Con una marcha menos y en medio de las problemáticas con el club, los de Mestalla disputaron ayer la jornada 33 que cerraría con un nuevo fracaso del equipo ché ante el Athletic Club de Bilbao. La derrota del Valencia ha supuesto el encadenamiento de tres partidos consecutivos en los que los valencianos no han marcado gol en los 270 minutos disputados, dato que no ocurría desde la temporada 2007/2008 con Koeman al mando. Asimismo, el conjunto que dirige Voro iba a perder lo único que le quedaba, la imbatibilidad en Mestalla en competición liguera.

El encuentro disputado contra el conjunto de Garitano acentuaba todavía más la crisis de los blanquinegros con dos goles de Raúl García que le valieron la victoria. De nuevo corría en el césped un equipo al que le costaba arrancar y recomponerse. Un Valencia que venía de dos partidos seguidos sin lanzar a portería le bastaron tan solo 5 minutos para comenzar a ver puerta.

Dos errores, dos goles

Sin embargo, a pesar de que los de Voro se lanzasen al terreno de juego de una manera diferente a la del resto de encuentros, un error en el pase de Kondogbia supuso el primer tanto del partido. Fue a raíz del primer gol cuando Cillesen comenzó a tener verdaderos problemas en la portería que defiende, siendo esta bombardeada hasta la primera media hora del encuentro.

La sensación de superioridad de los bilbaínos iba in crecendo mientras la del Valencia era cada vez más la de estar fuera del partido. A pesar de no tener un juego brillante y todavía las ideas desordenadas, el Valencia conseguía llegar a puerta en varias ocasiones. El delantero uruguayo, Maxi Gómez, perdonaba de cabeza el que podía haber sido el empate del partido antes de finalizar la primera parte.

Con un ritmo muy bajo, los valencianos volvían a cometer nuevamente un fallo que sentenciaron el resultado, esta vez sería a pase del canterano Jaume Costa.

Dos errores individuales y dos goles no solo dejan una derrota en los cauces del Turia, sino que muestran una vez más la debilidad de un equipo frágil e incapaz de recomponerse en su propia casa, con una defensa irreconocible y con prácticamente los mismos jugadores que hace veinticinco meses te regalaban la octava Copa del Rey.

Voro, “salvador”, pero no mago

Con el final de La Liga a la vuelta de la esquina y los malos resultados encadenados en los últimos encuentros, Celades fue cesado y de nuevo Voro fue el elegido para calmar las aguas y acabar con los frentes abiertos. Sin embargo, el interino, que ha cogido los mandos en seis ocasiones, todavía no tiene una varita mágica que le permita dar la vuelta a la caótica situación que envuelve al club.

Con la salida del que fuese entrenador de la selección sub 21, las dinámicas habían cambiado y el espejismo del juego de Marcelino iba a estar presente, así lo afirmaba Rodrigo en las declaraciones post partido: «Voro ha intentado recordar cosas que hacíamos con el anterior del anterior entrenador».

La derrota frente a los leones también hizo al Valencia perder el invicto en casa. Los ché no perdían un encuentro en Mestalla desde que se enfrentaron al Ajax en fase de grupos y al Atalanta en octavos de la Champions League. Por si fuera poco, pese a que el interino entrase al rescate, el Valencia solo ha conseguido 4 de los posibles 18 puntos y se posiciona décimo en una tabla en la que no consigue escalar puestos.

Imagen vía: Valencia CF
Imagen vía: Valencia CF

Querer y no poder

Los rostros de los jugadores y el desquicio de parte de ellos eran otra de las muestras de lo mucho que le pesa esta situación al equipo blanquinegro. Una plantilla mentalmente destruida, sin alma y con un proyecto futbolístico inexistente desatan casi de forma completa al Valencia de entrar en posiciones europeas el próximo curso.

En este fatídico año, los tiempos difíciles nunca han dejado de correr para el valencianismo.