Amanece de nuevo con el mismo calor de ayer, pero no de la misma manera. Alberto se levanta, se lava la cara y se mira al espejo, sonríe tontamente y eso que el sueño aún le ataca, pero no puede quedarse más tiempo en la cama. Sale del baño y se encuentra con su madre, que le sonríe también; cuando Alberto llegó anoche a casa ella dormía con los auriculares puestos y la radio encendida todavía. Con la casa media vacía, Alberto empezó a prepararse el desayuno con un aliento que variaba entre la resaca y el regusto de una felicidad nueva, diferente, una que el propio Alberto jamás había experimentado.

Quizás por ello, a sus dieciocho años, Alberto estaba en un momento muy importante, eran las horas posteriores a que un sueño se cumpliera, se hiciera realidad. La noche anterior Alberto vivió en sus carnes lo que un día la fortuna le arrebató justo un año antes, lo que en aquel momento de llanto pensó que nunca llegaría a ocurrir. Trece años antes, o mejor dicho, trece temporadas antes, la UD Las Palmas ascendía a Primera División por última vez, pero Alberto era muy pequeño por aquel entonces para recordarlo, y por eso su felicidad iluminaba a todo el que se le pusiera por delante, porque había visto al equipo de su vida volver a Primera.

La realidad es que Alberto existe, pero no como creemos; Alberto representa a aquellos que nunca vieron a la UD Las Palmas en Primera, a aquellos que no lo recordaban y a aquellos que pensaban que nunca volverían a verla con los mejores. Alberto representa a aquellos que lloraron un año antes por la catástrofe que vivió el Estadio de Gran Canaria ante el Córdoba, representa a una isla que siente un amor incondicional por el fútbol. Alberto fue la cabeza de Culio para sacar aquel balón bajo palos, fue el remate de Roque, la canilla de Aythami y el empujó de Araujo a la pelota para terminar de cerrar una pesadilla.

El año 2015 estará marcado para siempre en el seno de Las Palmas y sus aficionados por ese soñado ascenso que tanto tardó en llegar. Aquel 21 de junio de 2015 fue el punto final a una temporada donde se había conseguido volver a soñar, una temporada en la que se enterró definitivamente el 22J para siempre. Las Palmas sobrevivió en 2015 al día más negro de su historia para cambiar su destino; el fútbol le debía una.

No obstante, el regreso a Primera no está siendo todo lo idílico que le gustaría al club, pero la realidad es que ningún gurú o adivino se habría atrevido a predecir algo tan hermoso como el renacer de un club que no mereció aquel golpe. Las cosas no están siendo de color de rosa, pero eso no va a machar un año que ha sido inolvidable. 

Un ascenso, el sueño de todos

La temporada pasada no fue nada fácil para el conjunto de la capital Gran Canaria. El partido ante el Córdoba dejó una huella imborrable para el aficionado amarillo. Ese que ha estado, cuando el equipo estaba al borde de la desaparición en la segunda división B. Ser de la UD Las Palmas no es del todo fácil, otro año más en segunda división condenaba a más de uno a no poder cumplir su sueño, ver al equipo de sus amores disputándole un partido a todo un FC Barcelona o visitando el Bernabéu de nuevo. 

La temporada regular 2014/2015 llegaba a su fin. Para muchos, esto significaba una decepción mayúscula, y es que habían aficionados que pensaban, legítimamente, que la UD tenía que subir a primera con todas las de la ley, de forma directa. Pero la categoría estaba llena de gallitos. En la tabla clasificatoria mandaba un Betis deseoso de volver a su casa, la primera división, un gigante dormido como es el Sporting de Gijón, entre otros muchos equipos que hasta no hace mucho eran jueces de la liga de fútbol más importante del mundo. Con todo ello, al equipo que dirigía Paco Herrera se le presentaba un play – off muy complicado. A esas alturas de la temporada no hay rivales fáciles, ni partidos hechos. De hecho, la Segunda División siempre ha destacado por la complejidad de todos sus partidos. Rivales que por presupuesto podrían militar en categorías inferiores, pero que un partido dado pueden sorprender a más de uno.

En la fase decisiva de la temporada se vió lo mejor y lo peor de la UDLa eliminatoria contra el Valladolid fue un tanto insulsa. Faltó algo. El resultado final, 1-1. La cantidad de goles fuera de casa fue determinante, para que el equipo amarillo se plantara en la final por el ascenso a la liga BBVA. Por otro lado, el Zaragoza conseguía la machada del año. Ranko Popovic consiguió sacarle todo el jugó a su equipo en los partidos decisivos de la temporada. El Girona, que llevaba una renta de tres goles fuera de casa, perdió el partido sin darse cuenta. La final sería ante el Zaragoza.

La remontada comenzó en el aeropuertoEn la Romareda, un rayo de esperanza fue nublado por tres puñaladas en forma de gol. Un partido que había comenzado bien, acabó con la eliminatoria casi sentenciada para los aragoneses. La garganta de los seguidores amarillos desplazados hasta Zaragoza se quedó seca, y casi sin aliento volvieron a Las Palmas desconcertados. Nadie podía dar crédito. El ascenso se alejaba de la mente de los canariones. 

Pero el aficionado de la UD está hecho de otra pasta. Es fiel, y quiere a su equipo. El seguidor amarillo defiende a su equipo y no lo deja solo. Nunca tu sola caminaras, gritaban muchos, que recibieron al equipo en el aeropuerto, a la vuelta de Zaragoza. Y así fue, el 21 de Junio, la UD Las Palmas no caminó sola, 30.000 personas llenaban las gradas de un recinto en obras. El resultado de la ida no acabó con la fe de un afición castigada en la última década en el infierno de la segunda división. Roque Mesa llevó la locura a la grada, cuando la primera parte agonizaba. El conjunto amarillo necesitaba otro tanto para codearse de nuevo entre los grandes.

Para algunas personas el futbol solo es un negocio. Hay quien piensa que éste deporte es sólo ver como 22 jugadores dan patadas a un pelota. Pero no es del todo así. No pensarán así los que lloraron cuando Sergio Araujo remató un centro acrobático de Aythami Artiles. No pensaran así los que volvían desde lejos para ver a su equipo, porque fueran sufrían demasiado. Tampoco los que no podían ver como el encuentro finalizaba. El árbitro pitó el final. El fútbol dio un respiro a aquellos que menos recursos tienen, a los que pasan los días deseando que esta crisis económica y social amaine. Todo lo malo se pausó, y dio paso a la celebración. Al final, el sueño de todos se cumplió. Al final, la vida siempre da otra oportunidad.

El nuevo técnico: Quique Setién

La nave amarilla está siendo comandada a día de hoy por un hombre, un guerrero de las tácticas, un entrenador que toma por bandera el embriagador perfume del balón: Enrique Setién Solar.  

Desembarcó en una Isla Afortunada una persona que, poco tiempo ha, no conocía la sensación que se respira al pisar el verde tapiz de un estadio de Primera División como máximo responsable de un cuerpo técnico. Comenzó su etapa en los banquillos con el Polideportivo Ejido en la temporada 2003-2004, dirigiendo las 12 primeras jornadas. Aceptó posteriormente el cargo de seleccionador de Guinea Ecuatorial, pero en 2007 se puso al frente del Logroñés en Segunda División B. En junio de 2009 se comprometió con el Lugo, y tras la temporada 2011-2012, ascendió con el conjunto gallego a la división de plata del fútbol español. Su paso por tierras luguesas, después de consolidar al equipo en Segunda División, se complicó, debido a los cambios en el Consejo de Administración de la entidad. Entrenó su último partido en junio de 2015, seis años después de haber llegado.

En toda su experiencia como entrenador, Quique Setién ha hecho gala de la disposición ofensiva que llevó durante su etapa como jugador, en la que solía llevar el dorsal número diez a la espalda en equipos como el Atlético de Madrid.

La ilusión del comienzo

Fue el elegido, pese a parecer a priori falto de rodaje, para retomar el legado de Paco Herrera, cuya reputación rozaba el cielo de Gran Canaria al haber llevado al éxtasis del ascenso 14 años después. El técnico cántabro, armándose de valor, se adentró en un vestuario repleto de futbolistas ilusionados, temerosos y algo inexpertos que en su mayoría no sabía qué era jugar en la mejor liga del mundo. Fue entonces cuando comenzó la nueva etapa de la Unión Deportiva Las Palmas.

La propuesta de juego que Setién quiso implantar en la entidad pio pio desde el momento de su llegada no distó demasiado de la filosofía ya inculcada. El buen trato al esférico y la vocación ofensiva eran los dos ideales que tendrían que imperar de entonces en adelante. Así, el cambio de entrenador aquel 19 de octubre no supuso, tácticamente, un gran proceso de adaptación para la plantilla.

Sin embargo, el cariño y la confianza que tanto los jugadores como la afición habían depositado en Herrera no sería fácil de contrarrestar. Para ello haría falta la mezcla indisoluble que buscan todos los equipos con grandes aspiraciones: el buen juego que dé resultados positivos.  

Una disyuntiva recurrente

Es precisamente esa ecuación “resultados-buen juego” la que supondría el mayor quebradero de cabeza para un equipo acostumbrado a ganar y dar espectáculo en su mayoría de veces en Segunda División. Por lo tanto, habría que hallar la fórmula perfecta para mantener la categoría y ser competitivos en una liga de mayor nivel. No todos los clubes destinados a luchar por la permanencia optan por un juego tan ofensivo. Y un problema que aún acucia el equipo de Setién es no haber encontrado la manera de rentabilizar el buen juego que sí consiguen desplegar en muchas ocasiones.

Tanto es así, que la Unión Deportiva entrenada por Setién tan solo ha perdido la posesión de balón ante Real Madrid, Real Sociedad y Espanyol.

Al haberse convertido en el entrenador número 59 en la historia de Las Palmas, el actual técnico sabe tener a sus espaldas la ardua tarea de lograr la permanencia. Dicho objetivo se volverá factible si pergeña un sistema ad hoc para la plantilla que tiene a su disposición. Y así lo intentó desde el principio. Son pocas las veces que se recuerdan que un nuevo entrenador ocupa el cargo en un club y lleva a cabo la revolución que hizo el ex técnico del Lugo. Su primer choque en Primera División lo dirigió en el Estadio de Gran Canaria, ante el Villarreal, donde apostó firmemente por jugadores que no estaban siendo habituales con Herrera, como Vicente Gómez o Tana. Ese encuentro se saldó con un empate a cero, y ya se recogieron los primeros frutos del trabajo hecho.

Cambio de sistema

En ese partido devolvió la defensa de cuatro, y propugnó los aires ofensivos que le caracterizan. Se atrevió con un 4-2-3-1 ante un rival en puestos europeos. Y la valentía surgió efecto. Se decantó por un doble pivote compuesto por Roque Mesa y Vicente Gómez, que aportara la frescura en la creación del juego que estaba faltando hasta entonces. Como mediapunta optó por Tana, que todavía no había debutado en Primera División. Su bisoñez no ha hecho que le tiemblen las piernas, y desde el momento en que Quique Setién depositó en él su confianza, ha cuajado correctas actuaciones.

Así pues, el 5-3-2, esquema empleado por Herrera en el grueso de partidos, quedó atrás, y un equipo prudente y medido en sus acciones dio paso a otro más desenfadado, pero al que se le han atribuido ciertos problemas defensivos que han mermado las opciones de victoria. Como consecuencia, la Unión Deportiva ha empezado perdiendo en seis de los diez partidos que ha dirigido el cántabro hasta ahora, de los cuales uno consiguió empatar (ante el Valencia, aunque la victoria estuvo a punto de caer del lado amarillo) y otro ganarlo (contra la Real Sociedad, en Copa).

Aunque esos hayan sido los cambios más significativos en el once, el juego con el balón también ha variado. Los amarillos han llegado incluso, contra Betis o Deportivo de La Coruña (pese a la derrota), a monopolizar el control del cuero hasta llegar al 61% de posesión. La media de dominio del juego hasta la decimosexta jornada es de un 53,8%.

Hasta esa misma cita, se han disputado ocho partidos en la “era Setién”, esto es, la mitad de jornadas, con un bagaje de dos victorias, dos empates y cuatro derrotas. Si sumásemos los datos de la Copa del Rey, a la cifra se le proporcionarían una victoria y un empate, lo cual supuso la clasificación a octavos de final. En competición doméstica, seis goles a favor (la mitad de los anotados en total) por diez en contra (1’25 goles encajados por partido).

El proyecto Setién aún lleva en funcionamiento algo más de dos meses, pero ya ha empezado a dar de qué hablar. La filosofía ofensiva que apuesta por el juego combinativo, el toque y la posesión ha aterrizado en Gran Canaria para quedarse. Por lo menos, esta temporada, y de conseguir la permanencia, otra más. El cariño que le otorgue una afición tan exigente irá variando en función de cómo sigan asentándose los cimientos este próximo año. 

La magia de Jonathan Viera

Con más de 1.300 minutos jugados en 15 de las 16 jornadas que han transcurrido en la Liga BBVA, Jonathan Viera se ha convertido en uno de los pilares más importantes para Las Palmas. El ascenso a Primera ha marcado un antes y un después en el equipo. Por su parte, el de La Feria fue un claro fichaje que el conjunto debía conservar por lo que se le contrató hasta el año 2018.

Ese afán de deportividad y de lucha en el terreno de juego caracteriza al '20' amarillo. La UD no finaliza el año en uno de los mejores puestos, ocupando el penúltimo con solo 13 puntos. Tres partidos ganados frente a las nueve derrotas hacen que los grancanarios tengan que dar lo mejor de sí para conseguir el objetivo de permanencia. 2015 ha sido un año de mucho cambio para Las Palmas, desde su ascenso a La Liga de las Estrellas hasta la llegada del nuevo entrenador, Quique Setién.

Actualmente, la UD Las Palmas ocupa el 17º lugar de Primera con 16 puntos

La forma en la que Viera maneja el balón ha ayudado al equipo a luchar y salir a proteger el escudo en muchas ocasiones. Es, además, un jugador que sabe defender su puesto mostrando que puede enfrentarse a todo lo que se le ponga por delante. Siempre se ofrece a la pelota, muestra unas grandes dotes en los uno contra uno y sabe manejar el juego con todo el conjunto. Se puede decir que es digno de jugar en esta Liga y así lo ha demostrado.

Las Palmas suma doce goles a su favor y el delantero ha sido el protagonista de tres de ellos, convirtiéndose en el jugador que más goles ha encajado entre sus compañeros. El primero de ellos lo marcó en el Camp Nou ante el Barcelona cuando su disparo entró en la portería de Ter Stegen, a punto de finalizar el encuentro. El segundo fue en casa, ante la Real Sociedad en el minuto 28 de partido. El último hasta ahora fue ante el Valencia en Mestalla, cuando el delantero consiguió que su equipo no sumara otra derrota.

Pese a la situación que aborda el conjunto amarillo, uno de los propósitos para el 2016 debe ser demostrar que Las Palmas merece seguir en Primera División. Jonathan Viera es y seguirá siendo uno de los componentes más importantes entre los insulares para seguir la lucha de permanencia y este año tiene que demostrar lo que ha hecho hasta ahora: ser fundamental.

La magia del flaco, clave en el ascenso

Muy posiblemente cuando se acabe esta temporada Juan Carlos Valerón decidirá poner punto y final a su carrera como jugador, probablemente dejaremos de ver su magia sobre los terrenos de juego de los diferentes campos del panorama futbolístico español, pero se irá dejándonos grabadas en las retinas de todos los espectadores su talento futbolístico cada vez que salta al césped.

En este año 2015, el del ansiado ascenso, "El Flaco" tuvo muchos menos minutos que cuando llegó de nuevo a la disciplina amarilla, en la temporada 2013-2014, pero no por ello tuvo menos importancia en el equipo, puesto que cuando jugaba daba un aire de calidad además de crear espacios con sus pases milimétricos, para que los aprovecharan los delanteros amarillos.

En su regreso, la temporada que finalizó con el desastre del Córdoba, Valerón disputó un total de 45 partidos, llegando a los 3130 minutos a pesar de tener por aquel entonces unos 38 años, aparte de su visión de juego, factor clave para desatascar muchos encuentros, el de Arguineguín dio cuatro asistencias y incluso anotó tres goles. Quien no recuerda en ese partido de Play Off final por el ascenso, al "Mago" intentando echar a los que saltaron al campo, que desgradiciadamente tuvieron mucha culpa del desenlace final.

Foto: RTVC

En la pasada temporada la 2014/2015, con Paco Herrera como entrenador, Valerón jugó 21 encuentros, un total de 564 minutos en los cuales aportó al equipo su experiencia y talento, importantes para ganar en muchos encuentros y conseguir el ascenso final.

En esta nueva campaña, la 2015/2016, con el regreso a la élite del fútbol español, y habiendo tenido ya a dos técnicos distintos tras diecisiete jornadas, "El Palanca" ha jugado seis encuentros, un total de 99 minutos, destacando entre ellas una exhibición impresionante en el partido de Copa del Rey ante la Real Sociedad, consiguiendo la victoria por 2-1 y facilitando el pase de ronda de los canarios. Además ha conseguido doce recuperaciones y en los 116 pases que ha ejecutado, el 88% de ellos han sido acertados.

En resumen, cuando se retire que cuanto más tarde sea mejor por el bien del fútbol, solo quedará darle las gracias por alegrarnos la vista cada vez que tocaba con esa magia y talento un simple balón de fútbol.

El regreso a Primera, comienzo de la nueva temporada

A día de hoy, no se podría decir que la UD Las Palmas ha logrado el único y principal objetivo que se había propuesto a principios de esta temporada: la permanencia en la Liga BBVA. Los amarillos andan en estos momentos, y a solo dos días de jugar ante un equipo que luchará por el mismo fin que ellos, el Granada CF, penúltimos en la tabla clasificatoria de la Primera División con 13 puntos y un pobre bagaje de 12 goles a favor y 23 en contra, pero con la tranquilidad que proporciona el hecho de que, a pesar de la característica irregularidad de los amarillos en estos primeros meses de competición, están a solo un punto de salir de la zona de descenso y con tres oportunidades más que útiles para conseguir tal propósito, tres jornadas en las que se enfrentarán ante el ya mencionado conjunto nazarí, contra el Athletic de Bilbao en el Nuevo San Mamés y frente al Málaga CF en la última cita de la primera vuelta que tendrá lugar el 10 de enero en el Gran Canaria. 

¿Cuáles han sido los factores y los aspectos a tener en cuenta para que la UD se encuentre en esta situación tan mejorable pero a la vez no tan preocupante como pudiera parecer?

La adaptación a la categoría

Una gran parte de la plantilla isleña no sabía lo que era jugar en la élite del fútbol español. Jugadores como Hernán Santana, David Simón, Vicente Gómez, los hermanos Castellano, Tana, Raúl Lizoain, Roque Mesa, Ásdrubal Padrón o Sergio Araujo han acumulado una gran cantidad de encuentros a sus espaldas entre la Segunda División española, la Categoría de Bronce e incluso la Tercera División, pero no conocían cuál era la sensación que se sentía al jugar en campos con mucho más aforo, ante aficiones de primera, con la evidente presión que suponen tales circunstancias y ante jugadores de reconocido prestigio entre los 17 equipos que repiten temporada en la máxima categoría, un gran número de ellos estrellas mundiales del balompié.

Es cierto que tal factor no se ha hecho notar con tanta magnitud como se pensaba en los momentos previos al inicio del curso, pero en situaciones concretas los jugadores insulares si han carecido de picardía y de experiencia, han adolecido, en muchas ocasiones, una evidente inocencia e indolencia ante futbolistas curtidos en mil batallas que no desaprovechan la mínima oportunidad de la que disfrutan. Sucedió en duelos como el del Bernabéu ante el Real Madrid, contra el Celta de Vigo en Balaídos o frente al Getafe en el Coliseum Alfonso Pérez. Con el paso de las semanas, se ha ido haciendo menos visible este aspecto, gracias, también, a la influencia, el apoyo, los consejos y el oficio de jugadores que si saben lo que es jugar en Primera como Juan Carlos Valerón, Jonathan Viera, Aythami Artiles, Nabil El Zhar, Javi Varas o Pedro Bigas, algo fundamental porque la veteranía es un elemento esencial para calmar los ánimos e instaurar la tranquilidad, la inteligencia y la astucia en momentos difíciles como los que se pueden presentar en las últimas jornadas de Liga en las que, previsiblemente, la UD se estará jugando la permanencia.

La falta de puntería y efectividad; la carencia de profundidad y ocasiones de gol

Ambas cosas ha padecido la Unión Deportiva en el transcurso de estas dieciséis primeras jornadas. Dos caras totalmente diferentes. Partidos en los que se ha acusado una evidente escasez de pólvora y eficacia ante una amplia cantidad de llegadas y disparos a portería rival  y otros tantos en los que ha sucedido totalmente lo contrario: un conservadurismo o una horizontalidad quizás algo excesivos y muy poca verticalidad de cara a puerta que se tradujeron en un ínfimo número de oportunidades de gol, aspecto que  sucedió, y que sigue sucediendo, en las etapas en las que los isleños estuvieron entrenados, por un lado, por Paco Herrea en los ocho primeros compromisos debido, principalmente, a un planteamiento claramente defensivo y, por otro lado, por el estilo de juego que Quique Setién implantó desde su llegada a la nave amarilla, el del toque y la posesión de balón

El segundo caso fue muy evidente en enfrentamientos como el que tuvo lugar en la undécima jornada ante el Valencia en Mestalla: hasta catorce veces tiraron al marco rival los grancanarios, logrando un solo tanto. Guarismos casi idénticos a los que se dieron en la última victoria conseguida ante el Betis: 10 disparos en total, un único gol que, a la postre, le proporcionó, pues, el triunfo a Las Palmas. Una falta de puntería que se hizo visible, también, en momentos clave de ciertos partidos como el que se disputó en el Estadio de Gran Canaria hace un mes ante en el Deportivo: Sergio Araujo dispuso de una doble ocasión en el descuento para alcanzar el que hubiera sido el empate y la consecución de un punto vital. El neuquino falló y en la posterior contra Lucas Pérez sentenció con el definitivo 0-2.

Por otra parte, los amarillos han carecido, en otras tantas veces, de un componente en el mundo del fútbol que también es básico: la profundidad, que ha venido determinada tanto por el conservadurismo en ciertos encuentros en los que Paco Herrera estuvo al mando, como ocurrió en la segunda jornada ante el Levante (0-0) en el que el equipo apenas creó ocasiones claras de gol, o ante el Getafe, cita en la que se vio la peor cara de la UD en lo que se lleva de campaña y que fue el detonante de la destitución del catalán

Asimismo, en los últimos duelos a domicilio, ya con Quique Setién como técnico, se ha echado en falta esa característica, ante el Sporting y el RCD Espanyol. Los propios jugadores de la entidad de Pío XII corroboraban tal circunstancia traducida en pocas ocasiones de gol, como fue el caso de El Mago de La Feria tras el encuentro de El Molinón: "Está bien tocar, pero hacia arriba".

El Gran Canaria, única fuente de puntos

Otro factor a tener en cuenta en la vuelta del representativo grancanario a la Categoría de Oro del fútbol nacional han sido los nefastos guarismos alcanzados en los encuentros lejos del archipiélago: como se ha dicho y reiterado en otras noticias y publicaciones, los canarios han logrado únicamente dos puntos de veinticuatro posibles fuera de casa. Un balance de dos empates y seis derrotas en los campos de Primera División a los que han rendido visita hasta el momento, que demuestran claramente lo realmente complicado que está resultando sacar buenos resultados a domicilio.

Esta mala dinámica que sufre la plantilla amarilla cada vez que emprende el largo viaje desde las islas hasta la península se compensa con los partidos disputados en feudo propio, donde se han conseguido los once puntos restantes y las tres únicas victorias en estos primeros cinco meses de Liga: ante Sevilla (2-0), Real Sociedad (2-0) y Real Betis (1-0), y empates frente al Levante (mencionado con anterioridad) y Villarreal (0-0).

A falta de puntos como visitantes, buenos son los logrados como locales, dirán en Gran Canaria, prácticamente la única fuente de buenos números de la UD Las Palmas.

Efectividad casi nula ante rivales directos

Hasta la fecha, la UD ha jugado contra siete teóricos rivales directos por la permanencia: Levante UD, Rayo Vallecano, SD Eibar, Getafe CF, Deportivo de la Coruña, Sporting de Gijón y Betis. De todos esos enfrentamientos, los insulares solo han sido capaces de sumar cuatro de los veintiún puntos posibles en juego, traducidos en una victoria, un empate y cinco derrotas, con el consiguiente goal average en contra ante equipos que, previsiblemente, luchan y lucharán por el mismo objetivo que los pupilos del entrenador cántabro. Si algo es fundamental en la consecución de tal meta es el mayor número de triunfos posibles ante este tipo de conjuntos. De nada sirve ganar a equipos con plantillas y presupuestos superiores si ante los verdaderamente importantes no se consigue tal logro. En los dos últimos compromisos como locales, los 'pío-pío' tienen la oportunidad de redimirse ante los dos clubes que le quedan por enfrentarse  de esa 'Liga de la salvación': Granada y Málaga.

Debilidad defensiva

Por último, la indolencia defensiva ha sido otra de las tónicas de los isleños en el inicio del curso 15/16. Sin ser uno de los más goleados (Rayo Vallecano, Levante, Granada, Getafe y Espanyol han recibido más tantos que la Unión Deportiva), la fragilidad en la zaga resulta bastante preocupante, notándose evidentes agujeros en la defensa amarilla en la mayoría de los duelos. Se pudo ver ante el Espanyol en la última jornada como Las Palmas apenas pudo hacer frente a una de las auténticas losas que ha estado padeciendo a lo largo de la campaña: el contraataque. Con un planteamiento nada especulador, llevando la iniciativa durante los 90 minutos y con la última línea claramente adelantada en la mayor parte de los mismos, los de Setién se muestran muy flojos ante los contragolpes del contrario, convirtiéndose Javi Varas en un verdadero 'Ángel de la guarda' del equipo, salvando a sus compañeros de abultados marcadores.

Eso sí, hay que tener presente que se han soportado bajas sensibles en dicha parcela como la de Pedro Bigas, Antolín Alcaraz o Aythami Artiles (este último por las amonestaciones) o de recambios como David García o Ángel López, teniendo que ingeniárselas el santanderino para adaptar a jugadores a la posición de defensa central; es el caso de Hernán Santana o Javi Garrido.

Como se dijo al inicio del reportaje, tres partidos le quedan a la UD Las Palmas en esta primera vuelta para poder revertir una situación que ha generado, evidentemente, cierta incertidumbre e intranquilidad en el seno de la parroquia amarilla, pero que no es la peor que se podía haber imaginado. No obstante, el 2016 y la segunda vuelta andan a la vuelta de la esquina. Será ahí donde se juegue el club presidido por Miguel Ángel Rámirez el verdadero pan de la permanencia

Los retos de Las Palmas en 2016

La UD Las Palmas ha conseguido cuajar un año 2015 muy bueno en el que se ha conseguido, tras varios intentos y algunas escenas deshonrosas y decepcionantes, el ansiado ascenso a Primera División. La UD ha hecho un gran trabajo que puede tacharse de casi inmaculado en el 2015. Sin embargo, la imagen dada por el conjunto insular en Primera dista mucho de la deseada por los directivos y la afición insular.

Por eso, para este 2016 los retos que ha de perseguir el conjunto pío-pío son básicamente mejorar el nivel defensivo del equipo, dar la cara en los partidos como visitantes y, a raíz de estos dos objetivos, lograr la permanencia en junio. Aparte, también se presentan otros desafíos que, más bien, son puntos fuertes del equipo este 2015 que se tienen que mantener: seguir apostando por el modelo de cantera para la Primera división o mantener el juego atractivo y vistoso que se ha venido desarrollando desde la llegada de Quique Setién.

Lo primordial: mantener la categoría

Tras trece años esperando el ascenso a la máxima categoría del fútbol nacional, se antoja trascendental mantenerse en Primera División al final de esta temporada. El equipo amarillo ha luchado mucho, tanto dentro como fuera del campo, para jugar con los grandes de nuestro fútbol, y ese trabajo ha de verse compensado con un proyecto de futuro que no se debe alejar de disputar los partidos en primera durante los próximos años.

El principal objetivo es la permanencia en Primera División

Para ello, se deben potenciar varios aspectos del juego amarillo. En primer lugar, se encuentra el desafío de la defensa. En un año en el que el equipo insular ha encajado 53 goles en competición oficial, 23 de ellos en las primeras 16 jornadas de Primera; se antoja necesario parar la sangría de goles que se reciben. Los tres goles que se encajaron en Balaídos, o los cuatro del Coliseum, no pueden volver a repetirse. Por ello, y porque no siempre estará Javi Varas para salvar el partido, la permanencia se debe construir desde una línea defensiva sólida. Si bien es cierto que en los últimos partidos, Setién ha tenido que tirar de soluciones imposibles, los defensas amarillos no han estado a la altura de las circunstancias.

La defensa es uno de los problemas de la UD | Fotografía: VAVEL
La defensa es uno de los problemas de la UD | Fotografía: VAVEL

El segundo reto que se aviene es el de empezar a sacar los partidos fuera de casa. Solo se han conseguido lejos de Gran Canaria dos de los 13 puntos que ha obtenido, hasta ahora, la UD: los empates en Vigo y Valencia. Esta rutina se ha venido dando también en la etapa en Segunda División, donde costaba un mundo sacar los partidos como visitante, en algunos de los cuales se recibieron soberanos correctivos (4-2 en Soria frente al Numancia o el 2-1 de Leganés, que también dolió al aficionado amarillo). El Gran Canaria ha de ser un fortín, pero la permanencia también se ha de forjar en los partidos que se disputen fuera de tierras insulares.

Mantener el juego vistoso y el modelo de cantera

En el último partido de liga que ha disputado Las Palmas, el de la derrota contra el Espanyol por 1-0, Quique Setién jugó con un once en el que había, nada más y nada menos, que nueve canteranos amarillos: David Simón, Dani Castellano, Aythami Artiles, Hernán Santana, Tanausú Domínguez, Jerónimo Figueroa (‘Momo’), Nauzet Alemán, Roque Mesa y Vicente Gómez. Este hecho es único en la liga ya que ningún otro equipo de la competición, salvo el Athletic de Bilbao, juega sus partidos con tantos canteranos de inicio. Esta apuesta por la cantera, obligada en parte por la crisis económica, ha servido para conocer la gran materia prima que hay en las categorías inferiores del fútbol grancanario, con muchos jugadores que han demostrado un gran potencial y otros que ponen su veteranía al servicio de Setién. Es fundamental que se siga apostando, en la medida en que sea posible, por el jugador de cantera porque siempre aportará un plus que no dará cualquier otro fichaje.

Las Palmas ha llegado a jugar con nueve canteranos de inicio

También ha de mantenerse la línea de buen juego y la propuesta atractiva que ha infligido el entrenador cántabro a sus pupilos desde que llegara. Ya con Paco Herrera se había dado algún que otro aviso de cómo este equipo podía jugar al fútbol vistoso y sacar los partidos de esa forma, pero la culminación de esta filosofía ha venido de la mano de Quique Setién. Las Palmas ha de seguir por este camino ya que le deparará grandes actuaciones en el futuro.

Un 2016 cargado de desafíos que se presentan con el cartel de “importantes” para los objetivos del cuadro insular. Sobre todo para la principal meta de este año 2016: la permanencia en Primera División. Queda trabajo por hacer, pero la ilusión está siempre ahí, y la esperanza es lo último que se pierde. 

Celebración amarilla de un gol | Fotografía: VAVEL