El joven extremo brasileño llegó a la entidad blanca con tan solo 18 años. El extremo estaba acostumbrado al fútbol brasileño de regates, virguerías, espacios para correr… y le costó acostumbrarse al fútbol europeo. Sin embargo, aquel chico con la mayoría de edad recién cumplida y acabando de fichar por el club de sus sueños, fue capaz de echarse el equipo a sus espaldas en gran parte de la temporada. La ausencia de Cristiano, la mala gestión y planificación de la temporada, sumado a la pésima temporada del conjunto merengue, propiciaron que Vinicius tuviera que asumir galones.

Vinicius señalando al escudo I Foto: Getty Images
Vinicius señalando al escudo I Foto: Getty Images

Su gran carencia

A pesar de la chispa, la velocidad vertiginosa, la alegría que aportaba al juego, los regates imposibles y la gran personalidad de Vinicius, había una faceta que siempre se le atragantaba: el gol. El ex de Flamengo tenía la capacidad de hacer fácil lo difícil. Dejaba rivales por el camino como si fueran simples postas o conos del entrenamiento; bailaba con el balón en los pies; superaba con una facilidad pasmosa a sus rivales por velocidad…, pero cuando debía ver puerta se le hacía de noche. El brasileño parecía estar gafado de cara a puerta, parecía inverosímil que con las condiciones físicas y técnicas de este futbolista estuviera hasta tal punto negado con el gol.

Las temporadas fueron pasando, Vinicius fue creciendo y madurando, mejoró facetas que le quedaban por pulir como el posicionamiento en el campo o las ayudas defensivas, pero su relación con el gol continuaba sin funcionar. Suele decirse que el fútbol trata única y exclusivamente del gol, que sin esa palabra de tres letras ni este deporte existiría ni tendría ningún sentido. Al fin y al cabo, la única certeza es que el fútbol consiste en introducir el balón en la meta contraria y si no consigues llevar a cabo esa acción, nunca podrás ganar. He ahí la razón por la que Vinicius ha recibido un aluvión de críticas desde su llegada al Real Madrid. Debe ser que a muchos "entendidos" del fútbol se les olvidó pensar en el potencial y la capacidad de desarrollo, crecimiento y mejora de un jugador tan joven como Vinicius Jr.

El nuevo Vini Jr

A pesar de todo lo expuesto anteriormente, el extremo madridista ha continuado su insaciable desempeño por mejorar su rendimiento y en esta temporada se está observando su gran cambio. Nadie sabe si será por su nuevo alias en la camiseta: Vini Jr; por ese dorsal 20 que le sienta tan bien; o, quizás, solo se lo merezca para cerrar todas esas bocas que han puesto en entredicho a un jugador de este calibre. Lo que está claro es que Vini parece otro. Su despliegue goleador durante la presente campaña es absolutamente sorprendente y abrumador, pero no solo los números le avalan. Simplemente es necesario observarle su actitud cuando encara portería. Vini ha sido capaz de mantener la calma dentro de su vertiginoso fútbol para multiplicar sus registros goleadores.

Pero la mejora de este futbolista no solo se refleja de cara a gol. Vini también ha mejorado notablemente sus registros de asistencias y, la prueba más reciente de ello es en el partido del sábado frente al Getafe. El centro medido que pone con el exterior, emulando a su compañero Luka Modric, para que Casemiro abra la lata es un auténtico escándalo.

La dupla que está haciendo este año con Karim Benzema está siendo totalmente determinantes para el devenir del Real Madrid en esta temporada. El conjunto blanco se posiciona como líder y principal favorito para hacerse con LaLiga y en Champions, ha eliminado al PSG y va camino de hacer lo propio con el Chelsea para plantarse en semifinales… y todo ello gracias, en gran medida, a esta pareja letal. El francés y el brasileño; el nueve y el veinte; la calma y el nervio; la pausa y la velocidad; la experiencia y la juventud… son el complemento perfecto el uno del otro.

Un factor diferencial

Todos los factores que hemos nombrado a lo largo del artículo hacen del brasileño un futbolista de clase mundial. Sin embargo, hay un factor que no se puede entrenar ni comprar y del que Vini goza prácticamente desde su llegada. Es el ídolo del madridismo. Aquel chaval de 18 años tuvo el valor de asumir galones y tirar del carro del equipo y eso el público no lo olvida. Pero esa no es la única razón por la que el extremo es el principal reclamo de la afición merengue. Cuando anotó su primer gol con el Real Madrid, Vinicius se besó el escudo y aquella celebración pasó desapercibida porque parecía un gesto de agradecimiento por el apoyo que había recibido desde su llegada. Sin embargo, la celebración fue repitiéndose una y otra vez cuando Vini anotaba un gol. Así pues, tras una actuación estelar de Vinicius la pasada campaña, un periodista le preguntó por la razón de la misma. El brasileño no dudó y enunció que cómo no iba a besar aquel escudo si cada vez que se enfundaba la elástica blanca estaba cumpliendo un sueño, el sueño que tenía desde que era un niño.

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Vini Jr besándose el escudo I Foto: Getty Images

En conclusión, Vinicius no es solo velocidad, regate, desborde, sacrificio defensivo…, también es un ejemplo de superación y crecimiento futbolístico. Pero, sobre todo, Vini Jr es madridismo. Vinicius, tienes la capital a tus pies y, pronto, el panorama mundial hará lo propio, cómete el mundo.