Madrid, historia y Champions, Champions e historia

Es el Real Madrid y es la competición de su vida, no hay otra explicación posible.

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Por Adrián González Clemares

Entender al Real Madrid es un reto al que todo periodista debe enfrentarse alguna vez en su vida, pero entender al Real Madrid en la Champions es un desafío al que se podría dedicar toda una carrera de investigación, cientos de páginas de trabajos de fin de grado de jóvenes que quieran llegar a ejercer la profesión o miles de análisis posibles, sin embargo, el resultado terminaría siendo el mismo.

El Real Madrid es incatalogable, una especie de equipo sobre el que no pasa el tiempo, una especie de universo aislado, un Narnia donde todo lo que ocurre dentro del armario se guarda para aquellos que lo han vivido, pero sería imposible explicárselo a los que no. El Santiago Bernabéu es ese estadio, y Aslan, ese león en forma de gol que puede adquirir millones de formas diferentes, pero con un mismo fin.

Escribía Juan de Ercilla su clásica Araucana, donde el pueblo español debía conquistar una región de Chile, caracterizada por contar como habitantes a los araucanos, un grupo de intrépidos guerreros que no le iban a poner nada fácil la empresa a los conquistadores, pero en cuya fuerza residía el éxito español, porque como se puede extraer del texto del autor, cuanto mayor es enemigo, más prestigiosa será la hazaña. Eso ha sido la Champions del Real Madrid, donde, para poder explicarla en su totalidad, hay que hacer alusión a los rivales con los que se ha medido, hay que ensalzar esos equipos que han intentado poner piedras en su camino, pero a los que ha terminado sometiendo, gracias al análisis más simplista que puede existir en el mundo del fútbol, marcar más goles que el contrario.

Lo del PSG fue un atropello, lo del Chelsea algo anecdótico, y lo del City pura costumbre. Ese ha sido el recorrido del Real Madrid, las huellas de un equipo que se ha propuesto sorprender a todos y a todas, que ha luchado contra viento y marea, y que de solo una tajada ha conseguido eliminar a uno de los mejores proyectos futbolísticos de la década, al actual campeón de la competición y a un equipo donde cuesta más encontrar un defecto que enumerar cien virtudes, con el mejor entrenador actual a la cabeza.

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Porque para comprender al Real Madrid hay que imaginárselo tendido en la lona, hay que pensar en un equipo derrotado, sin fuerzas para competir y sin ningún tipo de argumento. Solo a partir de ese momento se puede empezar a entender lo que es el rey del Viejo Continente, lo que ha supuesto y lo que puede ser en un futuro. Para poner en valor, y tratar de analizar la Champions blanca, solo hay que analizar los objetivos y la plantilla, un mismo ente que en realidad pueden ser dos a la vez, pero que ha conseguido que un año de transición se convierta en uno con liga y Champions, y que un entrenador que venía a hacer el favor a Florentino Pérez pase a ser el que más veces ha conquistado la prestigiosa Orejona.

Y es que, el análisis del Real Madrid comienza por ahí, comienza por Carlo Ancelotti, un entrenador ya anclado en el pasado, alejado de la élite del fútbol, escondido en Everton, una ciudad de no muchos habitantes y con un proyecto de no descender, y poco más. Solo a raíz de ahí se empieza a escarbar, y se descubre a un lateral lastrado por las lesiones que parecía anticompetitivo, Dani Carvajal, un central por el que se pagó mucho dinero y que había sido víctima de burlas y motes, Eder Militao, un centro del campo cuyos mejores tiempos habían pasado hace ya mucho tiempo, Casemiro, Modric, Kroos, un extremo brasileño que llegó como Pelé, sin embargo, recibió la burla de sus propios aficionados, que fue presa de la impaciencia y de las expectativas, pero que terminó marcado el único gol de una final que se recordará para siempre, Vinícius Júnior, y sobre todo, de un gato que, harto de que le tiraran el hilo y solo le dejaran jugar persiguiendo el halo de luz que desprendía una linterna sin pilas decidió convertirse en león y empezar a arañar a todo aquel que decidiera acercarse, Karim Benzema.

El Real Madrid se entiende desde la inferioridad, y es que las estadísticas, que mienten tantas veces como reflejan la realidad, dictan que ha ganado un equipo que ha tirado cuatro veces (dos a puerta) a un equipo que lo ha hecho hasta en veinticuatro ocasiones (nueve entre los tres palos). Los números están ahí, pero solo hay que saber entenderlos, porque realmente este equipo necesita ser inferior, crecer desde abajo, y sobre todo, estar más cerca del 1-1 que del 0-2 para poder mantener esa tensión.

Este es el mejor análisis que se puede hacer de esta Champions del Real Madrid, un equipo que futbolísticamente ha sido inferior, pero que competitivamente no ha tenido rival, que ha sabido crear un caparazón en pleno Paseo de la Castellana, un estadio a medio reformar donde se celebran goles, sí, se celebran títulos, también, pero donde el mayor alarido se puede encontrar en el anuncio del tiempo de descuento, porque el Madrid ha sido muchas cosas para ser campeón, pero especialmente ha sido corazón y fe.