Frente al Deportivo de la Coruña en Vitoria salió cara. Toda la segunda mitad con un jugador menos, y los albiazules sólo concedieron un gol, suficiente para pasar a cuartos de final de la Copa del Rey. Contra el Celta también han jugado toda la segunda mitad en inferioridad, pero ésta vez no han conseguido un resultado positivo.

El Alavés se vuelve a Vitoria sin puntos pero con la sensación de haber realizado un partido más que correcto. Sólo les ha faltado la pizca de suerte necesaria para aguantar los últimos minutos y estar más precisos en los varios contragolpes de los que han gozado cuando el Celta estaba más centrado en atacar que defender. 

Pero cualquier partido es un aprendizaje para los de Pellegrino, y del de hoy pueden extraer varias conclusiones positivas. Ahora tienen tres partidos vitales en una semana en los que buscarán volver a la senda de los buenos resultados.

El técnico argentino alineó un once de gala. Pocas novedades respecto a últimas alineaciones. Laguardia otra vez en el eje de la zaga junto a Feddal, y esta vez Édgar en la banda derecha tras la baja de Toquero por enfermedad. Un esquema válido en la primera mitad, pero que tuvo que ser profundamente remodelado al comienzo de la segunda.

La primera oportunidad era local, como no, de las botas de Aspas, máximo dolor de cabeza para la defensa vitoriana. Buen pase filtrado por Wass que el gallego remata pero que Fernando Pacheco, en su vuelta a la titularidad, consigue detener. En el 13 tenía otra clara ocasión el cuadro vigués, con Guidetti plantándose sólo delante del guardameta babazorro, pero el colegiado señala fuera de juego. En la repetición parece que el sueco está en línea.

Para el veinte ya habían sido tres los amonestados. Cabral por parte del Celta y Femenía y Feddal por el Alavés. Claras las dos primeras, la del marroquí arroja más dudas, pues la repetición parece mostrar como corta balón antes de tocar a Bongonda. Jugada que a posteriori sería clave para la expulsión del zaguero albiazul, que se perderá el próximo partido, al igual que Femenía. 

Con el partido un poco más asentado las ocasiones empezaron a sucederse para un equipo y otro. El Celta lo intentaba por medio de la sociedad Wass-Aspas, y cerca estaban del gol. El Alaves a balón parado, especialmente por la banda de Ibai Gómez, primero con un centro-chut del vizcaíno y después con un buen disparo de Kiko Femenía en una segunda jugada. En el origen de una de esas jugadas a balón parado le perdonó el colegiado la segunda amarilla a Cabral, que pudo haber mostrado. Con igualada llegaba el partido al descanso. Buenos 45 minutos para los aficionados.

Expulsión de Feddal, clave

Si el partido del Alavés contra el Deportivo estuvo marcado por la tarjeta roja que vio Theo al poco de comenzar la segunda mitad, esta vez ha sido determinante la segunda amarilla de Zouhair Feddal tras una entrada a Iago Aspas. Al contrario que con la primera amonestación, poco tenía que protestar el zaguero babazorro. Pellegrino, alterando su plan, daba entrada a Alexis por Ibai. Y Berizzo, para evitar que Cabral siguiera el mismo camino que Feddal, sustituyó al argentino por Jonny.

Se crecía el Celta consciente de que con uno más tenía una excelente oportunidad de poner tierra de por medio. Roncaglia tuvo en sus botas la oportunidad de hacerlo tras un pase de Guidetti, pero el zaguero, poco acostumbrado a esas situaciones, manda el balón fuera. El Alavés se centraba en defender en inferioridad, algo que el cuadro albiazul consigue hacer como muy pocos. 

Ya entrado el último cuarto de hora la situación de extremos se acentuó. El Celta cada vez más volcado al ataque, y el Alavés con buenas ocasiones a la contra para ponerse por delante. En una de ellas Theo, tras una jugada individual con sello de la casa, estuvo cerca de lograrlo, pero Rubén, no sin esfuerzo, consiguió desviar el lanzamiento. Otro gran partido del zaguero francés, que con cada partido que pasa deja claro que su lugar en el futuro no es otro que junto a la estrellas.

Ya en los últimos minutos del partido encontró finalmente el Celta el gol. Centro de Hugo Mallo desde la derecha, buen recorte de Radoja, y disparo frente al que nada puede hacer Fernando Pacheco. Lo intentó el Alavés a la desesperada, pero nada pudo hacer para evitar la derrota. 

Con un sabor amargo se fueron los aficionados albiazules presentes en Balaídos, conscientes de que con una justa igualdad numérica el resultado habría sido otro. Pese a ello, hacen un balance positivo de un equipo que de cada partido sacan conclusiones válidas. Ahora les queda pensar en Copa y en el final de la primera vuelta, que en caso de sacarlos adelante les dejaría otra vez en una situación más que cómoda.