La presente temporada ha provocado que decaiga a grandes rasgos tanto la marca como la imagen de uno de los mejores clubes no solo de España, sino de Europa, como es el Valencia. Después del curso actual en el que el club ha estado luchando por no descender de categoría, será complicado que el Valencia vuelva a ganarse el respeto, la dignidad y el prestigio del que gozaba.
¿Y por qué será difícil la recuperación a todos los niveles de la entidad? Es una respuesta muy sencilla. En primer lugar, cabe destacar que no solo ha sido en esta temporada en la que el equipo ha estado instalado en la parte baja de la tabla, sino que lleva dos temporadas seguidas en la misma situación. La gestión de Meriton al frente del Valencia en el apartado deportivo ha sido desastrosa. Desde "planificar" una temporada sin director deportivo transparente (Jorge Mendes en la sombra) con fichajes de jugadores jóvenes a precio desorbitado hasta fichar un director deportivo de pega que apenas tenía poder de mando como era Jesús García Pitach.
Asimismo, en las dos últimas temporadas ha habido cinco entrenadores distintos: Nuno, Gary Neville, Pako Ayestarán, Prandelli y Voro. Por lo que, como es evidente, no ha habido en ningún momento cierta estabilidad para el funcionamiento correcto de un club de fútbol. Todo esto, unido a una plantilla conformista, acomodada y mediocre ha provocado que el club se encuentre en esta situación. Y esto es lo que ocurre cuando en una misma plantilla mezclas jugadores jóvenes con veteranos sin ningún tipo de autoexigencia y conformistas, que al final todo explota.
Sin embargo, el pasado verano todo invitaba al optimismo. Se creó una plantilla con muchas caras nuevas e ilusionantes como Montoya, Garay, Mangala o Nani. Jugadores que tenían que dar un salto de calidad al equipo y, no es que no lo hayan dado, pero seguía instalada la mediocridad en el equipo, ya que los pesos pesados del vestuario seguían en la plantilla y esto provocó que todo el equipo se acomodase y que solo Voro haya podido sacar jugo.
Por tanto, uniendo todos estos aspectos, es normal que la entidad esté pasando por una mala situación, más aún si el máximo accionista no acude a Valencia desde hace algo más de un año.
Por otro lado, cabe destacar que no todo es tan negativo como puede parecer. Estos últimos meses han existido cambios drásticos en la estructura del club. Se ha diseñado una nueva estructura deportiva con Jose Ramón Alesanco (director deportivo) y Vicente (secretario técnico) al frente y con una serie de nuevos ojeadores. También cabe destacar el nombramiento de Mateu Alemany como nuevo director general, con un discurso muy diferente al efectuado anteriormente por Meriton y un aspecto muy importante, conoce perfectamente la liga y su idiosincracia. También la dimisión de la presidenta Lay Hoon Chan y el nombramiento de Anil Murthy refleja que se están intentando cambiar cosas.
En conclusión, viendo estas dos últimas temporadas no se observa un futuro muy próspero para la entidad, pero viendo los últimos acontecimientos parece que están cambiando las cosas y se quiere remodelar por completo el club. Solo el tiempo dirá si las cosas funcionan y el Valencia vuelve a donde se merece, puede que sea la última bala de Meriton.