Preciosa tarde de fútbol la que se daba cita en el Ramón Sánchez-Pizjuán un 27 de mayo de 2017, fecha que ya quedará siempre para el recuerdo. Un desfile de 80 autobuses repletos, junto a los muchos aficionados cadistas que venían por libre desde distintos puntos de la provincia sevillana y más allá, tiñió de amarillo la capital andaluza en una tarde que prometía ser histórica para el fútbol de la comunidad andaluza, aparte del mayor espectáculo visto hasta el momento en LaLiga 1|2|3. Más de 7000 corazones que protagonizaron un fantástico espectáculo junto a los 11.000 sevillistas que respondieron a la llamada de su filial, en un día prácticamente redondo en el que no hubo grandes incidentes y solo el fútbol copó el primer plano.
El día pintaba ilusionante para el aficionado cadista y lo cierto es que tuvo un poco de todo. Muchos pensaban que iban a tener que volverse con el rabo entre las piernas a la Tacita de Plata pero un segundo período de locura, con tres goles como premio, servía para salvar al menos un punto más que, después de haber levantado un marcador adverso de dos goles, se presta más que brillante. Aún así, para el Cádiz ganar al Elche en Carranza es poco menos que una obligación si no quiere jugarse la vida la última jornada en Zorrilla, ante todo un Real Valladolid con las mismas aspiraciones que los amarillos.
Marc Gual mata la ilusión cadista
La intensidad se trasladó al terreno de juego, y ambos contendientes, espoleados por sus seguidores, comenzaban atacando sin pensarlo demasiado, los de casa tratando de romper el entramado verde por dentro, mientras que los visitantes insistían por banda. Ya a los tres minutos Álvaro García protagonizaba la primera intentona cadista. El utrerano recortó hacia dentro y su disparo con la pierna derecha se marchó a la izquierda de la meta defendida por José Antonio Caro, cerca del palo. Los de Martínez respondían dos minutos después con un cabezazo blando de Marc Gual a las manos de Cifuentes.
El juego seguía por los mismos derroteros y a los veinte minutos, un centro del catalán era rematado en el primer palo por Ortuño que, con poco ángulo, estrellaba el esférico en el lateral de la red. Y tres minutos después, Álex Muñoz tenía que despejar un gran centro de Álvaro García que el de Yecla se disponía a rematar a gol en el segundo palo. El costado zurdo cadista se empezaba a hacer fuerte y empezó a generar los primeros problemas a la defensa franjirroja.
La gaditana, por su parte, contenía como podía el arsenal sevillista de los Marc Gual, Ivi y compañía. Un desajuste permitió al filial llegar hasta la cocina sin que zaga verde pudiera sacar el balón y Marc Gual reventaba la portería con un trallazo desde cerca a los 35 minutos para adelantar a los de Nervión.
Gual castigaba con goles la indecisión cadista
El tanto se convertía en una losa para los visitantes, que tenían que ver como siete minutos después el propio Marc Gual hacía el segundo de la tarde aprovechando una internada de Borja Lasso por la derecha, que el catalán materializó en gol en un nuevo desajuste de la defensa visitante. Segunda llegada de peligro y segundo gol de un Sevilla Atlético letal, mostrando su mejor versión ofensiva.
Finalizaba el primer período con un doloroso marcador de 2-0 que había que intentar levantar en los segundos cuarenta y cinco minutos, en los que todo pasaba por contener los impulsos franjirrojos y mostrar en campo contrario el acierto que faltó antes del descanso.
Locura de segundo tiempo y resurrección
El segundo período no comenzaba precisamente de forma prometedora y ya en el primer minuto Cotán probaba a Cifuentes desde fuera del área. Los de Martínez seguían llegando casi sin despeinarse y con comodidad a las inmediaciones del área gaditana, aunque el equipo de Cervera tiraba de orgullo propio y daba señales de vida.
Obra de arte de Aketxe para el recuerdo
Y qué mejor forma de demostrarlo que anotando un gol de bandera, algo de lo que sabe mucho un individuo como Ager Aketxe. El bilbaíno tomaba un libre directo en tres cuartos, escorado en la banda derecha del ataque, y lo colaba en la escuadra izquierda de José Antonio Caro. Abdullah y Aitor García, introducidos tras el gol, tendrían que ser los otros dos revulsivos necesarios para culminar la remontada.
Pero tocaba nadar aún más a contracorriente: un imparable Matos se iba de todo el que salía a su paso y al entrar en el área era derribado por Aridane, e Ivi lo castigaba anotando el 3-1 en el marcador. La acción del canario confirmaba la lamentable participación cadista en lo que a retaguardia se refiere y el Pizjuán se ponía patas arriba y el filial recuperaba la confianza perdida tras el gol cadista.
El encuentro, pasada la hora de juego, seguía tan abierto como al principio y eso favorecía a un Sevilla Atlético que parecía tener la situación controlada. Al Cádiz solo le quedaba echar el resto y Cervera deba entrada al delantero Gorka Santamaría por el central Aridane.
Los goles de Aketxe, Álvaro García y Abdullah dejan intacto el sueño
El Cádiz se volcaba a por la machada y avisaba con un pase en profundidad de José Mari hacia Álvaro García que tenía que desbaratar José Antonio Caro en una valiente salida. No tan correcta fue su intervención un minuto después, logrando rechazar el cuero que le caía a Gorka Santamaría pero dejando el balón suelto para que Álvaro García levantase el cuero por encima de todas las cabezas sevillistas y haciendo el 3-2.
Pero desde luego la dificultad seguía siendo la misma. El Sevilla Atlético volvía a responder inmediatamente al gol cadista y Curro tuvo el cuarto en sus botas pero su disparo se topó con el palo. La locura y los nervios eran ya casi incontrolables y José Antonio Caro debía despejar un golpeo de Álvaro García a corner.
Y en el saque de esquina posterior, Abdullah remataba a gol encontrándose con la gran reacción de José Antonio Caro, que no pudo evitar el remate del marsellés con todo a favor para poner la igualada.
El encuentro terminaba siendo un correcalles y Cifuentes era el primero en salvar el séptimo gol de la tarde sacando como buenamente pudo un libre directo de Ivi. El madrileño volvía a probarlo en el 86 buscando la escuadra pero la manopla de Cifuentes sacaba un balón que ya se alojaba en la portería, en un auténtico paradón del meta manchego.
Al Cádiz le tocaba ahora sufrir y amarrar el punto que tanto trabajo había costado alcanzar, éxito que finalmente se lograría y el duelo finalizaba con un justo reparto de puntos que casi contentaba a todos: los sevillistas seguían sumando para cerrar la temporada con buenas sensaciones y los cadistas suben una unidad más para acercar un poco más el playoff, que queda prácticamente a tiro en caso de victoria ante el Elche en el último envite en Carranza.