Otro partido más en el que el belga, en algún momento clave de los 90 minutos, aparece para salvar a su equipo. Lo ha hecho cada vez que los suyos lo han requerido desde incluso antes de la vuelta a la competición y, como no podía ser menos, lo hizo también en el encuentro decisivo que sirvió para que su equipo se proclamara campeón de La Liga.
Corrían los minutos finales. El Madrid estaba ya más pendiente de mantener el resultado y los futbolistas ya reproducían en sus mentes el momento de levantar el trofeo. Justo ahí, cuando la concentración disminuye, surgió la figura del gigante belga para evitar el empate del Villarreal con una doble parada. Primero, una gran estirada a un centro que se envenenó y tras ello se encargó de tapar con los pies el disparo del rechace a bocajarro desde prácticamente dentro del área pequeña. Una intervención que sirve para terminar por todo lo alto una campaña llena de momentos decisivos y seguridad defensiva.
Eso es precisamente lo que Thibaut ha aportado a su equipo este año. Seguridad. Una planta majestuosa, con una altura cercana a los dos metros que intimida a los delanteros rivales. Cada balón que merodea el cielo del área blanca tiene un destino: las manos del guardameta blanco. Por si fuera poco, esta temporada le ha añadido la capacidad de aparecer en momentos claves para darle puntos a sus compañeros. Unas actuaciones que le sitúan, indiscutiblemente, como uno de los mejores porteros del mundo.
De esta forma, como uno los mejores en su posición y parte fundamental del equipo campeón, está muy cerca de convertirse en el Zamora de esta temporada. A falta de un partido encabeza la clasificación particular de porteros con 20 goles recibidos en 34 partidos jugados, lo que se traduce en un coeficiente de 0,59. Por detrás del belga se encuentran Oblak y Unai Simón con coeficientes de 0,7 y 0,88 respectivamente. Casi imposible que se le escape.
Si, como es presumible, lo acaba consiguiendo, se convertirá en el primer portero madridista en ganar esta distinción individual desde que cayera en manos de Iker Casillas hace 12 años. Este galardón, acompañado de una temporada espectacular y la consecución de un título liguero, sitúa a Thibaut Courtois a la altura de porteros históricos del Real Madrid. Con una edad de 28 años y muchos años por delante, el belga tiene un futuro esplendoroso como guardián de la portería blanca si continúa con el nivel mostrado este año. Las críticas, de momento, han desaparecido por completo.