La decimocuarta Champions ya va camino de Cibeles tras un partido para el recuerdo de todos los madridistas. Un 0-1 ante otro de los favoritos de esta competición para que el rey de Europa continúe haciendo historia en su competición fetiche.

Cómo se planteó el partido

Comenzando por el Liverpool, que partió como local en la final, Klopp puso su once de gala a pesar de contar con varios futbolistas tocados. Alisson partió bajo palos; Arnold en el lateral diestro, Konaté y Van Dijk como pareja de centrales y Robertson en el lateral izquierdo; en la medular, Fabinho fue el pivote, escoltando a Thiago y Henderson que fueron los interiores; por último, el tridente ofensivo lo formaron Luis Díaz, Mané y Salah.

Por su parte, Carlo Ancelotti, que contaba con todos sus jugadores, no sorprendió en la alineación de la gran final. Thibaut Courtois en meta; Carvajal como lateral derecho, Militao y Alaba en el centro de la zaga y Mendy en el lateral izquierdo; la sala de máquinas estuvo compuesta por Casemiro, Kroos, Modric y Fede Valverde; la dupla ofensiva la formaron Vini Jr y Benzema.

Las claves de la victoria madridista

La clave del planteamiento red residía en el uno para uno en la presión. El conjunto londinense propuso un pressing muy alto, hombre a hombre, sobre la salida de balón del Real Madrid. La intensidad con la que comenzaron los futbolistas dirigidos por Klopp sorprendió a los madridistas, que se vieron obligados a golpear en largo para salir de la presión. Para ser honestos, el Liverpool completó un partido muy completo, quizás por encima de sus propias expectativas, sin embargo, no tuvieron efectividad de cara a puerta y eso les pasó factura. Durante la primera parte el conjunto inglés las tuvo de todos los colores, pero la mala puntería de los reds y, sobre todo, la actuación imperial de Thibaut Courtois, imposibilitaron el gol del Liverpool. Asimismo, en el único error defensivo de los ingleses, Vini Jr aprovechó que Arnold se había olvidado de él para subir el primer y único gol de la final.

En el lado opuesto, el Real Madrid comenzó cediendo el balón al Liverpool y esperó su oportunidad a la contra. La inclusión en el once de Valverde permitió al equipo guardarse las espaldas en defensa, entre el uruguayo y el lateral de Leganés amargaron la noche a un Luis Díaz que quedó completamente anulado en la final. Además, la gran movilidad de Vinícius y, sobre todo, Benzema hizo que los zagueros reds no tuvieran ninguna referencia y, en consecuencia, su labor se dificultó en cuantía.

Así trascurrió la gran final

El Liverpool comenzó imponiendo su sistema de juego, su intensidad y su planteamiento. El conjunto inglés tuvo la oportunidad de marcharse en la primera parte con un marcador bastante holgado, pero aquella no era su noche.

Aquella era la noche de un gigante, de un águila real que en la noche del 28 de mayo volvió a volar, esta vez en París. Era la noche de un tal Thibaut Courtois, el mismo que detuvo un penalti a Messi en el Parque de los Príncipes, el mismo que obró el milagro en Stamford Bridge volando en el tiro de Azpilicueta o el mismo que amargó la noche a Grealish en la vuelta de las semis ante el City. En definitiva, el mismo que ha llevado al Real Madrid hasta esta Champions y el mismo que ha hecho posible que esta decimocuarta sea ya una realidad.

Paradón de Courtois a Salah I Imagen: Getty Images
Paradón de Courtois a Salah I Imagen: Getty Images

A partir del primer arreón red, el conjunto blanco fue creciendo en el partido e incluso consiguió anotar un gol al filo del primer tiempo. Benzema, tras varios rebotes, logró enviar el esférico al fondo de las mallas, pero el colegiado lo anuló por un polémico fuera de juego.

La segunda parte inició con la misma tónica que había acabado la primera. El Real Madrid había logrado asentarse en el partido y el Liverpool comenzó a tomar conciencia de que el rey de Europa estaba despertándose. El Madrid creció y creció, hasta tal punto que el club inglés comenzó a desesperarse a sabiendas de que aquello podía suponer un punto de inflexión en la final… y así fue.

Es cierto que los reds gozaron de bastantes ocasiones, pero a decir verdad, sobre el verde se notaba el agobio y la desesperación del Liverpool, frente a la serenidad, la confianza y la seguridad que transmitía el conjunto madridista. Así pues, el Real Madrid no tardó ni 15 minutos en la segunda mitad en ponerse por delante en el marcador.

Corría el minuto 59 en Saint-Denis, Valverde, que llevaba corriendo durante todo el partido, volvió a cabalgar por banda derecha, dejó atrás a varios defensores, levantó la cabeza y puso un centro muy tenso y raso al segundo palo… y allí apareció él. Tenía que ser él, ¿quién si no? Si alguien merecía este gol, un gol que diese la decimocuarta Champions al Real Madrid, era él. Ese niño que siempre soñó con enfundarse la elástica blanca, pero que desde su llegada solo recibió críticas y burlas. Ese chaval que ha crecido y madurado en Madrid, aquí se ha hecho todo un hombre tanto personalmente como futbolísticamente hablando. Ese futbolista que marcó el mejor gol de la Champions contra el Shakhtar Donetsk y emuló a Gareth Bale en su golazo en el Etihad. Tenía que ser Vinícius Jr. El brasileño volvió a hacerlo, volvió a marcar diferencias, pero esta vez su gran actuación supuso una Copa de Europa para su Real Madrid. Y, cómo no, Vinícius volvió a besarse el escudo y, sobre todo, volvió a llorar. Pero esta vez sus lágrimas no se debían al menosprecio y la minusvaloración que lleva recibiendo el niño maravilla del Madrid desde su llegada a la capital. Esta vez su emoción se debía al hecho de haber entrado en la historia del equipo de sus sueños, ya que el brasileño era consciente de que aquel gol supondría, a buen seguro, la victoria blanca.

<strong><a  data-cke-saved-href='https://www.vavel.com/es/futbol/2022/05/27/real-madrid/1112853-el-plan-de-carletto.html' href='https://www.vavel.com/es/futbol/2022/05/27/real-madrid/1112853-el-plan-de-carletto.html'>Vini Jr</a></strong> besándose el escudo tras su gol en la final I Imagen: Getty Images
Vini Jr besándose el escudo tras su gol en la final I Imagen: Getty Images

Tras el gol de Vini, el Liverpool trató de remontar o, al menos, igualar la contienda, pero no lo consiguieron. La seriedad y el gran partido en el ámbito o la faceta defensiva de los chicos de Carlo Ancelotti imposibilitó cualquier opción del cuadro red.

Los tres pitidos finales del colegiado dieron paso al júbilo madridista. Vini Jr se dejó caer sobre el verde del Stade de France y comenzó a llorar desconsoladamente por lo que acababa de conseguir. La mayoría de suplentes del conjunto blanco se dirigieron a Courtois en reconocimiento al partidazo que acababa de hacer, Camavinga miraba ensimismado esa copa con la que seguramente soñó cuando era un niño y, Marcelo… Marcelo, en su último partido como futbolista del Real Madrid, levantó la decimocuarta Champions del conjunto blanco.