No fue capaz una vez más Osasuna de revertir la mala dinámica de juego y resultados en la pasada jornada liguera. Dicha vez, fue el Barcelona quien ejerció de verdugo para el combinado dirigido ahora por un discutido Joaquín Caparrós. Lo más preocupante, más incluso que los resultados, está siendo el modo en el que se están dando. Es normal perder un partido, dos, tres... Lo que no es normal es no competir, no llegar a portería y ser tan frágil como la zaga osasunista. Por no hablar, claro está, de la ya más que evidenciada falta de clarividencia y cohesión en la circulación de la redonda.
En primer lugar, lo que se echó en falta fue un baluarte en la medular. El más señalable fue Goran Causic, que lleva dos jornadas consecutivas a un muy mal nivel, casi como si no estuviera jugando. No aparece para dar solvencia al atasco que se forma cada vez que Osasuna intenta salir jugado. Tampoco se escapan de su parte de la culpa Roberto Torres o De las Cuevas, aunque es Causic quien menos está aportando al equipo.
Por otro lado, la contribución y pelea que estaba otorgando al equipo de Oriol Riera también se echó en falta en la segunda mitad. En cuanto Kenan Kodro salió al campo para sustituirlo, se acabó del todo Osasuna en ataque, a excepción de una jugada que se creó Berenguer y que bien pudo acabar en gol. Kodro no está al nivel para jugar en primera división, no está para ser titular, y lo peor, no da el sacrificio mínimo que se espera por parte de un jugador profesional. Justo lo que siempre garantizan tanto Riera como Sergio León. Pelea, sacrificio y esfuerzo.
Y para concluir, una vez más acusó Osasuna su excesiva fragilidad cuando se emplea en labores defensivas. Prueba de ello es que Nauzet tuvo que ejercer de salvador en varias ocasiones, permitiendo a Osasuna mantener oportunidades de puntuar durante todo el primer tiempo y buena parte del segundo. Las lesiones de los dos Flaño son un duro golpe para los navarros, ambas de larga duración. Ahora, los jugadores que están disponibles y los que puedan llegar en enero, son los que deben mantener segura la portería rojilla, que hasta ahora, solo se ha quedado sin encajar goles en un único partido, un empate a cero ante el Celta de Vigo en El Sadar.