Real Madrid 2015/16: Lucas Vázquez, confirmación por calidad

La temporada no empezó de la mejor forma posible para Lucas Vázquez. El extremo gallego tenía por delante una dura tarea, pues a pesar de que Benítez requirió sus servicios para jugar en el club de su vida, tenía por delante a futbolistas de la talla de Gareth Bale, Karim Benzema y Cristiano Ronaldo. Incluso Jesé Rodríguez, con quien Rafa Benítez empezó jugando, parecía estar un paso por delante del 18.

De este modo, sus primeros minutos como jugador blanco fueron escasos, en tramos finales de partido y con alguna titularidad aislada cuando fallaban los delanteros titulares. Una de ellas se dio en el Parque de los Príncipes, ante el PSG de Laurent Blanc, donde cuajó un partidazo en ataque y trabajó como el que más en defensa. Dio cuatro asistencias en los primeros tres meses de competición, todas ellas a un Cristiano Ronaldo que agradecía enormemente el empeño del canterano.

De menos a más

Con el paso de los meses, los minutos de Lucas fueron en aumento, tanto con Benítez como posteriormente con la llegada de Zinedine Zidane. El técnico francés no quiso más que dar bola a su alineación de gala durante los primeros días en el cargo, pero la recaída de Bale y las molestias de Benzema dieron la oportunidad a un Lucas que se ganó la confianza de la leyenda merengue de cara al tramo final de campaña.

Sus números no son muy superiores a los que lleva consiguiendo toda la temporada, pero las sensaciones que ha dejado en el madridismo desde el mes de febrero hasta el último instante de la final de mayo en Milán le convierten en un jugador querido por todos. Se destapó como goleador ante Real Sociedad o Rayo Vallecano y continuó con su trabajo por banda, además de seguir asistiendo a sus compañeros. Su partido en Milán ante el Atlético de Madrid, donde entró a falta de 20 minutos para el final del tiempo reglamentario, le coronó finalmente en el Olimpo de Chamartín. Se decidió a tirar el primer penalti y lo anotó, llenando de confianza al resto de compañeros. La consecución del título de Champions League fue el punto final a una temporada en la que Lucas fue de menos a más, hasta convertirse en un abanderado madridista.