Los atacantes valencianistas en números

28 goles entre los cinco arietes. Ese es el dato. Poca llegada y poco acierto. Analizamos uno a uno cómo les fue a los delanteros del Valencia CF

Los atacantes valencianistas en números
Fuente: EFE
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Por Paula Pérez

La de los delanteros quizá sea la tarea más bonita, agradecida y vistosa del fútbol. Ellos son quienes levantan a todo un estadio al unísono y retumbante grito de gol. Quienes, disfrazados de pirotécnicos, aportan la pólvora necesaria para la explosión de júbilo y felicidad entre sus seguidores. Una emoción que la afición blanquinegra midió con cuentagotas durante la recién terminada campaña. En suma, registros pobres y faltos de electricidad para un Valencia que, en conjunto, tampoco dio la talla

Rodrigo Moreno, máximo asistente

Rodrigo celebra el 0-1 ante el Chelsea en la Champions League | Fuente: Valencia CF
Rodrigo celebra el 0-1 ante el Chelsea en la Champions League | Fuente: Valencia CF

Su estilo de juego beneficia mucho al equipo. Gracias a su función de engranaje -la de bajar a recibir el balón y enlazar la defensa con la delantera-, ha conseguido erigirse como el máximo asistente de la zaga ché con un total de 11 asistencias en todas las competiciones. Con Rodrigo en el verde, el Valencia genera más peligro. Aunque ha vivido temporadas brillantes en cuanto a gol se refiere, como la 2017.18 con 19 tantos (máximo anotador), acumula sólo 7 dianas en los 34 partidos que ha disputado. Cifra muy decepcionante para un ariete inamovible del once inicial.

Rodrigo es ese futbolista diferencial que todo entrenador querría tener en sus filas. Buena cuenta de ello dan los valencianistas, que llevan muchos y agónicos mercados de fichajes a la espalda con el '¡ay!' de su marcha. Real Madrid, Atlético, Barcelona... no le han faltado novias al hispano-brasileño. Sea como fuere, ya se cumplen seis años de su debut con el conjunto de la capital del Túria. Desde entonces hasta ahora, no podemos entender su peso en el vestuario sin la figura de Marcelino García Toral. El asturiano lo cargó de galones y pulió sus cualidades para hacerlo brillar. Tanto que consiguió ser el máximo goleador entre la 2016.17 y la 2018.19, coincidiendo en los tiempos con la estancia del técnico en Valencia.

El control, su gran especialidad. Cuántas veces lo hemos visto perfilarse para recibir el balón en el lado adecuado. Y cuántos 'mano a mano' ha tenido con los arqueros rivales en consecuencia. La rodilla derecha, su peor enemigo. En enero, sufrió un esguince que lo mantuvo un mes de baja y algún que otro  partido sin estar al cien por cien. A principios de julio, tras el Valencia CF-Athletic Club (0-2) -primero de Voro en el banquillo-, dijo adiós a la temporada por una rotura parcial del ligamento externo de la rodilla. El Valencia ha sufrido su ausencia en este fatal tramo final. ¿Quién sabe si el cuadro de Mestalla hubiera entrado en Europa con sus prestaciones? Nadie. Pero si algo tiene el internacional español es que aparece en las grandes ocasiones. Cuando más se precisa de él. En la memoria de los valencianistas aún se celebran sus tres goles en aquellos octavos de final de la Copa del Rey ante el Getafe. O su decisivo gol en la final de la competición que nos hizo soñar que no teníamos techo. O sus goles en Stamford Bridge y en el Amsterdam Arena para devolvernos a unos octavos de la Liga de Campeones 7 años después. 

Un insípido Kevin Gameiro

Gameiro en el partido de Champions contra la Atalanta | Fuente: ValenciaCF
Gameiro en el partido de Champions contra la Atalanta | Fuente: ValenciaCF

No ha sido su año. El francés ha completado su curso más discreto en el Valencia. Hablar de Kevin Gameiro es hacerlo de un goleador nato. Sin embargo, sus 8 definiciones y sus 3 asistencias en 39 partidos indican poca determinación y sequía goleadora. A pesar de sus malas rachas, su veteranía y personalidad han hecho que nunca pueda ponerse su entrega en entredicho.

Sin lugar a dudas, su fuerte son los portentosos desmarques de rotura que tira a la espalda de los defensas. Es la ejemplificación de la famosa frase de "al fútbol se juega con la cabeza". Su inteligencia e intuición, sumados a la calidad de su remate, hacen que el artillero sea muy participativo en zona de tres cuartos. El club ha echado en falta sus números de la 18.19, en la que marcó en 12 ocasiones y asistió en 8, siendo imprescindible para la consecución de la Copa del Centenario con una obra de arte para abrir el marcador del Benito Villamarín

Se ha hablado largo y tendido de la preparación física, pues ha habido muchas y largas lesiones. Uno de los que más lo ha vivido es el francés. En septiembre, sufrió una distensión en el muslo posterior de la pierna derecha. Por el mes de octubre, una lesión en los isquios. En diciembre, una microrrotura en el gemelo. Y, en febrero, una lesión muscular en el muslo izquierdo. 

Marcelino pareció haber encontrado su pareja de baile ideal para la delantera, formada por Gameiro y Rodrigo. Pero su protagonismo quedó relegado a un segundo plano con la llegada de Maxi Gómez.

Maxi Gómez, llegar y besar el santo 

Maxi Gómez tras marcar un gol en Mestalla | Fuente: Valencia CF
Maxi Gómez tras marcar un gol en Mestalla | Fuente: Valencia CF

Rematador por definición, el uruguayo llegaba a la entidad el pasado verano. Y sólo le bastó un año para convertirse en el máximo anotador -igualado con Dani Parejo- con 10 tantos y 4 asistencias en 43 encuentros. Lo que se conoce en el lenguaje popular como 'llegar y besar el santo'. Un dato muy ilustrador del momento que atraviesa la ofensiva ché y lejano de cualquier intento por ocupar los puestos europeos. Precisamente, el propio Maxi estuvo 164 días sin ver portería.

El delantero centro protagonizó uno de los momentos más tensos que ha vivido la plantilla , y eso que han sido bastantes. Finalizado el choque frente al Mallorca, discutió viva y acaloradamente con el entonces entrenador Albert Celades. Tan viva y acaloradamente que poco faltó para que llegaran a las manos. Finalmente, y gracias a la intervención de los capitanes, el asunto se saldó con una multa económica al futbolista y un castigo en forma de suplencia en el siguiente duelo (vs. Eibar) que, por las características del contrincante, estaba hecho para él.

Se lesionó de la pierna derecha en diciembre de 2019, pero la baja más importante vendría en marzo de 2020 cuando fue operado por una fractura en el pie derecho que sufrió en el Valencia CF-Real Betis.

El poco juego de Sobrino y Vallejo

Manu Vallejo y Rubén Sobrino posan en el trofeo de LaLiga Santander | Fuente:LaLiga
Manu Vallejo y Rubén Sobrino posan en el trofeo de LaLiga Santander | Fuente:LaLiga

Poco o nada podemos analizar del rendimiento de Rubén Sobrino y Manu Vallejo durante la 2019.20. Su aportación se basa en tímidas y esporádicas apariciones. Poco juego y pocas oportunidades. Sobrino realizó una diana en 17 partidos. Mientras que Vallejo sumó a su casilla individual 2 tantos en 13 choques. Estadísticas descorazonadoras e impropias de cualquier jugador de recambio de un club con la altura y solera del Valencia CF.

El fichaje del ciudadrealeño, procedente del Deportivo Alavés, pilló por sorpresa. Probablemente podemos definir su caso como esos en los que no te explicas que cierto jugador pueda llegar a fichar por cierto equipo. Y nada más lejos de la realidad, sus actuaciones han estado muy por debajo del nivel exigido.

En cuanto al gaditano, procedente del Cádiz, sí podemos afirmar que se generó mucha expectación con su llegada. Una de las jóvenes promesas de la Segunda División. Una apuesta de Pablo Longoria que, obviamente, no ha terminado de cuajar. Pero la realidad es que la suerte tampoco ha estado de su lado. A finales del año pasado padeció una lesión ósea en el pie izquierdo que lo apartó del juego durante cinco meses