Tras el empate en la jornada pasada ante el Celta de Vigo, el Real Madrid veía como las pocas opciones de aspirar a La Liga se le marchaban. 16 puntos con respecto al líder son demasiados. Y, sobre todo, dejando a un lado las cuestiones puramente matemáticas, observando las sensaciones que transmite el equipo. No da la impresión de que este Madrid pueda remontar esa inmensa cantidad de puntos porque el conjunto blanco no ofrece síntomas de recuperación, no hay brotes verdes. Así que, en principio, todo haría pensar que es misión imposible.

Pero el que está inmerso en la lucha es el Real Madrid. Si fuera cualquier otro equipo del mundo nadie daría absolutamente nada por esa posibilidad, pero si se trata del conjunto madridista siempre hay que otorgarle esa pequeña opción, por más ínfima que sea. Pocos clubes existen que puedan ser capaces de esta hazaña y el Madrid es, sin duda, uno de ellos. Ese afán de superación, de querer hacer historia y de no rendirse nunca son los valores blancos que permiten al aficionado poder soñar, aunque parezca imposible, con ese rayo de esperanza. Después de tantas derrotas y empates, la puerta de la Liga se ha cerrado casi a cal y canto, pero hay un pequeño resquicio del que agarrarse. Una puerta que, de abrirse, daría paso a una de las ligas más históricas que se recordarían, pues nadie ha conseguido remontar esa cantidad de puntos. Y si hay alguien empeñado en escribir la historia es el Real Madrid. Es cierto que las llaves de esa “puerta a la Liga” las tiene en su poder el Barcelona y muy bien resguardadas.

Pero estaría bien recordar que todos los equipos durante el campeonato liguero, atraviesan por una mala racha en algún momento de la temporada. Y es ahí cuando los de Zidane deben estar preparados para recortar distancias. La clave es sencilla, recortar los puntos suficientes para cuando el clásico de vuelta poder estar a tiro de meterle la presión al equipo culé. No hay que olvidar tampoco que, por delante, antes de llegar al Barça, tiene a Valencia y Atlético, equipos nada fáciles de ganar.

No hace mucho el Real Madrid parecía imbatible y ahora es todo lo contrario. El fútbol da muchas vueltas y ese rayo de esperanza que aún ilumina las caras del madridismo es lo único que les queda. Ante el Villarreal este sábado, será la primera final. La primera oportunidad para que ese rayo se convierta en un sol. Un pinchazo más, y el sueño se escapará definitivamente.