La vuelta del hijo pródigo está funcionando. Álvaro Morata regresó al Real Madrid el pasado verano por unos 30 millones de euros aproximadamente, y desde ese momento ha marchado con la losa que eso supone. Canterano, fichado, y con la presión del Bernabéu como si de un galáctico más se tratase. Parece ser que fueron demasiadas cosas para que el atacante español encontrara su sitio en las primeras semanas, pero ahora está en racha y las estadísticas se encargan de reafirmalo.

Con 12 goles ya en lo que va de temporada, tan solo Messi supera su promedio anotador (un tanto cada 93 minutos) y no hay ningún jugador más eficaz en el Santiago Bernabéu que él. Su presencia en Chamartín es sinónimo de gol y victoria para los blancos. Después de sufrir una lesión muscular que lo mantuvo alejado casi un mes de los terrenos de juego, ha encadenado 6 encuentros en la casa merengue siendo capaz de marcar en cinco de ellos. Disfruta en Concha Espina y su afición lo sabe.

Athletic, Leganés, Deportivo, Real Sociedad y Espanyol han sido las víctimas de un delantero que está cumpliendo con las expectativas que generó desde la primera vez que se enfundó en una camiseta blanca. Velocidad, capacidad para proteger el balón y gol. Sobre todo gol. Contra Las Palmas probablemente tendrá una nueva oportunidad junto a su amigo y confidente Isco. Ganarse la titularidad en todo un Real Madrid no es fácil, y menos teniendo que lidiar con el "gato" preferido de Zinedine Zidane (Karim Benzema), pero Morata está recorriendo el camino a zancadas y no debería de faltarle mucho. Este final de temporada será crucial para su futuro y para el de la parcela atacante del club. Se avecinan tiempos importantes en la dirección deportiva del Madrid, por lo que es ahora o nunca. De él depende seguir.