En la ciudad de Yeda no se habla de otra cosa. En un país, el de los Emiratos Árabes, en el que el fútbol ha sido siempre un remedio ante el panorama político, ya se cuentan las horas para que comience a rodar el balón en un evento inédito que servirá como catapulta de un nuevo formato de la Supercopa de España, competición que reúne anualmente a los campeones nacionales,- de Copa del Rey y de la Liga-, de nuestro país. El torneo no sería lo mismo sin su máximo exponente, un FC Barcelona, que a expensas de estrenarse en el novedoso cuadrangular, ya ha levantado hasta en 16 ocasiones esta taza tradicionalmente veraniega. Lo saben bien los nuevos anfitriones, que del 8 al 11 de enero no dejarán vacia ninguna de las 62.000 butacas que hospeda el flamante King Abdullah Sports City para ver, entre otras figuras, al máximo exponente del fútbol actual, como es el argentino Lionel Andrés Messi, galardonado como el mejor futbolista del pasado curso. El "10" liderará las opciones de su Barça para tratar de vencer, primero el jueves 9 de enero al Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone, y de revalidar el título que conquistó por última vez ante el Sevilla en Marruecos en una hipotética final ante el Real Madrid o el Valencia CF.

Con el Atlético como primera piedra en el camino, el Barça buscará levantar en el King Abdullah Sports City su decimosexta Supercopa de España

En busca de la reafirmación

El FC Barcelona llega a tierras árabes, no sólo en busca de la reedición de uno de sus cetros fetiches como es la Supercopa de España, de la que puede presumir haberla levantado como el que más hasta en dieciséis ocasiones, sinó en busca de reafirmarse como firme candidato a todo en el año que comienza. El proyecto ganador que lidera Ernesto Valverde se ha visto inmerso desde que en agosto encaró su tercera temporada en un convulso periodo de altibajos, en lo que a resultados y sensaciones se refiere. A pesar de cerrar el pasado año en lo alto de la clasificación liguera y un recorrido prácticamente inmaculado por Europa, el juego azulgrana, excesivamente dependiente de su principal exponente Leo Messi, preocupa a sus hinchas mirando hacia el final de temporada.

Leo Messi ya mira hacia el primer reto del 2020, la Supercopa. FOTO: Noelia Déniz
Leo Messi ya mira hacia el primer reto del 2020, la Supercopa. FOTO: Noelia Déniz

El plantel azulgrana ha reunido desde agosto un envidiable catálogo de nombre internacional, con el neerlandés Frenkie De Jong y el galo Antoine Griezmann como las incorporaciones más sonadas, sumándose a seguros de vida como el propio Messi o su compañero en ataque Luis Suárez. Sin embargo, estas piezas no han logrado hasta la fecha exprimir- al menos eso parece desde ojos ajenos- su máximo potencial, dejando alguna que otra decepción en lo que va de curso. La última de ellas, nada más y nada menos que ante uno de los aspirantes a discutir al Barcelona su condición de favorito como es el Real Madrid. El último clásico que enfrentó a ambos en el Camp Nou, pese a un meritorio empate, dejó sensaciones contradictorias en ambos lados, en especial un sabor agridulce en el entorno culé, que echó en falta la superioridad en el control del juego. El margen de maniobra es cuanto menos amplio para los azulgrana, que esperan comenzar el año con la revalidación de un nuevo título.

El análisis táctico

Escudándose en el tradicional 4-3-3 y adoptándolo en todas sus variables, Ernesto Valvrede ha sido desde su llegada a Can Barça fiel a los reclamos futbolísticos de una entidad como es el FC Barcelona. De ese dibujo, ahora encaminado hacia los pasos del máximo artífice del fútbol culé Lionel Andrés Messi, han surgido los principales éxitos de la historia reciente del club de la mano de técnicos como el propio Johan Cruyff. Valverde, por su parte, ha decidido otorgar el protagonismo absoluto a la esencia de su equipo, el argentino, por el que pasan todas las posibilidades del juego culé. Una confianza, la del técnico txuri-urdin hacia su mejor futbolista, que ha derivado en una decadencia del juego colectivo observada por muchos y que de la mano de la innegociable calidad del equipo, espera conservar pese a los altibajos.

Ernesto Valverde ha encontrado en el 4-3-3 su dibujo predilecto, en el que brillan por encima del resto Leo Messi y Marc André Ter Stegen

Los resultados de esta temporada han dejado en evidencia, en parte, las flaquezas defensivas del elenco azulgrana, que basa en la inspiración de Marc André Ter Stegen bajo palos su fiabilidad. El juego de pies del alemán combinado con su habilidad como guardameta, lo convierten en el perfil que siempre se ha buscado en Can Barça. Por él pasan todas las jugadas, elaboradas en la medular por Frenkie De Jong,  Sergio Busquets y Arthur Melo, quien podría regresar al once en Arabia Saudí. El holandés, ha sido sin duda la otra gran notícia en lo que va de campaña, haciendo valer el prestigio que alimentó la pasada temporada conduciendo al sorprendente Ajax de Amsterdam. El para muchos heredero de Johan Cruyff, ha resultado en más de una ocasión la solución a la falta de juego atribuída desde muchos sectores, sabiendo conectar la zaga defensiva con el ataque culé.

Frenkie De Jong, motor del centro del campo cul
Frenkie De Jong, motor del centro del campo culé. FOTO: Noelia Déniz

Arriba, el estelar tridente formado por Luis Suárez, un desdibujado Antoine Griezmann que, amoldado a la banda izquierda aún no ha sabido sacar el potencial que costó 120 millones, y el propio Leo Messi, líder indiscutible en la fase ofensiva y de elaboración de su equipo. A la falta de integración del ex del Atlético de Madrid, ha sabido responder Ernesto Valverde con soluciones de la casa. Los jóvenes canteranos Carles Pérez, y en mayor presencia, Ansu Fati, han resultado ideales para revolucionar la banda izquierda, en la que como en campañas anteriores sigue predominando la estela de Jordi Alba. El de Cornellá por su parte, sigue tejiendo combinaciones con el omnipresente Leo Messi, de las que fluyen gran parte de las oportunidades goleadoras del equipo culé. Estos son los ingredientes de un equipo más falto del juego cultivado en Can Barça de lo que se podría esperar, pero que goza de un arsenal de nombres más que envidiable, y que cimenta en la presión y en la verticalidad sus esperanzas de cara al triunfo.

El Barça, infalible en la Supercopa 

Hablar de la Supercopa de España, -torneo vigente con este nombre en la temporada nacional desde el 1982-, no tiene sentido sin hacer referencia a su máximo exponente. El FC Barcelona se ha convertido desde su primera celebración en el club más galardonado de la taza tradicionalmente veraniega que este año se trasladará a comienzos de año para redibujar su formato. Hasta en dieciséis ocasiones (1948, 1952, 1953, 1983, 1991, 1992, 1994, 1996, 2005, 2006, 2009, 2010, 2011, 2013, 2016, y la última, en 2018) se ha erigido el conjunto culé como campeón de este torneo que hasta la fecha se ha decidido a una doble final entre el campeón de la Copa del Rey y de la Liga, o como ha sucedido en más de una ocasión a los dos finalistas de la Copa del Rey. 

Desde 1948, el FC Barcelona ha levantado este título que en 1982 acuñó el nombre de Supercopa de España hasta en 16 ocasiones, y busca extender su palmarés

El Barça de Valverde, a por una nueva Supercopa. FOTO: Noelia Déniz
El Barça de Valverde, a por una nueva Supercopa. FOTO: Noelia Déniz

Bien conocen lo que es alzarse con este título dos de los principales nombres azulgrana, Leo Messi, actual pichichi de la competición con 17 tantos, y su entrenador, Ernesto Valverde, quien con el RCD Espanyol, Athletic de Bilbao y ahora con el Barcelona, lo ha logrado en 7 ocasiones, situándose como el segundo entrenador con más títulos de la Supercopa española. Las participaciones blaugranas en la competición se extienden a 28, habiendo caído en 12 de ellas. La más reciente, la primera disputada en tierras extranjeras, concretamente en Marruecos, donde el conjunto culé se impuso al Sevilla FC por 2 goles a 1 gracias a los tantos de Gerard Piqué y Ousmane Dembelé, ausente en esta edición, en la prórroga.