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Tsunami en el diluvio

El San Fernando gana con solvencia en el Municipal de La Línea ante una Balona hundida que cae a promoción de descenso bajo una lluvia torrencial que amenazó con suspender la contienda. Dani Martínez y Carralero plasmaron la superioridad azulina en el electrónico ayudados por un Espinar colosal y un bloque de jugadores intenso de principio a fin.

Tsunami en el diluvio
Foto: Sergio Rodríguez (La Línea Digital)
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Por José Manuel Gallardo

Cantando bajo la lluvia. O, mejor dicho, bailando. El San Fernando ha mostrado en la lluviosa tarde de hoy en La Línea de la Concepción nuevamente su mejor cara y ha superado en todos los aspectos a una Balona desbordada que cae a la promoción de descenso. Fue un duelo peculiar, como se presuponía. Un derbi, como viene siendo habitual en los últimos años, en el que la lluvia no se quiere perder y aparece sin permitir una pequeña tregua.

El Peñón de Gibraltar, espectador de lujo que preside uno de los fondos del estadio linense, se ausentó. Los nubarrones que advertían del diluvio ocultaban la mítica roca. Era una señal para los valientes balonos que retaron a la climatología y acudieron a ver el espectáculo junto a los isleños que rehusaron quedarse a cubierto en casa para alentar al Club Deportivo.

En cuanto a los onces, Méndez daba continuidad a Mario y dejaba en el banquillo a Fran Martínez para que Castillo y Regino ocuparan el eje de la zaga. Por su parte, Juan Mari Sánchez decidió dar entrada a Zamorano por el sancionado Gato y Selfa fue el elegido para acompañar a Joe en la zaga, en detrimento de Santelices.

Sin embargo, los retoques locales en defensa después del severo correctivo en Granada sirvieron de poco. El San Fernando sabía cómo hacer daño. Desde el primer minuto, intensidad, presión en zona alta y castigar sin descanso el costado derecho de la zaga linense. Allí, Carralero fue una pesadilla para Bauti. El isleño estuvo a un nivel excepcional, acompañado por un Francis que también rozó la perfección.

De todo menos goles

De hecho, el sevillano avisó en la primera acción del duelo con un disparo en el que Óscar Santiago tuvo que evitar problemas mayores desviando a córner. Poco después, Galindo, tremendo en el doble pivote junto a Gerrit, probó fortuna desde la frontal con un disparo que taponó Joe y blocó Santiago.

Los azulinos ya habían dejado su carta de presentación. El monstruo que es el San Fernando a domicilio asustaba a la retaguardia albinegra. Sin embargo, la Balona, en una especie de Doctor Jekill y Mister Hyde, mostró muy buenas maneras de la zona de tres cuartos hacia delante. Juampe por derecha, Zamorano en la banda zurda, Mauri en el centro y Francis Ferrón en punta inquietaban con el esférico en su poder. De hecho, el ariete local a punto estuvo de mandar a la red de espuela un envío desde la siniestra y, poco después, el central Joe cabeceó desviado un servicio desde la esquina.

La lluvia no impidió un partido muy atractivo en los primeros compases

No se había llegado al minuto 5. La lluvia apretaba. Cada vez más. Pero poco importaba. El estado del césped, que aguantó estoicamente mientras pudo, provocaba una incertidumbre constante en cada balón largo. En esas circunstancias, el San Fernando siempre jugó con ventaja. Espinar era un gigante. Sabía anticiparse a todos y quedarse con el balón para sacar algo cuando el horizonte se poblaba de zamarras albinegras. Algo que puede ser muy fácil de explicar por escrito y oralmente desde la banda resulta muy complicado de llevar a la práctica. Por eso, el loreño se merece todo el crédito después de semejante actuación.

No marcó. De hecho, su ocasión más clara fue una pugna con el portero en un balón muerto en el área que Santiago arrebató despejando con el pie. Sin embargo, derrochó juego en equipo. Trabajo a destajo. Por ejemplo, Carralero estuvo a punto de aprovechar un centro suyo al segundo palo que llevaba marchamo de gol.

En el otro área, Juampe, una de las mayores bazas ofensivas, estuvo atado por Luque, del que solo se deshizo a los veinte minutos de juego después de un bonito detalle técnico. Su servicio, no obstante, no fue cabeceado por Ferrón.

Foto: San Fernando CD
Foto: San Fernando CD

La lluvia apretaba y, por ende, los errores hacían acto de presencia. Los botes extraños del esférico, que se quedaba frenado cuando nadie lo esperaba ayudaban a generar peligro en cualquiera de los dos áreas. Rasear el balón era una utopía y en ese juego vertical el San Fernando se siente el rey.

No estuvo listo Carralero para gestionar un tremendo error de Bauti. El lateral no midió bien y se comió el bote ante la desesperación de su entrenador. Sin embargo, Joe estuvo providencial para taponar el centro. Y, cuando él fue superado, apareció Óscar Santiago. El guardameta se estiró para detener un gran disparo a la media vuelta del propio Carralero que olía a gol.

La primera, a la red

El San Fernando perdonaba, pero hizo caso omiso al tópico. Eso sí, tuvo que esperar al segundo acto. Antes del intermedio, Sergio Castillo pidió el cambio por problemas en su hombro derecho. Méndez no quiso variar su idea y eligió a Fran como relevo. Lo que funciona no se toca, debió pensar. Y solo faltaba el gol para que la maquinaria rodase a la perfección.

Dani Martínez   adelantó al San Fernando en el primer minuto del segundo acto

Ironías del fútbol, el San Fernando, que ha sufrido bastante esta temporada en los primeros compases de las segundas partes, abrió la lata en este tramo de partido. Señal inequívoca de que los azulinos estaban inspirados. En el 46’, Espinar se adentró por la parte izquierda del campo y lanzó un disparo con intención desde el pico del área grande. Santiago despejó, pero dejó el cuero muerto para que Dani Martínez, entre el diluvio de agua y de piernas, metiese la puntera y adelantase a su equipo.

Foto: San Fernando CD
Foto: San Fernando CD

A partir de hoy comenzó otro encuentro, aún más favorable a los isleños. La Balona peleaba contra el marcador, el clima y su propia ansiedad. Demasiado ante un equipo que no perdió el sitio y que supo desquiciar a su rival ganando prácticamente todas las disputas por la posesión.

Ferrón y Zamorano trataron de inquietar a Salva con sendos disparos sin suerte, pero el verdadero peligro tenía color azulino. Francis, en una bonita jugada individual, engañó a Rulo para ganar espacio y probar con un disparo que se marchó fuera por poco. Estaba claro que el San Fernando se sentía cómodo. Le gustaba la lluvia. Reinaba en la piscina improvisada en la que se había convertido el Municipal linense.

Los 'listos' sentencian

Y, precisamente, el premio del segundo gol se lo llevaron los dos protagonistas que mejor supieron interpretar este tipo de fútbol. Carralero envió un pelotazo al espacio para Espinar, previendo que el balón se quedaría frenado, algo que permitió al loreño dibujar la jugada ideal. Hizo la pared con el propio Carralero, que llegó con todo y se sacó un disparo potentísimo que batió a Santiago y llevó el delirio a los isleños desplazados.

Una pared entre Carralero y Espinar confirmó la victoria azulina

Después de semejante mazazo, la Balona trató de meter más leña a su particular fuego atacante. Stoichkov y Canario por Bauti y Selfa, respectivamente, pero las condiciones del terreno de juego impedían acercamientos claros. Ya se sabe que, en el mundo del fútbol, es más fácil destruir que construir. Y este panorama hacía que el San Fernando únicamente pasara apuros en jugadas a balón parado.

Aún así, Méndez se blindó en la medular dando minutos a Jorge Herrero que, por desgracia, tuvo que retirarse poco después, por una lesión en su rodilla y dejando su sitio a Óscar Oliva. Poco o nada afectaron esos cambios de guion a la película del encuentro. La Balona lo intentaba tímidamente y ello provocó alguna que otra protesta de su afición, que fue abandonando poco a poco el estadio con el único pensamiento de que mucho tienen que cambiar las cosas para no sufrir esta temporada.

Foto: San Fernando CD
Foto: San Fernando CD

Mientras tanto, en el mismo escenario, los isleños aplaudían a rabiar a sus jugadores, orgullosos por haber sumado tres nuevos puntos a domicilio. Es el mejor equipo del grupo fuera de casa por actuaciones como esta: trabajo, intensidad, transiciones rápidas y efectividad en momentos clave. 26 puntos merecen, sin duda, una lluvia de elogios.