El Celta se apeó en el Reale Arena del tren con ‘destino Europa’. El equipo del ‘Chacho’ Coudet perdió en Donostia y prácticamente enterró sus opciones de jugar competición europea la próxima temporada. Todavía faltan seis jornadas para la conclusión de LaLiga, pero la desventaja de once puntos respecto a la última plaza que da opción a disputarla parece ya insalvable para los vigueses. Por contra, la Real Sociedad, que tuvo que remontar el gol de Hugo Mallo para acabar imponiéndose, tiene cada vez más cerca su billete europeo. Por lo pronto, esta jornada ha dado un paso de gigante, haciéndose con la quinta posición aprovechando los tropiezos de Betis y Villarreal. Además, el conjunto de Imanol Alguacil regresó a la senda ganadora, tras cinco duelos sin conocer la victoria y después de haber sumado solo de los nueve últimos, en los que sufrió la resaca propia de todo un campeón de la Copa del Rey.

Empezó mejor el Celta, un córner fue rematado impecablemente de cabeza por Hugo Mallo, que entrando desde atrás sorprendió a tres jugadores locales y al portero. Era el minuto 22. El encuentro no tenía dueño y prueba de ello es que la Real no tardó en empatar. Lo hizo en el 25’, tras una gran asistencia de Carlos Fernández a Portu que con un sutil toque de ‘cucharita’ batió a Villar.

La noche estaba siendo emocionante en el Reale Arena y continuó de la misma forma hasta que se llegó al descanso. En el minuto 28, un claro penalti de Villar a Isak lo desaprovechó el delantero sueco (Oyarzabal no fue titular). El balón, que fue rechazado por el portero, llegó a Carlos Fernández, que marcó. Sin embargo, el tanto fue anulado porque el delantero había entrado en el área antes de que su compañero ejecutara la pena máxima.

La guinda a una frenética primera parte llegó diez minutos después, cuando un claro agarrón de Murillo a Le Normand dentro del área también fue considerado penalti por Gil Manzano. En esta ocasión tomó la responsabilidad Januzaj, que firmó el 2-1.

Tras el paso por los vestuarios, y ya con Oyarzabal en el campo en detrimento de Januzaj, el partido siguió transmitiendo altas dosis de emoción. En el 47’, Remiro, ‘in extremis’, sacó con un pie el balón a remate de Santi Mina y acto seguido Murillo volvió a hacer trabajar al portero txuri urdin. Solo un minuto después Portu respondería con una volea mandando el esférico a la madera.

Ambos equipos, después de la locura inicial de este segundo periodo, se tomaron un respiro que se prolongó hasta el final, posiblemente, al trastabillarse el choque con el carrusel de cambios que empezaron a introducir ambos entrenadores, uno de ellos obligado por la lesión de Carlos Fernández. El Celta fue incapaz de volver a poner en aprietos a Remiro (solo lo hizo con un remate de Ferreyra ya en los últimos compases) y se acabó yendo de Donostia con las manos vacías y con la sensación de que ya poco le queda por hacer en lo que queda de temporada, todo lo contrario que la Real Sociedad.