2-1, costó, pero el FC Cartagena consiguió una más que importante victoria frente al Granada B. Y digo más que importante, por lo que significó para un vestuario que encadenaba dos jornadas seguidas sin saborear las mieles del triunfo.

Era importante, primero, para no descolgarse en exceso de la cabeza de la tabla, es decir, 3 puntos para seguir sumando. El Marbella no falló, el Jumilla tampoco lo hizo, y el Villanovense viene apretando fuerte por detrás, por lo que los de Monteagudo estaban casi en la obligación de vencer al Granada B.

Importante, también, porque el Efesé fue capaz de romper una racha de dos partidos consecutivos sin marcar goles. Eran ya dos jornadas en las que el equipo albinegro se quedaba con las ganas de celebrar un gol, y eso era ya mucho tiempo para un equipo que aspira a ser líder del Grupo "Salmorejo" de la Segunda División B. Juanlu Hens, gracias al gol que marcó, sigue a la cabeza en su particular lucha por ser pichichi de la categoría.

Chus Hevia, y el ya mencionado Juanlu, necesitaban reencontrarse con el premio del gol, en especial un Chus Hevia que no estaba gozando de muchos minutos, y que quiere ser importante en este equipo. 

Aunque a esta victoria se le atribuye un valor especial por lo que significaba. Más que para sumar, sirvió para recuperar la confianza perdida en las últimas jornadas. Es decir, tras perder frente al Lorca, y empatar frente al Melilla, era necesario dar un golpe sobre la mesa diciendo: "Aquí estoy yo", y haciéndolo ante uno de los llamados a estar arriba, como lo es el filial nazarí.

La afición cartagenera volvió a animar, volvió a cantar, y volvió a sufrir junto a su equipo. Eso es lo realmente importante. Por este, y todos los factores citados antes, posiblemente esta victoria, sentó mejor que un trozo de tarta de chocolate después de comer. Fue a lo que se llama, una victoria dulce.