Le falló el rezo en el último minuto a Carlo Ancelotti. Había implorado a todos los dioses que conocía, se había encomendado a cientos de vírgenes y había realizado mil plegarias, pero todos estos decidieron darle la espalda en el último minuto, cuando su antagonista, su diablo vestido de azul decidió mandar al equipo que había tratado de dirigir durante los anteriores noventa y tres minutos.

@realmadrid
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No pueden quejarse del resultado los aficionados madridistas, que pudieron haber visto como su equipo salía con muchos más goles encajados del Parque de los Príncipes. En algunos momentos del partido solo parecía haber un equipo sobre el césped, con el PSG dominando al Real Madrid y con los blancos encomendándose a los de siempre, al triángulo defensivo, a ese Militão-Alaba-Casemiro que parecía insuperable.

0 tiros a puerta

Hay pocas certezas en el mundo del fútbol, pero una que se cumple con una exactitud casi matemática es que sin tirar a puerta es imposible ganar. Eso le pasó al Real Madrid, que tras noventa minutos de fútbol fue incapaz de poner en peligro a Gianluigi Donnarumma, quien durante muchos momentos del encuentro parecía un espectador más de los que apoyaban a su equipo.

Por su parte, el PSG no parecía tener tantos remilgos ofensivamente, y en el minuto 4 Mbappé se encargó de demostrarle a Carvajal que iba a tener una noche muy complicada, donde tras un gran desborde Di María tuvo la primera ocasión clara. A partir de ahí, el Madrid fue incapaz de salir de su campo, muy replegado y con una defensa sobre el bloque bajo que sigue el guion de toda la temporada.

Courtois, Courtois, Courtois

Se acaban los calificativos para Thibaut Courtois, que sigue empeñado en demostrar que es el mejor portero del mundo. Se ha erigido como el Atlas del Real Madrid, el único que parecía querer cargarse al equipo a las espaldas. Ya en el primer tiempo le sacó una gran parada a Mbappé, pero no sería hasta el segundo donde se pondría él mismo la aureola de salvador.

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Nada más comenzar el segundo tiempo ya dejó claro que iba a defender su portería como una madre a sus dos hijos, sacando una mano sensacional a ras de suelo que en cualquier otra ocasión habría ido dentro. Pero no se quedó ahí, y es que en el minuto 61, tras un error grosero de Carvajal, que comete un penalti en una zona donde apenas podía hacer daño Mbappé, decide convertirse en el héroe en solitario, atajando el penalti de un Messi negado de cara a puerta frente al Real Madrid.

Mbappé y el lateral derecho

¡Qué futbolista es Kylian Mbappé! Podría haber sido el titular de todos los medios del mundo tras su exhibición frente al Real Madrid. No le importa la polémica al atacante de 23 años, que ha salido centrado desde el primer momento y no ha tenido piedad de un Real Madrid que simplemente no ha sabido como pararle.

@PSG_inside
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Hay muchos culpables a quien señalar, el planteamiento de Ancelotti o el rendimiento de los jugadores, pero a buen recaudo será en Florentino Pérez en quien piensen los aficionados blancos cuando recuerden esta derrota, y es que se han juntado por una parte el tan ansiado Mbappé que esperan desde hace años en el Bernabéu, con una pésima gestión del lateral derecho. Carvajal, sin apenas ritmo de competición se ha visto superado una y otra vez por un jugador mucho más rápido, mucho más listo y mucho más fuerte.

Kylian Mbappé ha hecho del Parque de los Príncipes el jardín de su casa. Su cara era la de un niño feliz, un crío que disfruta con sus nuevos juguetes ajeno al ruido que provocan los mayores mientras discuten acerca del colegio al que deben ir. Ha sido el mejor jugador del partido, galardón que podría compartir con un Courtois al que, sin embargo, ha podido batir en el último momento, después de internarse entre Militão y un Lucas Vázquez que no ha mejorado en nada al jugador al que sustituía.

Así finaliza el primer "round" de este enfrentamiento, el primer cuerpo a cuerpo que deja un herido y un ganador. Serán semanas duras para Ancelotti, de nuevo en el foco del huracán tras unos cambios que llegaron tarde, un planteamiento que no fue ganador y una rotación a lo largo de la temporada inexistente. Por su parte, el PSG no puede salir más reforzado, con un Mbappé lanzado al olimpo y un Neymar que ya dejó pequeños destellos. Todo queda abierto para la vuelta en el Santiago Bernabéu, que ya se viste de gala para albergar una de las grandes noches, una noche de Champions que puede acabar en fiesta o en drama, y donde un gol lo cambia todo.