Suele ser habitual que los nuevos fichajes necesiten cierto tiempo de aclimatación para comenzar a jugar. Es fundamental que conozcan a sus compañeros y que tengan claro qué pide un entrenador de ellos, además de que el técnico tenga claro qué puede aportar esa persona al grupo. Para ello están las pretemporadas: para entrenar, adaptarse y tener minutos en encuentros amistosos que sirvan de referencia para míster, compañeros y afición.
Sin embargo, cuando dichos fichajes llegan en los últimos días de mercado, incluso con la temporada ya iniciada, este proceso se vive de una manera diferente. El propio Enrique Martín destacó tras el partido frente a la Real Sociedad que no le parecía adecuado que el mercado se mantuviese abierto una vez arrancada la campaña ya que se pueden producir entradas y salidas que desestabilicen el inicio de la competición del equipo.
Osasuna realizó nada menos que tres incorporaciones el último día de mercado: Digard, Javi Álamo y Rivière, los cuales han corrido suerte dispar en estas dos semanas. El primero se lesionó en uno de sus primeros entrenamientos y estará algo más de un mes de baja. El segundo no entró en la convocatoria para viajar a Madrid por no contar con los suficientes entrenamientos con sus compañeros y, según Martín, no tener ritmo de Primera División. Consecuencias de no haber realizado la pretemporada con los rojillos.
El que sí tuvo suerte fue Rivière. El delantero francés ha caído de pie en Pamplona: nada más llegar tuvo minutos (y gol) en un amistoso frente al Numancia, disputado durante el parón internacional, y en su primera oportunidad liguera fue titular nada menos que en el Bernabéu. Su fichaje vino rodeado de ilusión por la calidad del futbolista y de incertidumbre por su estado físico – cabe recordar que sufrió una lesión de rodilla que le impidió disfrutar de minutos en el Newcastle – pero todo hace indicar que para Martín puede más la ilusión.
Frente al Real Madrid el técnico de Campanas le dio la titularidad y, pese a no marcar, Rivière dejó buenas sensaciones. Parece ser de esos delanteros que leen las jugadas antes que nadie, que se mueve por el campo con criterio, como pez en el agua, y que tiene hambre de gol y muchas ganas de demostrar que ha vuelto para quedarse. Si esto es así, el fútbol habrá recuperado a una gran promesa que estuvo a punto de no ir a más y Osasuna habrá incorporado a sus filas a un efectivo de gran calidad que completará una delantera que puede ser de ensueño.