Desde que el Atlético visitara el Olímpico de Bakú, las relaciones entre Yannick Carrasco y la entidad colchonera se han visto perjudicadas. El belga disputó el partido de Champions ante el Qarabag hasta el minuto 72, instante en el que fue sustituido por Correa. La actitud del jugador, que abandonó el campo con parsimonia e indiferencia en un momento crucial para su escuadra, fue motivo de conflicto entre éste y el club.

Carrasco alega el haber jugado con molestias en la rodilla, lo cual asegura que no fue reconocido ni valorado por el equipo. El belga no pudo irse de rositas tras el talante expresado, puesto que fue reprimido con una importante bronca. Al parecer, a Yannick esto no le sentó del todo bien, que no contento con las circunstancias, pidió marcharse a su país natal para recuperarse de los incordios que padece en la rodilla, derivados de una tendinopatía rotuliana. El Atlético se negó rotundamente a concederle semejante permiso.

Desde entonces, Carrasco lleva cuatro partidos sin aparecer por las filas colchoneras. Tanto él como el círculo rojiblanco están molestos por estas circunstancias, lo cual repercute negativamente en la ya de por sí complicada situación del conjunto, cuya clasificación para los octavos de final de la Champions pende de un hilo. En Liga, pese a seguir invictos alcanzada la undécima jornada, los últimos encuentros no se han resuelto con victorias en el marcador para los colchoneros: no pierden, pero tampoco ganan, y esto debería de ser siempre una prioridad. 

Es de vital importancia para el club finiquitar este tipo de problemas internos para ahondar en su identidad, no pasar sus valores por alto y poder así encañonarse hacia los objetivos pendientes: deben socorrer la presente temporada como sea, pero esto será imposible teniendo conflictos como este en el propio seno del club.