El Córdoba de Juan Merino no despega, y así lo demuestran los resultados. 1 punto de 9 posibles no es un bagaje positivo para un equipo al que las urgencias clasificatorias y las sensaciones negativas ahogan cada vez más.

La mejoría de juego tiene que transformarse en resultados y ya ha voces que están poniendo en cuestión al míster gaditano, llegando a decir que caso de no conseguir la victoria este viernes ante Osasuna, podría ser destituido. Incluso se ha llegado a publicar que el presidente Alejandro González se había reunido con algún entrenador para sondear su disponibilidad a hacerse con el equipo si se deciden a no continuar con Merino.

Para colmo de males, una de las máximas para que el barco vaya a buen puerto, como es la unión del vestuario y sobre todo de los jugadores con su entrenador, no se está produciendo, pues cada vez hay más indicios que indican que la plantilla no está con el entrenador al 100%.

No está gustando la sistemática de entrenamientos donde las dobles sesiones son cada vez más habituales y donde la carga física se ha incrementado exponencialmente con respecto a su antecesor en el banquillo califal.

Además el malestar de algunos pesos pesados del vestuario por el cambio de rol con Merino, tampoco están ayudando mucho, haciendo que el ambiente, que ya de por sí es malo por la racha de resultados y por las urgencias en la clasificación, se haga aún más tenso.

Esperamos que estos rumores no sean ciertos, y que la unión de la plantilla sea un hecho. Y se empiece a demostrar desde este mismo viernes para que así no se ponga de nuevo en marcha "la trituradora de entrenadores" con el que bautizó Fernando Castro Santos al club blanquiverde, allá por los 90.

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