El Real Madrid perdió en la pasada jornada 1-0 contra el Rayo Vallecano en un partido que no emocionó a nadie. El rival ganó con un empate en el minuto 23 de Embarba y poco más pasó.

Zinedine Zidane intentó darle frescura a su equipo con una alineación en la que estaban jugadores como Ceballos, Llorente y Mariano. Eran los nombres más nuevos dentro del once inicial, que acompañaban a otros que suelen ser casi fijos como Modric, Kroos, Carvajal, y Marcelo. También le dio la oportunidad a Gareth Bale para aprovechar su velocidad y la de Mariano para así incomodar a la defensa contraria.

Regresó a la titular Courtois después de su lesión y fue de las pocas notas altas del partido. Al inicio ambos equipos buscaron las vías para llegar al gol. La defensa del Rayo tuvo que ajustar detalles para contener a los delanteros merengues, pero no sufrieron en gran medida a lo largo del encuentro.

Por otro lado, la defensa del Madrid si recibió los ataques de un Rayo disminuido y preocupado por su lugar en la clasificación como una total sorpresa. Varane a media marcha, Vallejo con poquísimo rodaje en la temporada y los laterales Carvajal y Marcelo, prácticamente inertes en todas las facetas del juego, no ayudaron.

El penal del Rayo vino de un error en marca de Vallejo que lo lleva a halar de la camiseta al delantero rival en el área. Fuera queda la discusión de si fue penal o no, porque más allá de eso, solo en números, los rivales del Madrid hicieron más por llevarse los tres puntos. Consiguieron 12 remates (cinco al arco) vs. a los nueve (tres al arco) del Real Madrid.

La posesión que tuvieron los merengues a favor fue completamente inútil y la alta taza de pases acertados no son un indicativo de un buen juego, sino de una propuesta en el campo sin ideas ni creatividad.

Zidane intentó cambiar los ritmos del partido con los ingresos de Lucas Vázquez que imprimiera velocidad, Brahim Diaz que dio una buena impresión entre semana con individualidades y con Isco, para darle mejor manejo al balón.

Pero la verdad es que los cambios no impactaron de buena manera al equipo, que parecía jugar con total desidia, apatía y desinterés.

Eso fue claramente lo que afectó más a su entrenador, quien después en la rueda de prensa, estaba corto de explicaciones ante uno de los peores partidos del Madrid en una temporada que ha tenido más oscuros que claros.