusión del encuentro en Balaídos, Santiago Solari sumaba cuatro victorias consecutivas y hacía olvidar la debacle de los merengues en el Camp Nou pocas semanas atrás.

Ese día, el Real Madrid se adelantaría merced a un gran control de Karim Benzema y mejor definición al palo corto. Con un Celta muy volcado sobre la portería blanca, Benzema avisaría de nuevo gracias a un trallazo al larguero. Poco después, otra gran jugada del francés acabaría en gol tras impactar en Gustavo Cabral. El Celta de Vigo recortaría distancias con una gran volea de Hugo Mallo pero no podría remontar el resultado.

Odriozola forzó un claro penalti que transformó Sergio Ramos a lo "panenka" y Dani Ceballos metería el cuarto. Aun habría tiempo para más, con el gol de Brais Méndez para maquillar el resultado.

Eran otros tiempos para el Real Madrid, más tranquilos, y con mejores resultados. Santiago Solari iniciaba una etapa que, parecía, podía ser bastante fructífera. Tan solo cuatro meses después se ha comprobado que no ha sido así. Zinedine Zidane cogerá las riendas del equipo de nuevo, con la difícil misión de recuperar la moral de un grupo alicaído, que ha sido capaz de lo mejor y de lo peor en los últimos años. Este sábado, a las 16:15, la primera piedra de toque frente al Celta de Vigo en el Santiago Bernabéu.