Osasuna se la jugaba. Necesitaba ganar al Sporting para acercarse a la salvación, ya que supondría ganar tres puntos y que un rival directo no los gane. La afición osasunista no falló, y El Sadar presentó una muy buena entrada. El encuentro no comenzó bien para los navarros, ya que a los nueve minutos Vujadinovic cayó lesionado y tuvo que sustituirle Mondragón, que debutaba en Primera. Sin embargo, diez minutos más tarde, Osasuna se puso por delante gracias a un autogol de Meré. En el 72, Kenan Kodro aprovechó un buen pase de Roberto Torres para batir al Pichu Cuéllar y poner el 2-0 en el luminoso.
No obstante, tan solo siete minutos después Canella redujo distancias. En el 81, Carlos Castro empató el partido y logró el 2-2 definitivo. Así, Osasuna permanece en último lugar con 18 puntos, a dos del Granada (20), a cinco del Sporting (23) y a nueve puntos de la decimoséptima plaza que marca la permanencia, ocupada por el Leganés.
Y es que Osasuna dejó escapar la victoria en un partido que tenía controlado. Sabiendo de la importancia del encuentro frente a un rival directo, los pupilos de Petar Vasiljevic encajaron dos goles en dos minutos, algo que no se pueden permitir dada la delicada situación en la que se encuentran los navarros. Esta falta de intensidad ha sido la tónica dominante esta temporada en la escuadra rojilla.
Además, si la jornada anterior hablábamos de la oportunidad que dejó escapar Osasuna para recortarle puntos a sus rivales, esta jornada no ha sido menos. Perdieron Leganés y Granada, por lo que una victoria frente al Sporting habría supuesto el recortarle tres puntos a sus tres rivales en la lucha por la salvación.
Por lo tanto, los rojillos volvieron a desaprovechar la oportunidad de acercarse a la salvación, esta vez cediendo un empate en un partido que estaba prácticamente ganado. La relajación y falta de intensidad le está costando la categoría a Osasuna.