Podría empezar esto como uno de los tantísimos artículos que van a llenar los medios durante los próximos días, que si enhorabuena Koke, que si el histórico jugador del Atleti... pero quiero ir más allá, quiero algo más especial, algo que lean los aficionados y se puedan sentir identificados, pues para todos los que alguna vez hemos pisado el viejo Calderón o el nuevo Metropolitano, Koke es algo más que un jugador del Atlético de Madrid que consigue un récord.

Es casi imposible resumir todos los sentimientos y recuerdos en esta pequeña caja de texto, pero con permiso de todos los atléticos, me voy a tomar la libertad de hacerlo lo mejor que pueda y esperando que nadie quede insatisfecho. 

Echemos la vista atrás...

Si tú, el que está leyendo esto, piensa en Jorge "Koke" Resurrección, ¿qué es lo primero que llega a tu mente? Yo lo tengo claro. 18 de mayo de 2013, ya había pasado la medianoche de aquel maravilloso día en el que una brocha roja manchó con unas rayas el blanco que dominaba la capital. Para quién no lo recuerde, el Atlético de Madrid venció al Real Madrid en la final de la Copa del Rey; sí, en el Bernabéu; sí, después de catorce años sin ganar un derbi. Ya no se buscaba un rival digno para un derbi decente, pues al igual que anunciaba aquel comercial con el Mono Burgos de protagonista cuando el Atleti volvía a la primera división: "Ya estamos aquí". El "Mirandazo", los gritos de Futre con los que acabaron su carrera como comentarista, la maquinilla de Arda Turán... Aquel día fue una fiesta, no era para menos, ¡qué bien sienta ganar al eterno rival, en su campo, una final! Pero a ese pensamiento al que me refería al principio es esa mirada al centro del campo del Santiago Bernabéu y ver una bandera del Atlético de Madrid coronando el estadio blanco con Koke besándola. Ese beso no es solo suyo, es de todos los que mancharon el Bernabéu aquel día, de todos los que se quedaron fuera, de todos los que desde su casa hicieron que pareciera que Paulo estaba susurrando, ese beso era del Atleti.

Koke besando la bandera en el Bernabéu | Foto: Mundo Deportivo
Koke besando la bandera en el Bernabéu | Foto: Mundo Deportivo

¿Alguien pensaría que ese chico que debutaba en el 2009 contra el Barcelona se convertiría en el jugador con más partidos en la historia del club? Porque yo estoy muy seguro de que no. 

Koke en su debut | Foto: Atlético de Madrid
Koke en su debut | Foto: Atlético de Madrid

Ya lo dijo él: "Lloro más por mi Atleti que por otra cosa", y qué razón tenía. Que somos diferentes, ya lo sabemos, pero que nadie iguala el sentimiento de un corazón rojiblanco es algo que solo sabes si perteneces a esta banda de locos que forman el Atlético de Madrid. Y tus lágrimas, junto a las de Gabi, esas que regaron el Camp Nou después de ganar la liga en el 2014, son las mismas que tanto yo como muchos dejamos salir como aquella tarde. Recuerdo demasiado bien ese partido y aún más la celebración, quizá por las miles de veces que me habré visto el Insider del Atleti, pero nunca me cansaré, pues sigo emocionándome como la primera vez. 

Y como bien se suele decir, en los malos momentos es cuando se demuestra quien está y ahí estaba él. Lisboa o Milán, da igual cuando sea, Koke era el reflejo en el campo de cualquiera de los atléticos. Puedo afirmar que Koke, aquel día, volvió a casa igual o más dolido que cualquiera de nosotros, porque él perdió, pero perdió como aficionado y perdió como jugador, pero ahí estaba, aguantando como uno más, esperando que algún día fuese nuestra oportunidad y, ojalá, porque nadie se merece más que él levantar ese innombrable trofeo.

Koke y Gabi en el Camp Nou | Foto: Atlético de Madrid
Koke y Gabi en el Camp Nou | Foto: Atlético de Madrid

Quiero recordar que Koke lleva jugando en el Atlético de Madrid desde los seis años, es decir, desde hace veinticinco años viste la camiseta rojiblanca y desde entonces, no ha tenido ninguna duda, siempre ha trabajado en silencio, ha luchado, se ha caído y se ha levantado, y eso le ha llevado hasta convertirse en el capitán del Atleti, el equipo de sus sueños. Y ya que estamos hablando de emociones, sí, también me emocioné con la despedida de Gabi, pues al final decíamos adiós a uno de los mejores capitanes de los últimos años, pero al mismo tiempo estaba aliviado, porque sabía que Koke estaría detrás del equipo que tanto quiero. Y tampoco quería dejar de mencionar que durante los mejores años de su carrera rechazó equipos como el Barcelona o el Bayern para quedarse aquí, en su casa, con nosotros, su gente. 

Koke celebrando la liga en Valladolid | Foto: El Mundo
Koke celebrando la liga en Valladolid | Foto: El Mundo

Nunca será suficiente

Koke logró dedicarse a jugar al fútbol y poder vivir de ello. Koke consiguió hacerse un hueco en el equipo que siempre había amado. Koke adoptó el brazalete de capitán del equipo de sus amores. Koke batió el récord histórico de partidos con su club. Koke ha logrado lo que todos nosotros hemos soñado alguna vez, sin embargo, sigue siendo esa persona en la que reflejarse cuando uno va al campo con su camiseta rojiblanca y su bufanda en la mano. Koke es el Atlético de Madrid y el Atlético de Madrid es Koke. 

Koke en Neptuno celebrando la última liga | Foto: Atlético de Madrid
Koke en Neptuno celebrando la última liga | Foto: Atlético de Madrid

Gracias, capitán.