El mal momento del Valencia es evidente. Puestos de descenso, seis puntos de 21 posibles, dos victorias y cinco derrotas y un entrenador destituido en la jornada cuatro.
Lo obvio es deducir que el Valencia no tiene jugadores con la suficiente calidad como para aspirar a posiciones europeas, y después de vender a tres de los jugadores más importantes del conjunto valencianista: Mustafi, André Gomes y Paco Alcácer. Pero el verdadero problema del Valencia es la falta de solidez defensiva: los ches han encajado goles en absolutamente todos los partidos que se han disputado en este primer tramo de temporada.
Errores en las marcas
Uno de los principales errores del Valencia es que las marcas no acostumbran a estar bien cubiertas. Y hay muchos ejemplos donde se hace evidente. En el partido ante el Eibar, cuando el portero valencianista consigue despejar el penalti, no hay ningún jugador que vaya al rechace y esto permite a Pedro León anotar el gol de la victoria.
En el partido ante el Betis, el lateral derecho deja vacía la posición donde debería estar cubriendo y esto permite a Rubén Castro anotar a placer uno de los tres goles que los verdiblancos le endosaron al Valencia.
Y en Butarque, Szymanowski llega por detrás de la defensa para rematar un buen centro desde la derecha y poner en 1-0 en el marcador.
Así que el problema del Valencia no es la falta de ocasiones -aunque es necesario materializarlas-, pues hay un buen centro del campo que permite generar un buen juego y en las posiciones delanteras los jugadores acostumbran a estar activos.
Con Prandelli, está claro que uno de los aspectos fundamentales a trabajar va a ser la defensa, y con la cada vez más cerca vuelta de Garay a los terrenos de juego, hay más posibilidades de mejorar esta faceta del juego y lograr mantener la portería a cero.